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Este tiempo no es una ola de calor, aunque las temperaturas sean excepcionalmente altas

Aemet activará previsiblemente por primera vez en octubre avisos por altas temperaturas ante un episodio extraordinariamente cálido, sin fecha clara de fin y con visos de batir el récord nacional de máxima

Un grupo de turistas en Sevilla, este jueves.
Un grupo de turistas en Sevilla, este jueves.PACO PUENTES
Victoria Torres Benayas

Este jueves comienza en España un episodio de temperaturas excepcionalmente altas sin fecha clara de fin, en el que las máximas se dispararán 10° por encima de lo normal. Los termómetros marcarán de 32° a 34° en el interior peninsular y escalarán a 34°-36° en el valle del Ebro, a 36°-38° en el del Guadalquivir y otros puntos del cuadrante suroeste peninsular y a 34° en Canarias en el fin de semana a caballo entre septiembre y octubre. Por primera vez desde que se puso en marcha el plan nacional de predicción y vigilancia de fenómenos adversos (Meteoalerta) en 2016, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) activará previsiblemente avisos por calor en octubre y es muy posible que se bata el récord de temperatura máxima jamás medida en España a estas alturas del año. La agencia lo califica de “episodio cálido”, pero no de “ola de calor”. Y lo hace porque no lo es.

La Organización Meteorológica Mundial define el término de forma genérica como un “tiempo cálido inusual” que persiste “al menos dos días” con “registros por encima de los umbrales”, por lo que la concreción depende del clima de cada país. En España, Aemet determina tres umbrales de extensión, duración e intensidad. “Se tienen que registrar temperaturas extremas entre el 5% de las más cálidas de julio y agosto, afectar al 10% de las estaciones y durar al menos tres días”, precisa Rubén del Campo, portavoz de Aemet. Es decir, que no basta con que haga mucho calor un día, tampoco con que afecte a una parte del país, sino que se deben dar valores muy altos, en una extensión muy amplia y durante tres días.

Al compararse con los valores previstos con las temperaturas más extraordinarias de julio y agosto, en España las olas solo ocurren en verano ―desde el punto de vista de la meteorología, el otoño comenzó el 1 de septiembre, mientras que el otoño astronómico arrancó el pasado sábado 23―, aunque el calor está rompiendo las costuras de esta definición y el año pasado se produjo un episodio en mayo y este año otro en abril que estuvieron cerca de ser una ola de calor. Así, el episodio cálido actual cumple dos de las tres condiciones: durará al menos 10 días ―el ascenso de las temperaturas comenzó el fin de semana pasado― y afectará a todo el país, incluida Canarias, pero no se superarán los umbrales de intensidad.

“En el sentido amplio de la palabra sería una ola de calor, ya que estamos ante un episodio con temperaturas por encima de lo normal, extenso y duradero, pero en el sentido estricto, con los umbrales que se manejan en la Península y Baleares, no”, explica Del Campo. “En el Guadalquivir, se esperan temperaturas de entre 36° y 38° y el umbral de ola en esa zona son 41°, en Madrid, que está en 36°, no se pasará de 30° a 32°”, ejemplifica Del Campo. Sin embargo, en Canarias, sí que puede alcanzar el rango de ola.

En la España peninsular y Baleares, el verano pasado hubo cuatro olas, dos en julio y las otras dos en agosto. En septiembre es inusual que ocurran y en octubre no ha pasado nunca. De las 72 olas registradas desde 1975, año en el que arranca el estudio de Aemet de este fenómeno, solo cuatro se han producido este mes. “La última fue entre el 3 y el 7 de septiembre de 2016 y, la más tardía, fue del 12 al 17 de septiembre de 1987″, contextualiza Del Campo.

En Canarias, que tiene su propio cómputo al ser el clima distinto al del resto de España, sí son más comunes en septiembre e incluso suceden en octubre, mes en el que ya ha habido nueve. De este junio a agosto, el archipiélago ha padecido dos olas y, de un total de 44 en verano, 14 han tenido lugar en septiembre. “No es descartable que este episodio pueda acabar siendo una ola de calor en Canarias. De momento la probabilidad no es alta, pero existe”, destaca el portavoz de Aemet.

En todo caso, que no sea un episodio tan adverso como una ola de calor no quiere decir que no sean “temperaturas extremas para la época del año”. “Si se activan avisos de nivel amarillo ―los más bajos de una escala de tres―, que es muy posible, sería la primera vez que ocurre en octubre y sucede el mismo año en el que, por primera vez, se han lanzado avisos por altas temperaturas en abril, por lo que habríamos ampliado la ventana a plena primavera y a pleno otoño”, subraya el portavoz, para quien resulta “muy destacada” la concurrencia de dos episodios extremos, el de finales de abril con casi 39° en Córdoba, en el que se batió por casi cinco grados el récord nacional anterior de dicho mes, y otro entre finales de septiembre y principios de octubre.

Posibles récords mensuales de temperatura

Además, se puede romper el techo del calor de octubre de la España peninsular y Baleares. El actual récord de temperatura máxima de este mes son 37,5° en Marbella (Málaga) el 22 de octubre de 2014, seguidos de 37,4° en Andújar, el 12 de octubre de 2004. En Andújar se esperan 38° el viernes y 39° el sábado y el domingo, con ocho días consecutivos a 37° o más, la máxima que hace de media en julio. También se pueden alcanzar los 38° en zonas de Canarias y en Aroche (Huelva). Y se pueden batir otros muchos récords mensuales locales: en Madrid, donde la máxima de octubre es de 30° en 1930, se esperan seis días consecutivos por encima de 30°”.

De momento, Aemet no puede concretar cuándo acabará el episodio, cuyos peores días serán entre el sábado 30 de septiembre y el lunes 2 de octubre. Aunque es “probable que a partir del martes 3 se produzca un refrescamiento comenzando por el noroeste y valle del Ebro”, el calor anómalo todavía persiste el jueves 5, hasta donde llegan las predicciones fiables. “No hay un final claro, no se ve una vuelta a los valores normales”.

¿Y cuál es el papel del calentamiento global en todo esto? Para el investigador de Aemet Juan Jesús González Alemán, se trata de un veranillo de San Miguel exacerbado por el cambio climático antropogénico, con una dorsal anticiclónica histórica en nuestra región en los próximos días”. Esta dorsal de récord en niveles altos de la atmósfera viene acompañada de un anticiclón estacionario en la superficie, lo que garantiza estabilidad, cielos despejados y ausencia de viento. A estos ingredientes se suma “una masa de aire procedente de latitudes subtropicales que es extraordinariamente cálida para la fecha”, tanto, que es “muy probable, a tenor de las temperaturas que se producirán en superficie, que sea la más cálida en 73 años de registros a esta altura del año”, anota Del Campo.

Para concretar la relación de este episodio con el cambio climático habría que hacer un estudio de atribución, que determinará cuánto de improbable sería sin la mano del hombre. A falta de dicho estudio, Del Campo recuerda que “el cambio climático hace que las olas de calor y los episodios de calor fuera de temporada sean más frecuentes e intensos y que este será un episodio fuera de temporada mucho más intenso que cualquier otro y tardío”.

“No es un caso aislado, en los últimos años estamos teniendo episodios de calor extemporáneos con una frecuencia mucho mayor y las últimas cuatro estaciones han sido las más cálidas, así que todo encaja. Entonces, ¿puede estar la huella del cambio climático detrás de este episodio? Pues muy probablemente sí, seguramente este episodio es mucho más probable y también más intenso por el calentamiento climático antropogénico”, concluye el experto.


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Sobre la firma

Victoria Torres Benayas
Redactora de la sección de Madrid, también cubre la información meteorológica. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra, cursó el máster Relaciones Internacionales y los países del Sur en la UCM. En EL PAÍS desde el año 2000, donde ha pasado por portada web, última hora y redes, además de ser profesora de su escuela entre 2007 y 2014.

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