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El bloque de investidura blinda la reforma de las pensiones y lo aprovecha para socavar a Feijóo

Los aliados del Gobierno cierran filas con más de 180 apoyos frente al voto en contra del PP y la ultraderecha en el pleno del jueves

De izquierda a derecha empezando por la primera fila: Nadia Calviño, María Jesús Montero, Felix Bolaños, Yolanda Díaz, Pilar Alegría, Isabel Rodríguez y Diana Morant, en la toma de posesión del nuevo ministro de Sanidad. Foto: ÁLVARO GARCÍA | Vídeo: EFE
Javier Casqueiro

El Gobierno de coalición verá refrendada este jueves con la convalidación en el Parlamento del decreto de reforma de las pensiones una de sus iniciativas más simbólicas y trascendentes de esta legislatura, económica, social y electoralmente. La práctica totalidad de sus socios parlamentarios ya han adelantado su apoyo y suman más de 180 votos a favor de blindar el aumento de las prestaciones a casi 11 millones de pensionistas, afianzando la sostenibilidad del sistema. La derecha y la ultraderecha parlamentarias, que llegan a 153 votos, han adelantado su oposición porque critican que el Ejecutivo apenas les ha facilitado información documentada de sus intenciones y desconfían de sus datos. El ministro responsable, José Luis Escrivá, lo niega. El PSOE y sus aliados aprovecharon su reafirmada unidad para socavar con dureza el rechazo al proyecto y los posibles recortes del PP de Alberto Núñez Feijóo.

La coalición del PSOE y Unidas Podemos se apresta a concederse un caramelo parlamentario este jueves, tras varias semanas de contratiempos y crisis internas, en la votación del decreto de la reforma de las pensiones diseñada por el Ministerio de Seguridad Social, que Escrivá presentó el martes tras el Consejo de Ministros y que ha sido consensuada con los agentes sociales y la Comisión Europea. Ni la patronal ni la derecha la avalan, pese a que el ministro también acudió a la comisión del Pacto de Toledo para explicar su contenido el día 15 y asegura que empiezan a querer copiarla en otros países europeos.

Los principales socios del Ejecutivo en el Congreso —ERC, EH Bildu, Más País, Compromís, PDeCAT y en este caso también Coalición Canaria— ya han anticipado no solo que apoyarán la reforma, con lo que aseguran un marcador a favor de entrada de 181 votos, sino que aprovecharon incluso para promocionar algunas de las mejoras introducidas en sus respectivas negociaciones con el ministerio para rentabilizar electoralmente esos contactos. Coalición Canaria exigió, además, que la propuesta se tramite como proyecto de ley, para introducir alguno de sus planteamientos. El PNV, que dispone de seis diputados y normalmente apoya al Gobierno, también precisó que no dejará caer ese decreto, pero no quiso aclarar si con un voto afirmativo o una abstención. La votación, por tanto, podría aumentar más allá de los 187 síes.

ERC ha relacionado su refrendo al decreto con un acuerdo con la coalición gubernamental en tres aspectos clave: la inclusión de una cuota de solidaridad; el incremento del 10% en el complemento de brecha de género previsto en el artículo 60 de la Ley General de Seguridad Social; y, finalmente, la ampliación del alcance de la cobertura de lagunas hasta los 84 meses para facilitar el acceso de determinadas mujeres trabajadoras a las prestaciones contributivas. El portavoz en esos asuntos de ERC, Jordi Salvador, agradeció incluso el “diálogo sincero” mantenido con Escrivá y que “haya plantado cara” a la CEOE.

La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, también anunció el voto positivo y lo conectó con la voluntad de incrementar así progresivamente las pensiones mínimas de viudedad y equipararlas con las contributivas de jubilación en los próximos cuatro años: “Hemos logrado que no haya ninguna pensión de viudedad por debajo del umbral de la pobreza”. El diputado del PDeCAT, Genís Boadella, destacó el “visto bueno sustancial” recibido por la Comisión Europea “porque condiciona la entrega de fondos europeos”. Joan Baldoví, de Compromís, lamentó que el PP y Vox volvieran a posicionarse con la patronal y contra unas medidas que benefician a tantas personas.

El portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, marcó el camino de las duras críticas de socios y aliados al líder popular, Alberto Núñez Feijóo, por oponerse a este acuerdo que afecta a casi 11 millones de pensionistas al apuntar que veía “difícil” que el PP lo validase “porque es una reforma progresista”. Los diputados de distintas marcas de UP, como Gerardo Pisarello, de En Comú Podem, o Antón Gómez Reino, de Galicia en Común, recriminaron a Feijóo que el PP votase contra un acuerdo que catalogaron de “histórico”, que fuese incluso a Bruselas a cuestionar el proyecto, “a crear bulos con ánimos electoralistas”, y también que suscribiese las tesis sobre el futuro de las pensiones del presidente francés, Emmanuel Macron, que “ha indignado a toda Francia” y que supondrán fuertes recortes. Gran parte de esas posiciones las refrendó el portavoz socialista, Patxi López, que dedicó gran parte de su exposición a arremeter ácidamente contra Feijóo y sus intervenciones de todo signo de los últimos días que tachó de “ridículas”, “patrióticas de pulserita y cartera”, “sin sentido de Estado o de país” y sometidas a los postulados de Vox.

Los portavoces parlamentarios del PP, Vox y Ciudadanos han sido igualmente implacables contra la propuesta de Escrivá, que intuyen como “insostenible” y que cuestionan porque creen que remite el problema de las pensiones a futuras generaciones de españoles. Todos elevaron sus tiros dialécticos por delegación contra el presidente, Pedro Sánchez. Esos tres partidos y sus diputados asociados llegarán el jueves hasta los 154 votos negativos.

La popular Cuca Gamarra ha lamentado que el Gobierno ni les haya llamado ni facilitado una mínima información ante un asunto tan trascendente y ha aclarado que apenas les habían aportado un power point [presentación de diapositivas] y tres documentos de Excel [hoja de cálculo]” a través del secretario de Estado de Seguridad Social, vía email, al portavoz de esa formación en el Pacto de Toledo, Tomás Cabezón. Gamarra llamó en la tarde del martes a López para recriminarle ese oscurantismo y tachó la reforma de “parche”. El PP, que no ha presentado ninguna alternativa a la fórmula Escrivá, mantiene que la solución a la carencia de ingresos para asegurar el sistema pasa por generar más empleo. Edmundo Bal, de CS, pidió la dimisión de Escrivá. El ministro aclaró acto seguido desde La Moncloa que el PP y los demás partidos presentes en el Pacto de Toledo escucharon su larga intervención y recibieron casi la misma documentación sobre la reforma que la entregada a la Comisión Europea.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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