La UE realizará en España sus primeras maniobras militares conjuntas
La nueva fuerza europea de despliegue rápido, con hasta 5.000 soldados, se estrenará en el segundo semestre de 2023, coincidiendo con la presidencia española
La Unión Europea da otro paso más en la militarización emprendida para sobrevivir a una escena global inestable. La UE realizará sus primeras maniobras militares conjuntas en España en 2023, según el alto representante para Política Exterior y de Seguridad europeo, Josep Borrell. El primer ejercicio sobre el terreno de su nuevo brazo militar, la llamada Fuerza de Despliegue Rápido —que contará con hasta 5.000 efectivos—, se desarrollará durante la presidencia española de la Unión, en el segundo semestre del año próximo. Queda todavía, sin embargo, por cerrar un capítulo importante: cuánto costarán los ejercicios de entrenamiento y cómo se financiarán.
Las maniobras pretenden ser el primer ensayo para la puesta en marcha de la fuerza en 2025. Ese año, el mando de las tropas pasará de las unidades nacionales a la Capacidad Militar de Planificación y Ejecución (MPCC, por sus siglas en inglés), encuadrada en el Estado Mayor de la UE (EMUE), creado en 2017. Las maniobras de 2023 en España no movilizarán a los 5.000 efectivos de la futura fuerza, sino solo a una parte de los mismos, pero serán cruciales para comprobar la capacidad de mando y control de la MPCC, embrión del cuartel general de la UE.
Después de haber dado pasos sustantivos, empujados primero por la amenaza del Kremlin y después por la guerra de Rusia en Ucrania, la Unión sigue su cronograma hacia la realización de maniobras militares conjuntas, apuntó Borrell este viernes, durante la presentación del informe anual de gasto en defensa de la UE. “España se ha comprometido a acoger las primeras maniobras de los Ejércitos europeos juntos”, aseguró el alto representante.
Con la Fuerza de Despliegue Rápido, que ya se esbozaba en la Brújula Estratégica de la UE de 2021 y que contiene puntos de orientación geoestratégica de la Unión, Bruselas busca superar el concepto de battle groups europeos, que teóricamente tenían una disponibilidad de 1.500 militares, pero nunca se han activado por falta de voluntad política, y camina hacia una fuerza de intervención operativa, con 5.000 soldados, recursos financieros para su movilización y entrenamiento. Las misiones para las que se planea la futura Fuerza de Despliegue se basan, por ahora, en dos escenarios operativos: una primera operación de estabilización; y posteriormente otra de rescate y evacuación, según fuentes comunitarias.
El cuartel general de la UE (MPCC), que había liderado hasta ahora misiones no bélicas centradas en la formación de ejércitos de terceros países (Malí, República Centroafricana, Somalia o Ucrania) asumirá el mando de la Fuerza de Despliegue Rápido de la UE en 2025, pero ya se está preparando engrosando su personal. Todavía está por determinar en qué puntos de España se realizarán las maniobras (que podrían implicar también ejercicios navales) y cuántos uniformados participarán en ellas.
En los próximos meses, los Veintisiete debatirán su participación en las maniobras y también su financiación. Parte del coste lo sufragará España, como anfitriona; y los demás países participantes costearán una parte. Falta por determinar si, como reclama España, la UE también contribuirá a su financiación, pero aún no hay nada decido, según fuentes comunitarias.
El avance en la cooperación militar de la UE no tiene precedentes. Llega alimentado por la guerra del Kremlin y las amenazas híbridas. Desde la invasión de Ucrania ordenada por Vladímir Putin hace casi diez meses, la Unión ha lanzado medidas históricas en materia de defensa. Por primera vez ha financiado la compra de armamento letal para ayudar a un país en guerra, Ucrania. Ha puesto sobre la mesa un fondo europeo de 5.000 millones de euros para compras conjuntas de armamento para los estados miembros y ha lanzado una misión de entrenamiento para Ucrania; una misión que se acaba de poner en marcha y que tiene sus principales bases en Polonia y Alemania y que no se parece en nada a otras misiones de entrenamiento de la UE, ya que tiene lugar en territorio comunitario y, además, es una misión de “asistencia militar”, en lugar de solo de entrenamiento.
I witnessed at the training site of our Military Assistance Mission #EUMAM only 15 days after its launch an impressive specialised program on combat engineering and demining for Ukrainian troops, who bravely defend their nation.
— Josep Borrell Fontelles (@JosepBorrellF) December 2, 2022
The EU stands behind #Ukraine and is delivering. pic.twitter.com/TBPPOwG8Ya
A todos esos pasos se suma el anuncio hace unos meses del Consejo Europeo de que el rearme de la UE, necesario tras la guerra de Ucrania, se hará de manera “conjunta” entre los países.
Uno de los capítulos pendientes es el gasto conjunto en compras de material de defensa, que aunque ha aumentado, continúa siendo escaso: los países gastaron en compras o proyectos conjuntos 7.900 millones de euros (frente a 4.100 en 2020); un 18% del gasto total en equipamiento de defensa, muy por debajo del 35% que la UE se ha marcado como punto de referencia, según el informe anual de gastos de la Agencia Europea de Defensa (EDA). La guerra de Rusia en Ucrania ha sido una llamada de atención para muchos, ha reconocido Borrell. De hecho, las reservas de armamento de los Estados miembros están vaciándose debido al apoyo que algunos socios han enviado a Kiev.
El informe de la EDA, con datos de 2021, no revela datos desagregados de los países, debido a que algunos se ha opuesto a que su presupuesto para defensa por capítulos se revele. Los países miembros de la UE gastaron un total de 214.000 millones de euros en defensa en 2021; un 6% más que el año anterior. Sin embargo, esto representó solo el 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB), por debajo del objetivo del 2% que marca la OTAN. “En conjunto, estamos muy lejos de EE UU, tres o cuatro veces más abajo en cuanto a gasto, casi al nivel de China, pero cuatro veces más que Rusia”, apuntó Borrell.
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