Detenidos dos agentes del CNI por filtrar información secreta a EE UU
Robles confirma que un juzgado está investigando y subraya que el propio servicio secreto ha presentado la denuncia
Dos agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) han sido detenidos en las últimas semanas por un supuesto delito de sustracción de información secreta, según han confirmado a EL PAÍS fuentes conocedoras del caso. Una juez de instrucción de Madrid ha abierto ya diligencias por la filtración de información clasificada a Estados Unidos, según ha adelantado El Confidencial. Por su parte, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha confirmado en la base de Adazi (Letonia), donde ha acudido a visitar a las tropas españolas, la apertura del procedimiento judicial y ha subrayado que la denuncia ante el juzgado de guardia ha sido presentada por el propio servicio de inteligencia. Robles no ha querido ofrecer más detalles, alegando que la causa está declarada secreta.
Los dos detenidos, de los que uno ha ingresado ya en prisión y el otro ha quedado en libertad con cargos, son mandos intermedios del servicio secreto español, según las fuentes consultadas, y la sustracción de la documentación se habría descubierto en uno de los controles de seguridad que se realizan periódicamente al personal del centro. El artículo 584 del Código Penal castiga con penas de 6 a 12 años de cárcel al “español que, con el propósito de favorecer a una potencia extranjera, asociación u organización internacional, se procure, falsee, inutilice o revele información clasificada como reservada o secreta, susceptible de perjudicar la seguridad nacional o la defensa nacional”.
Por su parte, el ministro de Justicia, Félix Bolaños, ha asegurado que el Gobierno presentará “toda la colaboración” con el juzgado que investiga el caso. “Lo que procede es que se desarrolle la investigación judicial. Toda la documentación y colaboración que nosotros podamos aportar desde luego que lo haremos para que se esclarezcan cuanto antes estos hechos”, ha declarado Bolaños tras participar en un Consejo de ministros de Justicia de la UE en Bruselas.
No es la primera vez que el servicio secreto español denuncia a alguno de sus agentes por traición. En 2007, el CNI denunció al exespía Roberto Flórez, que había trabajado para el centro entre 1992 y 2004, después de que se encontrara documentación clasificada en un local y dos apartamentos de su propiedad en Puerto de la Cruz (Tenerife). También se le incautó de una carta dirigida a los servicios secretos rusos en la que se ofrecía a trabajar para ellos a cambio de un primer pago de 200.000 dólares. Aunque no se pudo probar que la entrega de documentos secretos se hubiera consumado, fue condenado en 2010 a 12 años de cárcel. Más sonado aún fue el caso de Juan Alberto Perote, condenado a siete años de cárcel en 1997 por llevarse del servicio secreto las llamadas microfichas, que recogían información clasificada sobre la guerra sucia contra ETA y escuchas ilegales y acabaron en poder del banquero Mario Conde.
Lo que hace singular el caso actual es que el país extranjero para el que supuestamente trabajaban los agentes detenidos no era una potencia hostil, sino un país aliado, Estados Unidos, con el que el CNI mantiene una estrecha colaboración y existe un intercambio de información muy fluido. En el pasado, los servicios secretos españoles se han quejado a la CIA de que realizara operaciones en suelo español a sus espaldas sin informarle previamente e incluso de que intentara obtener información clasificada saltándose los canales establecidos, pero nunca se había llevado el caso a los tribunales sino que se había resuelto de manera discreta entre ambos servicios. Si Washington ha comprado a agentes del CNI se trataría de un gesto hostil impropio de países aliados y amigos, señalan fuentes diplomáticas.
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