La polémica del Día de la Toma de Granada vuelve a las calles tras dos ediciones a puerta cerrada
El Ayuntamiento celebra la conquista castellana de la ciudad andaluza en 1492, un acto contestado por algunos sectores, y que Vox respalda frente a la división en “17 pequeños reinos taifas”
La pandemia obligó a celebrar en 2021 y 2022 los actos del Día de la Toma de Granada en el interior de la Capilla Real de la ciudad, pero en el recién estrenado 2023 la conmemoración ha vuelto este dos de enero a la calle y ha recuperado una normalidad que incluye desde hace años una polémica: si a estas alturas de la historia es necesario o no conmemorar victorias como las de los castellanos sobre los nazaríes en 1492. Ajeno a ese debate, el Ayuntamiento celebra cada dos de enero, gobierne quien gobierne, un hito que conmemora la conquista de Granada frente a los musulmanes hace hoy 531 años. Con la entrega de la ciudad se dio fin también al último reino musulmán en la Península. El portavoz del grupo parlamentario Vox en Andalucía, Manuel Gavira, ha asistido a la Toma y, según informa Europa Press, ha llamado a los españoles a “demostrar que estamos especialmente unidos”, en un país que, según él, “se encuentra sumergido en 17 pequeños reinos taifas, cada uno con su bandera, con su himno, con su Gobierno, con su Parlamento, factores que lo único que hacen es producir división en el resto de españoles”. Una plataforma ha celebrado un acto paralelo contra “una tradición insostenible en democracia”.
Los actos de celebración tienen siempre un parte que tiene lugar en el interior de la Catedral a la que solo tiene acceso una cantidad reducida de personas. A continuación, tiene lugar el momento más comprometido del día, el paseíllo de las autoridades de unos centenares de metros a pie entre la Catedral y el Ayuntamiento, un tramo en el que en años anteriores se han escuchado insultos cruzados entre partidarios y detractores de la celebración. Este año, tras el paréntesis de tres años por la pandemia, ese paseo ha transcurrido sin mayor dificultad, con la participación de autoridades políticas, religiosas y del Ejército con miembros de la Legión, jalonadas por una multitud desde las aceras y ha concluido sin ningún problema en el balcón del ayuntamiento con la concejal del PP Eva Martín tremolando el pendón de Castilla ante una plaza llena de gente.
La tarea de ondear la bandera desde el balcón municipal recae cada año en un concejal, según un turno que incluye a todos los ediles y no solo al equipo de gobierno. En 2015 fue el turno, entonces como concejal, del actual alcalde socialista, Francisco Cuenca, que se negó a hacerlo. Ya en la alcaldía, Cuenca defiende con el acto como “la celebración de un hecho histórico y una tradición que forma parte de la historia de este país”. Este dos de enero el alcalde ha explicado que se trata de “una tradición que celebramos desde el entendimiento, el respeto y la convivencia y que los granadinos vivimos con normalidad, con respeto y con ciertos espacios para que todo el mundo opine”.
La celebración de 2021 y 2022 fueron a puerta cerrada y no generaron polémica alguna. No ocurrió lo mismo con la de 2020. En aquella última celebración en las calles hasta la de hoy, el entonces secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, acudió a la ciudad y, como diputado, se incorporó a la comitiva. Ortega Smith se convirtió en el centro de atención. En los primeros momentos hubo algunos altercados que no fueron a más y no generaron peligro. Ninguno de las autoridades hizo entonces declaraciones excepto él, que acabó convertido en el centro de la celebración y en el objetivo de todas las fotografías. El año anterior, en 2019, fue el PP el que se hizo con el protagonismo al repartir 4.000 banderas españolas momentos antes de iniciarse los actos.
En la parte de quienes no consideran oportuno esta celebración anual se encuentra la plataforma Granada Abierta, que como cada año, ha convocado a un acto paralelo llamado Por la Convivencia, No a la Toma. Se trata de un acto “intercultural y laico, en el que nadie se sienta agraviado y en el que puedan participar todas las granadinas y granadinos”. Para esta plataforma, la celebración del Día de la Toma es “una tradición insostenible en democracia, pues obliga a hacer un amplio despliegue policial para evitar enfrentamientos”. El portavoz de este grupo, Francisco Vigueras, explicó en los días previos a la celebración de este dos de enero que “Hay que cambiar los pendones, espadas y marchas militares, que son símbolos de guerra, por poesía, música y debate, que forman parte de la cultura de la paz. Sería la mejor forma de empezar el año nuevo”, ha concluido el portavoz.
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