Muere a los 70 años Miguel Barroso, miembro del consejo de administración del Grupo Prisa
El periodista y escritor fue secretario de Estado de Comunicación con Rodríguez Zapatero y ejerció su actividad profesional en varios medios, entre ellos EL PAÍS
Miguel Barroso Ayats (Zaragoza, 70 años), vocal del consejo de administración del Grupo Prisa y consejero editorial, falleció este sábado en Madrid víctima de un infarto. Licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras (en la especialidad de Historia Moderna y Contemporánea) en la Universidad de Barcelona, Barroso había enfocado su actividad profesional al ámbito de la comunicación tras ejercer el periodismo en varios medios, entre ellos EL PAÍS.
Tras conocerse anoche la noticia, el presidente del Grupo Prisa (editora de EL PAÍS), Joseph Oughourlian, manifestó: “Lamento profundamente el fallecimiento de Miguel Barroso. Ahora mismo, todos estamos en estado de shock ante la inesperada noticia. Mi relación con él ha sido magnífica. Siempre ha aportado, tanto a mí como al consejo de administración de Prisa, su extraordinaria experiencia profesional. Quiero transmitir mi más sentido pésame a la familia de Miguel. Todos los miembros del consejo de Prisa estamos de luto por la desaparición de una persona de gran valía”.
Su trayectoria incluyó trabajos de consultoría sobre medios de comunicación en países iberoamericanos para la compañía Hispasat y responsabilidades en el Grupo Fnac, distribuidor europeo de productos de ocio cultural, donde en 1993 dirigió el lanzamiento de la marca en la Península y ejerció como director general de la filial española. Posteriormente, fue director internacional de Comunicación y Marketing en la sede internacional del grupo en París. En 2001, participó, junto a un centenar de profesionales, vinculados especialmente a la televisión y la producción audiovisual, en la puesta en marcha del periódico digital lacorrientealterna.com, centrado en noticias sobre solidaridad, ecología, música, cine y literatura.
En la última década había estado ligado a WPP, primer grupo mundial de comunicación y marketing. Primero como director general de la agencia de publicidad Young & Rubicam en España, y posteriormente como director de desarrollo para Centroamérica y Caribe desde La Habana. Finalmente, fue designado director de WPP Spain. En marzo de 2021 fue nombrado consejero del Grupo Prisa (editor de EL PAÍS) a propuesta de Amber Capital, cargo que ocupaba en la actualidad. El grupo destacó su experiencia profesional y su conocimiento de los medios y el mundo de la comunicación, tanto en Europa como en América Latina, y su encaje con los objetivos del plan estratégico de Prisa.
La figura de Miguel Barroso adquirió relevancia política a principios de 2003, cuando el entonces secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, lo incorporó a su equipo de confianza como asesor de comunicación para las elecciones municipales de mayo de aquel año. Barroso ya había ocupado cargos de confianza para el ministro de Educación José María Maravall durante el primer Gobierno de Felipe González, con el que llegó luego a colaborar en algunos momentos cruciales de su vida política, como durante la campaña de las elecciones generales de 1993, que el líder socialista saldó con éxito frente al candidato del PP, José María Aznar.
Tras la campaña de las municipales de 2003, Zapatero le pidió que siguiera colaborando con él con vistas a las elecciones generales de marzo de 2004. Después de su éxito electoral, el líder socialista lo incorporó al equipo de La Moncloa y lo nombró secretario de Estado de Comunicación. Barroso ya adelantó entonces al presidente del Gobierno que contribuiría al “arranque” de la legislatura, pero que no la terminaría porque tenía que atender compromisos personales derivados de su actividad literaria.
Reformar la televisión
Durante el año y medio en La Moncloa, hasta septiembre de 2005, Barroso asumió la tarea de reformar la televisión pública para sacarla de la batalla partidista y de reordenar el mapa audiovisual. Durante su etapa en La Moncloa se pusieron los cimientos de la ley, aprobada en 2006, que permitió desgubernamentalizar RTVE y abrir una nueva etapa, en la que el presidente de la radio y la televisión estatal pasó a ser elegido por el Parlamento. En esa etapa también la agencia Efe dio un paso fundamental con la ratificación del Estatuto de la Redacción, que garantiza la independencia de los periodistas.
En al ámbito audiovisual, Barroso contribuyó a diseñar un nuevo mapa, marcado por la implantación de la televisión digital terrestre (TDT) y el nacimiento de nuevos canales. Esta reforma permitió a Cuatro poner en marcha una programación en abierto y a La Sexta obtener una licencia de emisión. Luis Arroyo, que trabajó en esos años junto a Barroso en La Moncloa, recuerda que Zapatero le llamó para que hiciera un cambio en el sector. “Se dejó la vida en la tarea de modernizar la comunicación. Era muy arcaica y las relaciones con los medios habían quedado muy tocadas durante el mandato de Aznar”, asegura Arroyo, actual presidente del Ateneo de Madrid, que destaca “la amplia cultura, el trabajo infatigable y la brillantísima capacidad de análisis de Barroso”. Resalta, además, “los intachables principios progresistas” que siempre defendió.
Más tarde, en abril de 2006, sustituyó a María Asunción Ansorena como director general de la Casa de América, tras ser designado por consenso por las tres administraciones de distinto signo que componen el patronato de la institución: Gobierno, Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de la capital. Además de EL PAÍS, trabajó como articulista en otros medios de comunicación como la agencia italiana Quotidiani Associati, la revista El Viejo Topo o el Diario de Valencia.
Miguel Barroso fue coautor del libro Crónicas Caribes (Editorial El País/Aguilar, 2006) y había publicado también dos novelas: Amanecer con hormigas en la boca (Debate, 1999, “una de las mejores novelas negras que he leído y que no he escrito yo”, aseguró de ella el escritor Manuel Vázquez Montalbán) y Un asunto sensible (Random House, 2009), cuyas tramas se desarrollan en Cuba, su otra gran pasión. La primera fue traducida a ocho idiomas y llevada al cine, con Barroso como coguionista, por su hermano Mariano en 2005. Como especialista en la isla caribeña, donde vivía largas temporadas, estaba preparando un libro sobre los giros lingüísticos en América Latina cuyos apuntes guardaba en una carpeta de cuero.
Barroso estuvo casado con la periodista Charo Izquierdo, con la que tuvo dos hijas, Camila y Cristina, y, posteriormente, con la exministra socialista Carme Chacón —fallecida en 2017—, con la que tuvo un hijo, Miquel. Su actual pareja era la anestesióloga cubana Dreydi Monduy.
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