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LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

El PP aún sueña con volver a las urnas

Los populares sostendrán una campaña de denuncia incesante contra Sánchez | La inclusión de Junts en la negociación, escollo para los votantes socialistas | El líder del PSOE, y con más énfasis Illa, emprenden una labor de pedagogía

Anabel Díez
Alberto Núñez Feijóo, acompañado de varios presidentes autonómicos y otros cargos del PP, durante la manifestación contra la amnistía en Barcelona.
Alberto Núñez Feijóo, acompañado de varios presidentes autonómicos y otros cargos del PP, durante la manifestación contra la amnistía en Barcelona.Albert Garcia

La reiterada expresión “a día de hoy” se sostiene con fuerza para proclamar desde el Gobierno en funciones que no hay que pensar en la vuelta a las urnas el próximo 14 de enero por falta de una mayoría parlamentaria que invista a Pedro Sánchez. El líder del PSOE tiene por delante ocho semanas para conseguir los votos necesarios y que su investidura salga adelante. El resto de los actores que están en la negociación para que ese sea el final, aunque no todos por las mismas razones, trabajarán con ahínco para conseguirlo. Detrás de ellos tienen un amplio apoyo de sus votantes, aunque ni la mitad de los españoles que manifiestan haber votado al PSOE se sienten cómodos con la coalición que puede fraguarse, según el estudio para EL PAÍS y la Cadena SER de 40dB. Sí va a la par de su electorado el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el deseo extendido y deseado de que Sánchez no consiga el acuerdo y se celebren nuevas elecciones. Feijóo no renuncia aún a tener otra oportunidad y que las urnas le sean más propicias.

Mientras tanto, el PP no dará tregua a Sánchez con gravísimas acusaciones de golpear la democracia, la Constitución y el Estado de derecho. Y lo hará con iniciativas en las Cortes, en los parlamentos regionales y en la calle.

La concentración en la plaza de Felipe II en Madrid, en la víspera de su investidura en el Congreso, y la de ayer en Barcelona, en la manifestación convocada por Sociedad Civil Catalana, evidencian que hasta el 27 de noviembre, fecha última para que haya una mayoría parlamentaria de Gobierno, Núñez Feijóo acompañará las negociaciones del bloque de izquierdas y nacionalistas periféricos con una fuerte campaña de denuncia. Feijóo no está solo, sino que en esta coyuntura los líderes territoriales lo acompañan; en primera fila, marchaban la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el jefe del Ejecutivo andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla. La presidenta madrileña goza de un extraordinario predicamento en el electorado del PP, pero, a juzgar por el barómetro de 40dB., este, aunque por estrecho margen, considera que aún es el tiempo de Alberto Núñez Feijóo.

La marcha del país, con sus claroscuros, sus acontecimientos, como la cumbre europea de Granada, o la recrudecida crisis migratoria en Canarias, se salen del marco de la narrativa de la oposición, centrada en seguir los movimientos, altamente clandestinos, del Gobierno en funciones y sus posibles socios. “España no se va a romper”, respondía ayer el líder del PSC, Salvador Illa, en un acto de su partido, al tiempo que se desarrollaba la nutrida protesta de Sociedad Civil Catalana en la que se coreaba contra la amnistía en la que trabajan Sánchez, por un lado, y los partidos independentistas, por otro. Este martes, Sumar, liderado por la vicepresidenta segunda en funciones, Yolanda Díaz, presentará su propuesta jurídica y política para esa medida de gracia. No es la propuesta del PSOE, insisten en ese partido, pero tampoco Díaz pretende hacerla pasar por un texto del Gobierno de coalición en funciones. ERC trabaja en la suya, y en esa tarea está también el equipo de Carles Puigdemont. El reproche que más alto se escucha en la oposición es aquel que considera inadmisible un redactado en el que pueda parecer que el Tribunal Supremo se equivocó en sus condenas y que también yerra todo el sistema judicial que ha encausado a centenares de personas, a la espera de juicio. En el preámbulo de la hipotética ley de amnistía debe plasmarse la justificación, sobre la que discrepan de momento los socialistas y los independentistas. Más que en el detalle de la ley, sobre a quiénes afecta, la dificultad está ahora en cómo se explica en el texto y ante la sociedad.

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La labor de pedagogía ya ha empezado, incluso por parte de Sánchez, y con mucho énfasis por Illa. “Percibo una actitud en la sociedad catalana de querer pasar página a hechos muy dolorosos. Confío en que todos tengamos altura de miras. No pediremos a nadie que renuncie a sus ideas políticas, pero todos tenemos que reconocer la pluralidad de Cataluña y la pluralidad de España”. Estas manifestaciones de Illa, reticente del todo a precisar, en una entrevista publicada ayer en EL PAÍS, muestra las bases de cómo encaran los socialistas las negociaciones.

Tanto ERC como Junts per Catalunya tendrán que calibrar hasta dónde llegan sus demandas porque los socialistas, según remachó Illa, pretenden un texto sobre la amnistía “anclado en la Constitución”.

El 58,7% de los votantes de las formaciones nacionalistas periféricas, según el estudio de 40dB., desean que se forme un Gobierno en España presidido por Sánchez junto a Sumar y apoyado por esos partidos. Ese porcentaje sube al 70% si los preguntados son votantes de Sumar. El PSOE tiene mucha pedagogía que hacer en estas próximas semanas: Solo un 48,8% de quienes declaran votarlo es partidario de esa fórmula, cuya novedad en relación con la legislatura pasada es la inclusión de Junts. En el PSOE, al menos, si están muy seguros de que el partido apoya y acompaña a Sánchez en esta delicada y arriesgada apuesta.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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