El Estatuto de Castilla y León cumple 40 años entre crispación y ruptura de consensos
La irrupción de Vox vira el tono político y social comedido alcanzado entre PP y PSOE a lo largo de cuatro decenios
Hubo un tiempo en el que el mayor problema en las Cortes de Castilla y León era que los ascensores se atascaran en el castillo de Fuensaldaña (Valladolid) que las albergaba. La mudanza a la capital llegó en 2007 y allí siguió la paz política hasta que en 2019, con la coalición PP-Ciudadanos, aparecieron indicios de zozobra convertida luego en tsunami con el auge de Vox. La extrema derecha, que reniega del Estado autonómico, gobierna desde abril con un PP al mando desde 1987. El hemiciclo autónomo ha ganado decibelios y perdido consensos, lamentan seis figuras parlamentarias de distintas épocas y colores. Incluso las celebraciones del 40 aniversario del Estatuto han quedado deslucidas por el desinterés de Vox, que preside el Parlamento, y la ruptura entre bloques.
El primer presidente de Castilla y León, Demetrio Madrid (PSOE, 1983-1987), el único expresidente socialista y el único primer mandatario de la comunidad que ha acudido al acto de aniversario en las Cortes este viernes, estima que la “crispación política y social de Vox” se acusa aún más en un territorio “desmembrado, desarraigado y provincializado pese a sus muchas aportaciones a la historia de España”. Él valora cómo durante años un PP “más humano, menos agresivo y de menos confrontación” y su partido “buscaban consensos sin renunciar a la ideología”. Tanto él como los demás entrevistados ensalzan a Juan Vicente Herrera, que gobernó por el PP entre 2001 y 2019 y ha declinado participar en este reportaje. “Estoy lejos ideológicamente, pero reconozco que frente a lo de ahora era un demócrata”, sostiene Madrid, crítico con que el mandatario, Alfonso Fernández Mañueco (PP), rompiera con Ciudadanos para abrazarse a los ultras. Bien conoce José Antonio de Santiago-Juárez a Herrera, pues fue su mano derecha. “Es difícil que en Castilla y León crezca el sentimiento de comunidad, pero Vox da pasos atrás”, analiza el ex alto cargo, que rememora entendimientos con el PSOE.
Cada 25 de febrero, por el aniversario del Estatuto, el Parlamento premiaba a figuras públicas y celebraba un Pleno especial. Esta vez, de forma inaudita, no hay entendimiento. Carlos Pollán, presidente de las Cortes (Vox), desoyó las sugerencias de la oposición y sugirió a la Guardia Civil. Los demás grupos, PP incluido, se abstuvieron y Pollán decidió cancelar el galardón. “Es incoherente presidir un Parlamento sin creer en él”, resume De Santiago. El actual líder socialista, Luis Tudanca, es de la “generación Constitución”, pues nació en 1978, y creció con el Estatuto. El burgalés llegó a la Cámara en 2015 y con Herrera fraguó “cuatro grandes pactos”, línea que cree frustrada desde el pacto PP-Cs de 2019 y más ahora con Vox: “La extrema derecha trae ruido, Mañueco metió al zorro en el gallinero, quieren acabar con el estado autonómico y la representación de los trabajadores o la pluralidad. Todo hace un clima irrespirable”. Tudanca ansía “estabilidad institucional y consensos”. Los sindicatos han convocado una manifestación el propio día 25 contra un Ejecutivo que “está pervirtiendo la legalidad democrática”.
Las polémicas indignan a Rosa Valdeón, vicepresidenta con Herrera: “Hay mal ambiente palpable e involución de la acción política,”. Valdeón evoca las “discrepancias” de 2015, ya con el bipartidismo agrietado, pero nunca “ese clima irrespirable de imposición”. La zamorana avisa de que “el deterioro no se ve a corto plazo, el problema son las fracturas sociales” y admite que en su legislatura había “cosas mejores o peores” pero que con Mañueco al frente “este no es el partido con el que me comprometí”. Con el actual dirigente pactó Francisco Igea, vicepresidente entre 2019 y 2021 por Ciudadanos antes del anticipo electoral que dio vuelo a Vox.
El parlamentario Ángel Ibáñez (PP), expresidente de las Cortes y varios años consejero, define como “autonomismo útil” el hacer de Herrera y los “pactos de comunidad” con el PSOE. Ibáñez no cita directamente a sus socios, pero reconoce que los “grupos con posicionamientos lejanos al centro” dificultan el entendimiento, “sobra ruido”. El Gobierno, para él, cumplió el mandato electoral y “está centrado en un pacto” pese al “clima sobreexcitado, con debates más de trinchera que de política que la gente nos reprocha en el día a día”. Las pugnas entre grupos han deslucido los actos este viernes en las Cortes. Allí Pollán, ante ex altos cargos y figuras políticas y militares, ha emitido un discurso sobre el 40 aniversario del Estatuto de autonomía sin citar las palabras “autonomía” o “comunidad autónoma”, pero reclamando colaboración “sin filibusterismos políticos de ninguna índole”. Después, un “vino de honor” con cada grupo en su mesa. Sin mezclarse.
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