La gestión de la sanidad pública le estalla al PP a 100 días de las elecciones
El Gobierno trata de sacar partido de las contradicciones de los populares con la crisis de la Sanidad y el aborto, mientras la dirección popular ve “un error estratégico echar más leña al fuego” en el conflicto con los médicos
La dirección del PP analizó este lunes las consecuencias de la multitudinaria manifestación contra el deterioro de la sanidad pública en Madrid, consciente de que es una patata caliente para todo el partido y no solo para Isabel Díaz Ayuso. La cúpula está preocupada e incómoda con la respuesta de la presidenta de la Comunidad de Madrid, que ha optado por desacreditar las protestas y atribuirlas a “la frustración” de la izquierda para movilizar a un electorado “que está sin un solo motivo para ir a las urnas”, dijo ayer Ayuso desde Jerusalén.
El comité de dirección de Alberto Núñez Feijóo decidió optar por una estrategia diferente a la de su líder regional: primero, reconocer que existe un problema en la sanidad, aunque tratar de extenderlo a toda España para sacarlo del foco madrileño. Y, después, evitar la confrontación con los sanitarios y los manifestantes. Fuentes de la dirección popular consideran que es “un error estratégico echar más leña al fuego” en el conflicto con los médicos, como admiten que está haciendo el Gobierno de Madrid.
Mientras, el Gobierno central intenta explotar al máximo las contradicciones del PP con la gestión de la crisis en la sanidad y también con el aborto, donde las posiciones dentro del partido también son diferentes e incluso cambiantes en la propia dirección, como se vio este lunes cuando Borja Sémper dijo que el aborto “no es un derecho” después de que Feijóo diera por buena la ley del PSOE tras el rechazo del Tribunal Constitucional al recurso del PP contra ella. El Ejecutivo de Pedro Sánchez está especialmente interesado en profundizar en la idea de que hay dos modelos de gestión, uno el de la derecha y otro el de la izquierda. Feijóo parece querer huir de ese esquema, pero Ayuso le facilita las cosas al Gobierno y al PSOE, que entran fácilmente al choque con ella. Este fin de semana Sánchez se lanzó contra la gestión del PP por el asunto de la sanidad y este lunes la ministra de Educación y portavoz del PSOE, Pilar Alegría, se lanzó contra Sémper por decir que el aborto no es un derecho: “ahora dan marcha atrás, este es el feminismo del PP”, ironizó.
La dirección nacional del partido ha diseñado una estrategia propia para afrontar el problema de las protestas por la sanidad pública e intentar que no pasen factura a la marca del PP en las próximas elecciones autonómicas y municipales de mayo. Feijóo empezó a desarrollarla este domingo, cuando sostuvo que, pese a que las autonomías tienen competencias exclusivas sobre sanidad, el origen del problema está en la falta de médicos y de la oferta de plazas para médicos internos residentes (MIR), cuya convocatoria depende del Ministerio de Sanidad, es decir, en el Gobierno central. “No se crean plazas de médicos, no amplían la oferta de los MIR y no hay médicos de atención primaria, no hay pediatras. ¿Y la culpa la tienen los presidentes del PP?”, se quejó en un mitin en Sevilla. En una entrevista en Radio Nacional, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, respondió a las críticas del líder del PP: “Desde que Sánchez accedió a la presidencia del Gobierno, hemos incrementado un 40% las plazas ofertadas (…) Este año la convocatoria ha ascendido a 11.171 y en medicina 8.550, la mayor convocatoria de la historia”. Darias ha achacado la falta de sanitarios a los recortes del PP durante los años 2011 al 2018 y ha asegurado que su Gobierno le está “dando la vuelta” a esta situación.
El líder del PP intenta extender el problema a toda España para sacarlo del marco del PP, pero en la sede central de Génova son conscientes de que en Madrid el conflicto tiene más calado que en otras partes del país en parte por cómo lo está gestionando el Gobierno madrileño. En Madrid, donde las manifestaciones son masivas, los médicos de atención primaria llevan en huelga desde el pasado 21 de noviembre, y este lunes volvió a fracasar la reunión del comité de huelga y la Consejería de Sanidad, a la que siguen sin presentarse ni el consejero del ramo ni el de Hacienda. Además, los diferentes responsables del Ejecutivo regional, desde la presidenta hasta sus consejeros, insisten en que la huelga es “política” y la protesta busca “reventar la mejor sanidad de España”.
Aunque en público Feijóo respalde a Ayuso, con quien no quiere abrir ningún frente, fuentes de su dirección reconocen en privado su malestar con la gestión del Gobierno madrileño, sobre todo por desacreditar las reivindicaciones de los sanitarios. “Aquí hay dos modelos” afirman estas fuentes. “Por un lado, el de ir a la gresca; y, por otro, el de reconocer el problema, aunque digamos que es un problema de toda España. Hay, por tanto, una diferencia de modelos”, insisten estos interlocutores.
La incomodidad de Génova se hizo patente ayer cuando el portavoz de campaña, Borja Sémper, evitó en rueda de prensa respaldar las declaraciones de Ayuso sobre la multitudinaria marcha del domingo. “La posición del PP es la que yo le acabo de decir. Cómo se manifiestan otros líderes políticos tendrá usted que preguntárselo a ellos, pero la posición del PP es la que yo he dicho”, respondió Sémper evitando compartir las declaraciones de la baronesa popular. Sémper enfatizó que la dirección de Alberto Núñez Feijóo “respeta absolutamente cualquier manifestación, siempre que sea pacífica y respetuosa”, como la del domingo en Madrid.
Con todo, Feijóo hace equilibrios y su portavoz también compartió que, en Madrid, además de manifestantes de buena voluntad, hay un interés partidista en desgastar a Ayuso, como viene defendiendo el Gobierno madrileño del PP. “Este es un problema que nos interpela a todos. Hubo mucha gente que se manifestó con buena voluntad, la inmensa mayoría de los que ayer se manifestaron, pero también hay una intencionalidad obvia en que las manifestaciones se conviertan contra determinados políticos, no a favor de la resolución del problema”, reflexionó Sémper. La dirección nacional sabe que el deterioro de la sanidad va a convertirse en uno de los ejes principales de la campaña del 28 de mayo, y Feijóo va a tratar por todos los medios de sacar al PP del marco en el que quiere meterlo la izquierda, el que resume el lema que lucían los manifestantes en la protesta del domingo en Madrid: “Ayuso o sanidad”.
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