Interior exige a Europol que rectifique un informe que vincula el independentismo catalán y vasco con el terrorismo

“En España, los movimientos independentistas catalán y vasco son actualmente los más activos y violentos dentro del panorama separatista español”. Esta frase, incluida por la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial (Europol) en su Informe de Situación y Tendencias del Terrorismo en la UE (Tesat 2023), ha llevado al Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), dependiente del Ministerio del Interior, a remitir una carta al organismo en el que reclama que se eliminen estas “alusiones” que vinculan al secesionismo con el terrorismo. La misiva, adelantada por El Mundo y cuyo contenido ha confirmado EL PAÍS, fue enviada por el departamento de Fernando Grande-Marlaska el martes, en pleno debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo y tres semanas después de que, el 5 de septiembre, el expresidente catalán Carles Puigdemont, en una conferencia pronunciada en Bruselas, supeditara su apoyo a la futura investidura de Pedro Sánchez, entre otras cuestiones, a la desaparición de esas referencias.

Las polémicas referencias aparecen en el documento de Europol, publicado el pasado verano y de acceso libre, dentro del epígrafe Terrorismo etno-nacionalista y separatista. Ahí, y junto a organizaciones como el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK, en sus siglas en kurdo), se incluye el subapartado “Grupos separatistas en España” en el que, además de la frase con la que arranca esta información, se destaca que los movimientos independentistas catalán y vasco combinan en sus narrativas “separatismo con opiniones de extrema izquierda, centrándose en mensajes contra el Estado español y sus instituciones, así como contra temas más amplios como el capitalismo”. El documento de Europol añade que “han surgido varios pequeños grupos nuevos en los círculos separatistas de izquierda en España. Estos grupos utilizan el descontento social y las luchas económicas en sus mensajes contra el Estado español y contra el capitalismo, también como oportunidad para reclutar miembros de los sectores más desfavorecidos de la sociedad”.

El informe de Europol hace una segunda referencia al independentismo en España, esta vez en el epígrafe “redes, actividades y temáticas”: “En la UE se observó un solapamiento entre los extremistas de izquierda y los separatistas. Un ejemplo es la delimitación, a menudo poco clara, entre extremistas de izquierda y separatistas en la región vasca y Cataluña en España, sobre todo en cuanto a las motivaciones de los atentados”. El documento, de 94 páginas, se elabora con las aportaciones de los cuerpos policiales de los Estados miembros de la UE, entre ellos España, que remitió el pasado 21 de marzo un informe de medio centenar de páginas elaborado por la División Antiterrorista del CITCO. Según la carta remitida por el director del Centro, el general de la Guardia Civil Manuel Navarrete, el documento enviado por Interior no recogía las afirmaciones luego plasmadas en el análisis de Europol.

Según coinciden en señalar fuentes del CITCO y del ministerio, antes de la carta del pasado martes, España ya había solicitado a la agencia que eliminara las alusiones al independentismo catalán y vasco del epígrafe del terrorismo. Esta petición se hizo de modo “verbal” en junio, cuando aún no se habían celebrado las elecciones del 23-J que han dado a los dos partidos independentistas catalanes un papel protagonista en la investidura del próximo presidente del Gobierno, añaden estas fuentes. Sin embargo, el documento no fue corregido ―este miércoles aún era accesible la versión inicial en la página web de Europol― por lo que Interior hizo recientemente un nuevo requerimiento verbal al más alto nivel en el que un representante de la agencia europea pidió que la reclamación se formalizara por escrito. Así lo hizo Interior con la carta ahora conocida, que fue enviada el martes e iba dirigida a la directora ejecutiva de Europol, Catherine De Bolle.

En el texto, el general Navarrete se queja de que del informe “se infiere que los movimientos independentistas catalanes y vascos estarían considerados como organizaciones terroristas”, algo que considera no se refleja en el análisis que España envió en marzo a Europol. Según detalla en la misiva el director del CITCO, este documento español se refería “exclusivamente a las organizaciones ETA y Resistencia Galega” en el apartado de terrorismo y solo en otro epígrafe sobre “extremismos violentos” se hacía “mención a las dinámicas que llevan a cabo determinados colectivos, entre los que se cita a los independentistas, relativas a la realización de escraches y quema de banderas españolas”. El general recalca que “en ningún caso” se afirma que este tipo de actos “tengan relación con el terrorismo”.

Según fuentes conocedoras del informe remitido por España, el documento español destacaba, en el apartado de “Terrorismo no yihadista” que la actividad de ETA y Resistencia Galega es en la actualidad casi nula y apuntaba a que las Fuerzas de Seguridad estaban monitorizando las actividades de la disidencia de la organización terrorista vasca sin encontrar actividad terrorista por su parte. Las referencias al independentismo se limitaban a varias alusiones en un subepígrafe “Actividad radical” en el que se detalla que, en 2022, el “extremismo” ―en el que el CITCO engloba desde el anarquismo a la extrema derecha, pasando por el secesionismo― protagonizó una quincena de actos violentos “cualificados”. De ellos, los expertos de Interior atribuyen tres a la “izquierda revolucionaria independentista vasca” y otros tres al “independentismo violento catalán”. El resto se repartía entre el anarquismo (uno), la extrema derecha (uno) y siete cuya autoría se adjudica a “otros”, en su mayoría ataques a entidades bancarias en Cataluña, que los expertos policiales consideran, por el modus operandi, que pudieron ser realizados también por grupos antisistema.

En 2019, el CITCO elaboró la Estrategia Nacional contra el Terrorismo, que está en vigor hasta este año, en el que se recogía como “preocupante” lo que denominaba “extremismos identitarios excluyentes”, al considerar que podían dar origen “a dinámicas violentas y filoterroristas entre sectores minoritarios de nuestra sociedad a las que hay que prestar atención”. Entonces, Interior alertaba que estos movimientos podía “derivar en violencia y verse incrementados en un entorno de crisis económica” hasta constituirse en “una de las notas preocupantes”.