Leonor de Borbón asegura que asume “con ganas” la formación militar que está a punto de iniciar

A menos de cuatro meses de que cumpla la mayoría de edad y a seis semanas de que inicie su formación militar, la heredera del trono, Leonor de Borbón, se ha convertido este miércoles en la protagonista indiscutible del acto de entrega de los premios Princesa de Girona, que han regresado después de cinco años a la provincia que les da nombre. Con voz clara, aunque visiblemente nerviosa, bajo la satisfecha mirada de sus padres, los Reyes, y de su hermana menor, la infanta Sofía, la princesa de Asturias ha leído en catalán, castellano e inglés un discurso con el que se ha presentado como abanderada de una generación que pretende “vivir en una sociedad más comprometida con los demás” que la actual.

Tras subrayar que los jóvenes como ella, cuyo talento se dedica a promover la fundación de la que es presidenta de honor, comparten preocupaciones sobre su formación, su proyecto vital o la “consciencia de vivir de forma equilibrada” en el planeta, ha añadido: “Acabo de terminar el bachillerato y estoy a punto de iniciar una nueva etapa con un periodo de formación militar. Y, más allá de mi responsabilidad, estoy contenta porque sé cuánto valoran los españoles a nuestras Fuerzas Armadas”. La primogénita de los Reyes ingresará el 17 de agosto en la Academia General Militar (AGM) para iniciar tres años de formación castrense al término de los cuales se convertirá en oficial de los tres ejércitos. Aunque no ha sido ella quien ha elegido la carrera de las armas, sino que se ha decidido así para prepararla como futuro Mando Supremo de las Fuerzas Armadas, función que ostentará cuando herede la Corona, ha querido dejar claro que la asume con alegría. “Es un momento importante en mi vida y me siento con muchas ganas y convencida de seguir aprendiendo y entregando mi mejor ánimo”, ha dicho.

A continuación, a modo de declaración de principios, ha enumerado los valores con los que ha “crecido” y que, a su juicio, personifican los premiados en la edición de este año: “respeto a los demás, esfuerzo, excelencia, búsqueda del conocimiento, templanza, disciplina, constancia. También”, ha apostillado, “capacidad para percibir la realidad y vivir con el entusiasmo propio de mi edad”.

Leonor de Borbón ha comenzado su discurso dando la bienvenida en catalán a los invitados y expresando su satisfacción por encontrarse en Girona, lo que ha convertido esta entrega de premios, ha subrayado, “en un momento muy especial”. Hasta 2017, este acto se celebraba en el Palacio Municipal de Congresos de la capital gerundense pero, tras el discurso de Felipe VI del 3 de octubre de aquel año, que abrió la puerta a la intervención de la autonomía catalana, su Ayuntamiento declaró al Rey persona non grata y la gala inició un peregrinar que le llevó al año siguiente a Mas Marroch, el local de los hermanos Roca, aún sin salir de la provincia, y en las siguientes ediciones ya a Barcelona. El regreso a la provincia de Girona —el acto se ha celebrado en un lujoso complejo hotelero en Caldes de Malavella— permitió el martes a la princesa de Asturias y a la infanta Sofía pisar por primera vez la ciudad de Girona y conocer la sede de la fundación, como ella misma ha subrayado.

La Casa del Rey ha aprovechado el reflujo de la tensión política en Cataluña para ir recuperando terreno en la provincia cuyas instituciones se han mostrado más remisas a normalizar relaciones con la Familia Real. Aunque ha remitido la hostilidad de los últimos años —unos 300 manifestantes, convocados por una plataforma antimonárquica, han intentado acercarse a la sede del acto desde la cercana población de Caldas, pero el cordón policial de los Mossos d’Esquadra les ha cortado el paso cuando habían recorrido unos dos kilómetros— la normalización no acaba de llegar: la Generalitat y las instituciones gobernadas por las fuerzas independentistas siguen ausentes. En la fila de autoridades, tres dirigentes socialistas daban respaldo a la presencia de los Reyes y sus hijas en Cataluña: la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, y el primer secretario del PSC, Salvador Illa.

Tanto Leonor de Borbón como su padre se han referido por sus nombres de pila a los cinco premiados de este año: Sabrina Habib (Internacional), María Dueñas (Artes y Letras), Marc Schneeberger Pané (Investigación), Rafael Jordà Siquier (Empresa) y Silvia Fernández Cadevall (Social). Felipe VI ha subrayado que la nómina de jóvenes talentos se suma a un plantel de más de 70 galardonados en las 14 ediciones que acumula ya el premio y ha anunciado que el año próximo habrá una categoría más, al desdoblarse la de internacional en dos: Investigación Científica y Empresa.

El Rey, que ha iniciado su discurso presentándose como “el pare” (el padre de Leonor, que acababa de hablar), ha mostrado su orgullo por ver cómo su primogénita asume “con ilusión y responsabilidad su papel de presidenta de honor de la fundación” y ha añadido que tanto ella como su hermana forman parte “de esta [nueva] generación comprometida” con los problemas de la sociedad Hablando de la fundación, pero también de la generación de sus hijas, la ha comparado con “una semilla que crece y se convierte en una planta”, que “requiere los cuidados necesarios en cada etapa” y a la que hay que regar, alimentar, desarrollar y conectar con otras, para que germine.

Al final, Felipe VI ha resumido el legado que quiere dejar a las futuras generaciones con dos frases. “Es en el marco de la democracia y la libertad en el que la juventud ha encontrado siempre más progreso y desarrollo”, ha dicho. Y ha añadido: “Debemos darle estabilidad y garantía de futuro a nuestra juventud. Es necesario que todos, sin excepción, seamos conscientes de que ese debe ser un objetivo común, una voluntad compartida que aúne esfuerzos, proyectos, ideas, pensando siempre en la España de las próximas décadas”.