Podemos y Sumar bordean la ruptura en plena definición del Gobierno
El partido de Belarra insiste en que solo contempla su participación en el Ejecutivo con Irene Montero al frente de Igualdad
Todos los puentes parecen haber volado en las últimas 48 horas entre Podemos y Sumar. En la que era una semana crucial para la estabilidad de la legislatura, despejada la investidura de Pedro Sánchez y en plenas negociaciones para definir el segundo Gobierno de coalición desde la vuelta de la democracia, la batalla interna ha vuelto a tensar el espacio a la izquierda de los socialistas y genera enormes dudas sobre el encaje futuro del partido de Ione Belarra en ese grupo. Si nada se mueve e Irene Montero no es ministra de Igualdad, la organización fundada en 2014 por Pablo Iglesias se quedará finalmente fuera del Consejo de Ministros y amenaza con no asumir todas las decisiones que este tome, llevando al límite una aritmética parlamentaria ya de por sí complicada. Podemos también baraja concurrir por separado en las elecciones europeas de junio, compitiendo por el mismo electorado que Sumar.
La crisis se agravó el viernes, con el ofrecimiento in extremis de Yolanda Díaz al partido de la titular de Derechos Sociales en funciones para que estos tuvieran un ministerio encabezado por el actual secretario de Estado de ese departamento, Nacho Álvarez, miembro de la Ejecutiva de Podemos, pero a quien ya consideraban más próximo a la vicepresidenta. A cambio, además, Sumar les pedía firmar un acuerdo con hasta ocho puntos entre los que figuraba el compromiso a “cesar los ataques públicos e insultos” a los miembros de la coalición, incluida la propia Díaz, o a presentarse juntos en todos los comicios del próximo ciclo electoral. La jornada acabó con el anuncio de la salida de la política de Álvarez, que pese a haber sido siempre una figura de consenso muy reconocida también fuera del ámbito de la izquierda, dejaba sus cargos en el partido al entender que había “perdido la confianza” de la dirección y renunciaba a ser ministro porque no concebía aceptar el puesto “al margen de la organización” de la que formaba parte.
En su contestación pública el viernes, Belarra dejaba claro que su propuesta para el Gobierno era mantener a Irene Montero al frente de Igualdad. Y en eso mismo insistió este sábado, durante una marcha en apoyo al pueblo palestino en Madrid en la que, además, obvió a Díaz y se dirigió directamente al presidente. “Una vez votada la investidura, solo hay una persona que toma la decisión sobre los nombres de los ministros y esa persona es Pedro Sánchez. Conoce bien la propuesta de Podemos para seguir continuando con las transformaciones feministas”, dijo. Pero las opciones de que Sumar mantenga esa cartera en el próximo Gobierno son casi nulas. El PSOE quiere recuperar Igualdad. Las rebajas de condenas y excarcelaciones por la ley del solo sí es sí provocaron la pasada legislatura una de las crisis más fuertes del Ejecutivo, y la agenda desplegada por el departamento abrió una brecha tanto en el movimiento feminista como entre los socialistas, que han protagonizado una dura oposición al ministerio en normas clave como la ley trans y ahora quieren volver a controlarlo. Desde Podemos reiteran que su apuesta por Montero es una decisión “colectiva” y que en ningún caso contemplan otra opción que no sea esa. En Sumar, por su parte, afirman que estaban dispuestos a negociar otro perfil e incluso los puntos de la propuesta de acuerdo, pero que no hubo ninguna contraoferta.
Las diferencias, en todo caso, no son nuevas. Podemos llegó en junio a un complejo acuerdo con los de Díaz después de dos años de discrepancias públicas, con momentos de tensión evidentes, como el envío de armas por la guerra de Ucrania, la configuración de las listas en Andalucía (que encabezó Izquierda Unida) o la universidad de Otoño del partido en 2022, en la que Iglesias reclamó a la vicepresidenta “respeto”. Desde entonces, las desavenencias han ido a más. Las autonómicas y municipales supusieron una debacle para Podemos y después de las generales, en las que logró cinco diputados en un grupo de 31, el partido, inmerso en un ERE, cargó contra Díaz por tratar de “invisibilizarlos” y exigió “autonomía política” dentro del grupo.
En este contexto, la pregunta es ¿qué pasa a partir de ahora? Con el Gobierno aún por nombrar, nadie quiere anticipar escenarios. El documento político aprobado hace dos semanas por las bases del partido avala, sin embargo, ese distanciamiento de la plataforma de la vicepresidenta y señala que las alianzas electorales con otras fuerzas políticas solo se darán cuando existan primarias y no haya vetos a candidatos. La decisión sobre qué hacer en las europeas, por ejemplo, no está tomada, según afirman miembros de la dirección de Podemos consultados. Tampoco en las autonómicas de Euskadi o Galicia, aún por convocar pero previstas en 2024. Iglesias sugirió esta semana en Rac1 que podrían ir por separado al Europarlamento —algo que algunos diputados de Sumar no ven con malos ojos—, y que en esta legislatura se “distinguirán” de la coalición, estrechando alianzas con ERC, EH Bildu y BNG. “Los diputados de Podemos no se van a salir del grupo parlamentario”, descarta sin embargo un dirigente morado, que matiza que sí pueden decidir autónomamente qué hacer en cada votación. Si Podemos no está en el Gobierno, no se va a sentir responsables de lo que decida el Consejo de Ministros, incide.
“Desde hace algún tiempo era claro que íbamos sin frenos hacia una confrontación dentro del espacio a la izquierda del PSOE”, analiza Juan Carlos Monedero, cofundador de Podemos, hoy fuera de cualquier cargo vinculado al partido y que se muestra crítico con las dos partes. “Sumar ha hecho muy mal las cosas y Yolanda Díaz se ha equivocado pensando que podía matar a Podemos, escuchando a los sectores del errejonismo en los que se apoya. Podemos se ha enrocado en los nombres y no se ha explicado bien”, añade en referencia a Montero. “Pero tampoco le dejan muchas alternativas. Las humillaciones, como pasa con los bombardeos a las ciudades, une más a los bombardeados”, observa. “El esfuerzo que hemos hecho algunos iba dirigido a agrandar el espacio de la izquierda. Ahora entramos en otro donde cada cual va a dedicarse a su jardín. Y todo se vuelve menos atractivo”, concluye sin disimular cierta preocupación por lo que depara una legislatura que arranca con muchos interrogantes y el papel de Podemos por definir.
Nacho Álvarez, un referente más allá de Podemos
La figura de Nacho Álvarez, profesor de economía en la Universidad Autónoma de Madrid, es reconocida más allá de su partido y del ámbito de la izquierda. El hasta el viernes responsable económico de Podemos, un profesional discreto, negociador capaz, y que siempre intentó mediar entre las partes (también en Vistalegre II entre Iglesias y Errejón) ha recibido en su marcha de la política elogios de dentro y fuera de la organización.
Entre muchos otros, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, alabó en redes su papel para “propiciar la mayoría parlamentaria” detrás de la reforma de las pensiones, mientras que el exdiputado de Ciudadanos Toni Roldán lo tachaba de “economista serio y no sectario”. "Qué gran ministro se pierde el próximo Gobierno, perdemos todas. Gracias por la inmensa labor que has realizado en el Minsiterio de Derechos Sociales y por poner tu inteligencia y tu coherencia al servicio de lo público", le dedicaba Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la violencia de género.
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