Abascal lanza una velada amenaza si hay amnistía: “El pueblo español se defenderá. Después no vengan lloriqueando”
Vox sale de la investidura fallida de Feijóo logrando que el PP lo acepte como socio y asuma parte de su discurso
El líder de Vox, Santiago Abascal, ha concluido su última intervención en el debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo en el Congreso de los Diputados lanzando una velada amenaza para el caso de que Pedro Sánchez pacte una amnistía con los grupos independentistas catalanes. “La amnistía es un ataque, una agresión de la que el pueblo español tiene el derecho y el deber de defenderse. Y lo hará. Después no vengan ustedes lloriqueando”, ha dicho desde la tribuna.
Abascal ha dedicado su discurso de poco más de cinco minutos a verter un torrente de insultos e invectivas contra el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, de quien ha dicho que es “el más corrupto, el más villano y el más infame” de la historia de España. Según el líder ultra, Sánchez es “un político dispuesto a amnistiar a otros políticos para mantenerse en el poder y no puede haber mayor acto de corrupción”. Reconociendo implícitamente que su descripción del presidente rozaba la caricatura, ha dicho que Sánchez sería “el malo” de cualquier novela o película. Incluso el expresidente catalán Carles Puigdemont, ha asegurado, fue más coherente cuando “huyó [de España] de manera indigna en el maletero de un coche”.
Tras dar por hecha la amnistía, Abascal se ha curado en salud ante la posibilidad de que finalmente el PSOE no llegue a un acuerdo con los independentistas catalanes y Sánchez no consiga la investidura. “Mire, usted es capaz, si de repente a Puigdemont le convienen unas [nuevas] elecciones, de decirnos a todos que es porque no ha cedido y envolverse de nuevo la bandera de España”, le ha dicho.
Tras culpar al Gobierno de haber blanqueado a ETA en la pasada legislatura, ha acusado al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, de sacar a los Comités de Defensa de la República (CDR) —los grupos que protagonizaron violentos disturbios durante el procés— de la lista europea de organizaciones terroristas, porque envió una carta a Europol en la que pedía que se desvincule al independentismo catalán del terrorismo en su informe de este año.
También ha recriminado, aunque cordialmente, al propio Feijóo, quien dijo que el hecho de que EH Bildu esté en el Congreso prueba la grandeza de la democracia y la Constitución. “No es la grandeza de la democracia, es la pequeñez de los intereses de los grandes partidos que han votado sistemáticamente en contra de la ilegalización de Bildu” propuesta por Vox, ha dicho, aludiendo al PSOE y el PP.
Pese a ello, Abascal ha confirmado que sus 33 diputados apoyarían a Feijóo en su segunda votación de investidura. ”No podía ser de otra manera, ya que tenemos enfrente”, se ha justificado, “al epítome de corrupción en la política”.
Vox sale satisfecho de un debate en el que Feijóo ha consagrado su alianza con el partido ultra, al que ha calificado como formación “unitaria”, aludiendo a su modelo territorial y obviado otros aspectos más controvertidos de su programa político. Aunque el 22 de agosto, cuando fue recibido en audiencia por el Rey, parecía que Abascal regalaba sus 33 votos a Feijóo sin nada a cambio, lo cierto es que desde entonces ha conseguido que el presidente murciano, el popular Fernando López Miras, ceda y acepte a Vox como socio en el Gobierno regional, a lo que antes se oponía férreamente. Y que el líder nacional del PP asuma en su discurso algunas banderas de sus socios ultras, como el supuesto “adoctrinamiento en las aulas” o la denuncia del llamado “alarmismo climático”. Como destacó Feijóo, Abascal no le exigió entrar en su Gobierno, pero ambos sabían que no había posibilidad de que lo formara.
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