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Enrique Ojeda, un diplomático vinculado al PSOE andaluz para la Embajada en Rabat

El hasta ahora director de Casa América carece de experiencia en el Magreb, salvo su etapa al frente de la Fundación Tres Culturas, que tutelan Felipe VI y Mohamed VI

Enrique Ojeda
Enrique Ojeda interviene en un acto en Casa América, el pasado mes de junio en Madrid.Mariscal (EFE)
Miguel González

Enrique Ojeda Vila, un diplomático sevillano de 55 años, vinculado al socialismo andaluz y cuya carrera profesional se ha centrado hasta ahora en América Latina, será el nuevo embajador de España en Marruecos. Sustituirá a Ricardo Díez-Hochleitner, que ha batido todos los récords: cumplidos los 70 años, lleva ocho y medio al frente de la Embajada en Rabat, una de las más delicadas de la diplomacia española. Con buenas relaciones con el Palacio Real marroquí ―fue secretario general de la Casa Real española―, la crisis entre los dos países y el anticipo electoral prolongaron su permanencia en el puesto más allá de la edad de jubilación. Pero el Gobierno español ya ha pedido el plácet para su sucesor, según ha adelantado la web The Diplomat in Spain y ha confirmado EL PAÍS.

La elección de Ojeda ha sorprendido en medios diplomáticos, pues su trayectoria profesional le había llevado a convertirse en un especialista en las relaciones con Iberoamérica: no solo dirige desde julio de 2021 Casa América, foro de encuentro político, cultural y económico entre España y los países latinoamericanos, sino que las tres embajadas que ha ocupado han sido en esa región: El Salvador (2011-2012), Bolivia (2017-2018) y Chile (2018-2021). Entre 2006 y 2011 estuvo destinado también en las embajadas en Bolivia y Guatemala.

Sin embargo, la carrera de este licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla, que ha seguido cursos en Aix-en-Provence (Francia) y el Reino Unido y ha estado también destinado en la Embajada española en Londres y el consulado en Nueva York, incluye también una etapa de intensa relación con Marruecos. Fue entre 2004 y 2008, con el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, cuando dirigió la Fundación Tres Culturas, una institución cuyo alto patronazgo ostentan los reyes de España y Marruecos, Felipe VI y Mohamed VI, en la que se sientan altos cargos de los gobiernos español y marroquí y de la Junta de Andalucía. El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, es actualmente el presidente de honor de la fundación.

La clave de la elección de Enrique Ojeda está, según las fuentes consultadas, en sus fuertes vínculos con el socialismo andaluz. Fue secretario general de Acción Exterior de la Junta de Andalucía entre 2008 y 2009, con Manuel Chaves como presidente, y director general de Cooperación Autonómica en el Ministerio de Política Territorial entre 2009 y 2011, con Chaves como ministro. Pese a ello, el PP siempre ha valorado su valía profesional, como prueba que la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento pactaran con Exteriores su nombramiento como director de Casa América tras nueve meses de bloqueo por rechazar al anterior candidato, el exdiputado autonómico socialista Borja Cabezón, o que sus dos primeras embajadas se las diera el Gobierno de Rajoy.

Al componer su nuevo equipo, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, con importante peso en el partido, ha buscado que estén representadas distintas federaciones del PSOE: la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Eva Granados, es una dirigente del PSC que fue más de 10 años diputada en el Parlament y luego portavoz del Grupo Socialista en el Senado; la secretaria de Estado para Iberoamérica es la socialista aragonesa Susana Sumelzo, senadora primero y diputada después por Zaragoza durante más de tres lustros; y el secretario de Estado para la UE es Fernando Sampedro, miembro de la dirección de la federación europea del PSOE.

Ojeda aterrizará en Rabat en un momento en que se da por cerrada la crisis diplomática que llegó a su cénit con la entrada de más de 10.000 inmigrantes irregulares en Ceuta en mayo de 2021 y los dos países viven una aparente luna de miel. Aunque queda, sin embargo, mucha tela que cortar: la puesta en marcha de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla ―inauguración en el primer caso y reapertura en el segundo―, a la que ambos gobiernos se comprometieron en abril de 2022, cuando España cambió su tradicional postura sobre el conflicto del Sáhara para alinearse con el plan de autonomía marroquí, sigue pendiente. Durante la visita que realizó a Rabat el pasado 14 de diciembre, Albares dejó claro que, por parte española, “todo está listo” para la apertura de las aduanas y no hacen falta más pruebas piloto, mientras que su homólogo, Nasser Burita, alegó “problemas técnicos”. También está pendiente la visita oficial a la que Mohamed VI invitó al presidente Pedro Sánchez en febrero del año pasado, tras darle plantón en la Reunión de Ato Nivel (RAN).

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Las fuentes consultadas señalan que, aunque el nuevo embajador español en Rabat carece de la experiencia de su antecesor y no es un experto en la región, las relaciones bilaterales las lleva en su mano el propio Albares, quien mantiene una relación muy fluida con Burita y trata directamente con su homólogo marroquí cualquier asunto que pueda llegar a ensombrecer la actual luna de miel entre los dos países.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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