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Crónica
Texto informativo con interpretación

Sumar todavía no activa votos

El PSOE cree que Yolanda Díaz “ha movido el árbol” del elector de izquierdas. Los afines a la candidata intentarán evitar la ruptura con Podemos

Anabel Díez
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, en el Congreso de los Diputados, el pasado 22 de febrero.
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, en el Congreso de los Diputados, el pasado 22 de febrero.EDUARDO PARRA

La tesis de una operación del PSOE y de Sumar —o mejor, de un contubernio entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz— para prescindir de Podemos es verosímil. Aun así, no supera el nivel de especulación cuando se pregunta a interlocutores que conocen cómo piensa el jefe del Gobierno y líder del PSOE.

Lo único indubitado es el objetivo de Sánchez de no dar por perdida la posibilidad de reeditar una coalición de izquierdas con apoyo de los nacionalistas e independentistas si la aritmética parlamentaria lo permite tras las elecciones generales.

Sánchez quiere gobernar; Díaz también. Las especulaciones sobre si ese no sería el objetivo principal de Podemos forman parte de la narrativa de sectores de la izquierda, sin que tampoco haya base para darlas como verdaderas.

Sí es real y descarnado el enfrentamiento entre Podemos y Sumar. En ambos contendientes puede encontrarse el relato de la ruptura y, por tanto, de la presentación por separado en las elecciones de diciembre. No es posible, sin embargo, cerrar este capítulo dada la presión que los partidos que apoyan a Díaz piensan ejercer para que la ruptura no se produzca.

Apelación a la unidad

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La apelación a los cientos de miles de electores que los quieren juntos será constante en los próximos meses. El PSOE, tras el análisis de diferentes encuestas, asegura que Sumar no le arrebata votos, pero sí reconoce que Yolanda Díaz ha activado a electores de la izquierda y ese es un paso fundamental para tener opciones de reeditar una mayoría parlamentaria.

Esa activación no se traduce de momento en un aumento del voto a Unidas Podemos, que se mantiene en posiciones más bajas que las obtenidas en las elecciones de 2019. El último barómetro de 40dB. para EL PAÍS y la SER así lo recoge.

Dentro de la división, también es real la acritud de la dirección de Podemos hacia el presidente, al que recrimina no tener el coraje de tramitar leyes emblemáticas para la izquierda de la izquierda. No hay respuesta del lado socialista; no pone la otra mejilla, pero tampoco cede, por ahora, a las presiones legislativas de Podemos.

La actitud del PSOE es de cierto quietismo ante la pelea a su izquierda, pero no indiferencia. Yolanda Díaz “ha movido el árbol”, al lograr crear expectación en ciudadanos desmovilizados, por desencanto o enfado, en el amplio espectro de la izquierda. Hasta aquí llega el reconocimiento de interlocutores socialistas de los efectos preelectorales de Sumar. En ningún caso se da por cierto en el PSOE que Sumar haya empezado a succionar a votantes potencialmente de su caladero; tampoco se da por buena una supuesta operación con Díaz para destruir a Podemos. Este domingo, el coordinador general del PP, Elías Bendodo, presentaba a Podemos como víctima de un Sánchez ocupado en “fabricar” otro instrumento, Sumar, como complemento tras las elecciones. En el PSOE se escuchan sarcasmos ante estos relatos del PP.

La simpatía política entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz es una realidad, pero cada uno en su sitio y en defensa de sus intereses, precisan en ámbitos socialistas. La manera de entender la política de la vicepresidenta segunda, con la búsqueda constante de acuerdos, casa con la de Sánchez, por lo que el interés en su liderazgo y en el éxito de su espacio es máximo.

Aun así, la guerra con Podemos, traducida en listas electorales separadas, no es deseada por el Gobierno, “pero no por los efectos en número de escaños, que no variarían mucho juntos o separados”, aseguran, “sino por la decepción que pueda producir y con ello, el fin de la movilización”. Las fuentes socialistas recalcan que el efecto de la aparición de Sumar puede venirse abajo si se produce la ruptura con Podemos. Son muchos los rencores acumulados, por lo que el peso de la razón compite con el de la emoción en las dos partes.

De ello son conscientes los partidos afines a Díaz, que piensan mantener su presión para que la ruptura no se consume. Que “las piezas del puzle encajen”, fue el deseo expresado por Sánchez el miércoles en Roma. Es decir, que el acuerdo entre las fuerzas a su izquierda no salte por los aires. Las necesita a todas para gobernar, a sabiendas de que las de la derecha encajarán con seguridad, aunque el PP tratará de que Vox les permita gobernar sin estar en el Consejo de Ministros. Una pretensión muy ambiciosa.

En cálculos de gobierno también se mueve el PSOE. El dato favorable hacia los socialistas o sobre intención de voto más simpatía (como en el estudio de 40dB.) es el que subrayan de todas las encuestas. En ese apartado están a la cabeza.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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