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La ausencia de Mohamed VI desluce la cumbre hispano-marroquí de Rabat

El rey de Marruecos llama por teléfono a Pedro Sánchez y le invita a visitar oficialmente su país “en breve”

El presidente el Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer ministro de Marruecos, Aziz Ajanuch, este miércoles en Rabat. Foto: JALAL MORCHIDI (EFE)

La Reunión de Alto Nivel (RAN) que este jueves se celebra en Rabat y que el Gobierno español ha calificado de “histórica” por el número de acuerdos que se van a firmar (24), la cantidad de ministros que participan (11 de la parte española y al menos otros tantos de la marroquí) y porque hacía más de siete años que no se convocaba, se ha visto deslucida por la ausencia de Mohamed VI de Rabat. Aunque no se había anunciado oficialmente, se daba por descontado que el monarca alauí recibiría al jefe del Gobierno español en algún momento de su estancia en Rabat, como es habitual en las visitas de altos mandatarios extranjeros. Cuando el pasado lunes el Gobierno español fue preguntado expresamente por esta audiencia, respondió que el anuncio correspondía hacerlo a la Casa Real marroquí.

Sin embargo, a primera hora de la tarde de este miércoles, Presidencia del Gobierno informó de que Sánchez había mantenido una conversación de media hora de duración con Mohamed VI y que ambos habían coincidido en que la cumbre prevista para este jueves en la capital marroquí sería “un éxito”. Además, anunciaba que el presidente había aceptado una invitación oficial del monarca alauí para “realizar próximamente una visita oficial a Rabat”. La llamada telefónica y la invitación fueron confirmadas por la Casa Real marroquí que, en un comunicado, aseguraba que, “para reforzar esta dinámica positiva en la excelente asociación estratégica” entre los dos países, Mohamed VI había invitado a Sánchez a hacer una visita oficial a Marruecos “en breve”.

Aunque ni La Moncloa ni el Palacio Real lo decían expresamente, se deducía que la conversación telefónica había sustituido a la audiencia, que ya no tendría lugar. Para cuando Sánchez aterrizó en la capital marroquí, a primera hora de la tarde, la confirmación de que no habría encuentro con Mohamed VI había eclipsado el interés por los acuerdos que se aprobarían en la RAN.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, intentó salvar la imagen de la cumbre asegurando que la llamada del rey de Marruecos, antes de que Sánchez despegara de Madrid, “se había pactado previamente y estaba prevista”. Además, enfatizó que el encuentro era una reunión “entre dos gobiernos”, en la que “no participa ni ha participado nunca el rey”; quien, sin embargo, se habría implicado esta vez personalmente con su llamada a Sánchez. Fuentes diplomáticas justificaron que no hubiera audiencia real alegando que Mohamed VI está “fuera del país”. Medios marroquíes próximos al Palacio Real informaron a finales de diciembre de que el rey se encontraba en Pointe Denis (Gabón), donde tiene una mansión en la que pasa temporadas de vacaciones. Desde el 23 de diciembre, cuando recibió a la selección marroquí de fútbol, cuarta en el mundial de Qatar, no ha vuelto a aparecer en ningún acto oficial.

Albares tuvo que contestar también a las críticas del vicesecretario general del PP Esteban González Pons. “No cabe mayor humillación que ceder todo ante Marruecos, ir con medio Gobierno a dar satisfacción, retratarte en el Parlamento Europeo, que el rey no te reciba y que te conformes con que te coja el teléfono. ¿Es libre Sánchez frente a Marruecos que tanto se deja ningunear?”, escribió en Twitter. “El único ninguneo viene por parte del PP. Esas declaraciones son las de un partido que no conoce lo que son las políticas de Estado”, respondió el jefe de la diplomacia española.

El desembarco español en Rabat ya había empezado con mal pie, tras conocerse el plantón del presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, quien tenía previsto coincidir en un foro empresarial hispano-marroquí con Sánchez. La CEOE se limitó a alegar “motivos personales” para justificar su ausencia, pero fuentes gubernamentales y empresariales atribuyeron la decisión de Garamendi a la creciente tensión entre la cúpula de la patronal y el Ejecutivo.

El plantón se produjo solo un día después de que el jefe del Gobierno anunciara en el Senado que el salario mínimo interprofesional (SMI) subirá este año un 8%, hasta los 1.080 euros. El aumento fue fruto de un pacto que se cerró en sendas reuniones entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos CC OO y UGT, a las que se negó a acudir la CEOE. El plantón de Garamendi al foro de Rabat causó especial malestar porque la CEOE era una de las organizadoras, junto a su contraparte marroquí, la patronal CGEM.

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, intentó quitar hierro a la ausencia de Garamendi asegurando que el mes pasado, en Fitur, el número dos de la patronal, Miguel Garrido, ya le dijo que su presidente tenía una cita médica para esta fecha. Maroto reconoció, no obstante, que fue el martes por la tarde, a través de un correo electrónico, cuando la CEOE comunicó la ausencia de Garamendi.

La titular de Industria también restó importancia a la ausencia de los ministros de Unidas Podemos en Rabat, alegando que asisten a la cita 11 ministros españoles y que la agenda se ha definido “en función de las prioridades”. La responsable de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, dijo que no se daban “las condiciones” para que los ministros del socio minoritario del Gobierno participen en la cumbre de Rabat tras “el giro unilateral del PSOE respecto al Sahara Occidental”.

Ante el foro empresarial, el primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch, aseguró que las relaciones entre los dos países habían entrado en una nueva fase gracias al apoyo del Gobierno de Pedro Sánchez al plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental. “España tuvo el valor de adoptar una visión histórica y realista, lo cual valoramos aquí”, dijo, provocando los aplausos del auditorio. Sánchez no se refirió a este conflicto. En cambio, tras las críticas de los últimos días a las empresas que no asumen su carga de sacrificio en plena crisis, colmó de elogios a los empresarios españoles en Marruecos, a los que calificó de “embajadores de una España dinámica y abierta a la innovación” y a los que prometió el apoyo del Gobierno. En el foro se inscribieron más de 80 directivos de las 674 empresas y 530 filiales españolas instaladas en Marruecos.

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