La propuesta del PP de disolver partidos eclipsa el debate de las enmiendas a la amnistía

La amnistía parecía lo de menos. Como si la ley, que ni siquiera se ha aprobado todavía, resultara ya una pantalla pasada. El debate sobre las enmiendas a la totalidad contra la norma presentadas por PP y Vox se ha convertido en realidad en una discusión sobre la disolución de partidos que proponen los populares y la extrema derecha para quienes promuevan un referéndum ilegal o la independencia unilateral de un territorio, eclipsando a la amnistía en la que la derecha quería poner el foco. En el debate, el PP ha defendido su iniciativa para ilegalizar a formaciones políticas, a pesar de que Alberto Núñez Feijóo abrió la puerta este martes a suavizarla tras las críticas que ha recibido, algo que ha aprovechado Vox para percutir a los populares por su tibieza. El PP ha recibido también el reproche de Junts per Catalunya por su “incoherencia” al plantear ahora su disolución, a pesar de que hace apenas unos meses ―cuando intentaba cortejarles para la investidura de Feijóo― los populares manifestaban que la “tradición y legalidad” del partido catalán no estaba en duda.

El debate sobre las enmiendas a la totalidad a la ley de amnistía de PP y Vox debería haber sido un paseo para los populares, que se sienten cómodos en la discusión sobre la medida de gracia. Pero su propuesta de disolver a los partidos que incurran en conductas como las del procés, que ha recibido críticas generalizadas en la prensa y en la comunidad jurídica, ha dejado a la amnistía en un segundo plano. Los populares se han enredado con esta medida, que ahora Feijóo plantea reconsiderar, y el resto de rivales políticos lo han aprovechado en el pleno de las enmiendas a la totalidad, que han sido rechazadas.

Obviando que Feijóo abrió la puerta este martes a rebajar su medida estrella contra la amnistía, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, ha defendido en el debate la propuesta de disolver partidos políticos que incurran en las conductas del procés. “El Código Penal, desde hace años, prevé la disolución de una persona jurídica si es responsable de la comisión de determinados delitos”, ha argumentado la diputada popular, que ha insistido en que “por tanto, no parece extraordinario que si se comete un delito que atenta contra el orden constitucional se pueda disolver o suspender a la persona jurídica”. Gamarra ha razonado, además, que el delito de “deslealtad constitucional” ideado por los populares tiene “oportunidad política y solidez jurídica” porque “es lo que hacen las democracias modernas cuando están en peligro”.

Gamarra ha pasado por alto que Feijóo se ha manifestado dispuesto a suavizar la propuesta y a dejarla en una suspensión de los partidos que solo en casos muy graves se convertiría en disolución, como dijo el líder popular el martes en una entrevista en Onda Cero. Pero sí se ha afanado en tratar de explicar que el PP no plantea “ilegalizar partidos por ideas”, lo que revela que al PP le preocupa que se interprete su propuesta como una persecución de las formaciones independentistas. “A nadie se le persigue por eso, pero ningún político puede ponerse por encima de la ley y si sus actos van contra el orden constitucional”, ha insistido la diputada popular.

Quien no ha dejado pasar por alto el recule del PP es Vox. “Celebramos que el PP apostara en un principio por la disolución de los partidos separatistas, aunque al final matizaran sus palabras. Es una lástima que cada vez que aciertan miren a la izquierda para que les dé el visto bueno”, ha enfatizado Pepa Millán, portavoz parlamentaria de la extrema derecha. La diputada ultra ha pedido al PP una posición “firme”. “O se está con el separatismo o en contra de él”, ha afeado a sus rivales en la derecha.

No solo Vox, Junts ha disparado también al PP por su “incoherencia”, según ha destacado el diputado independentista Josep Maria Cervera, que ha recordado a los populares que hace no mucho estaban subrayando la legalidad del partido catalán. “Ustedes ahora quieren legislar para acusarnos de desleales con la Constitución y quieren ilegalizar a aquellos que según ustedes éramos un partido cuya tradición y legalidad no estaba en duda. ¿En qué quedamos, señor Pons?”, ha interpelado Cervera. El nombre del vicesecretario popular Esteban González Pons ha aparecido varias veces en el debate, porque fue él quien el pasado mes de agosto dio a Junts la condición de interlocutor válido del PP. “Es un grupo parlamentario que, al igual que ERC, más allá de las acciones que cuatro personas, cinco, diez, llevaran a cabo, representa a un partido cuya tradición y legalidad no está en duda”, dijo entonces González Pons, cuando los populares querían cortejar a Junts para que votara a favor de la investidura -finalmente fallida- de Feijóo.

El PSOE ha defendido la amnistía como “proporcional y necesaria”, pero también ha cargado contra el PP por sus vaivenes con este asunto. “Por la mañana, el señor González Pons se toma un cafetito con Junts; por la tarde, el señor Tellado les disuelve; y por la noche, el señor Feijóo les suspende o no lo sabemos”, ha criticado el diputado socialista Artemi Rallo, que ha cuestionado al PP su “delirante pulso con Vox” por abanderar la posición más dura contra la medida de gracia.

El debate ha tenido, al final, menos carga dramática de la esperada y se ha vuelto como un bumerán contra el PP. “Si ustedes no hubieran necesitado a Vox para gobernar, habrían llegado a un pacto con Junts. Les habrían dado todo a Junts. Hasta habrían hecho un grupo de WhatsApp con Puigdemont para anunciarlo”, ha ironizado Gabriel Rufián, portavoz de ERC, que ha bautizado la sesión parlamentaria como una “terapia de grupo” de la derecha para superar no haber conseguido el poder tras las elecciones de julio.