Sánchez pide a la patronal que negocie con los sindicatos un acuerdo salarial
El nuevo presidente de la Internacional Socialista se pone como objetivo relanzar a la organización como alternativa “al capitalismo depredador” y “fortalecer” el orden multilateral y los vínculos con la ONU
Pedro Sánchez ha vuelto a reclamar a los empresarios españoles que lleguen a un acuerdo de rentas con los sindicatos en un contexto marcado por las secuelas económicas y sociales de la guerra de Ucrania. Su petición, en la clausura del XXVI Congreso de la Internacional Socialista (IS) en la que ha sido nombrado presidente, se produce días después de que Antonio Garamendi haya sido reelegido al frente de la patronal. Y en un momento en el que España es el segundo país de la UE con la inflación más baja (7,3%), por debajo de la media en la zona euro (10,7%) y solo peor que Francia pero aun así en unos niveles muy elevados. “En España gracias a la reforma laboral, aprobada por mi Gobierno y acordada con los agentes sociales, hemos avanzado como nunca se ha avanzado a lo largo de estos últimos 40 años en estabilidad y dignidad laboral. Hemos situado la negociación colectiva en el centro de las relaciones laborales. Por eso pido a la patronal, a la CEOE, que se siente con los sindicatos para lograr ya un acuerdo salarial que dé seguridad a los trabajadores”, ha solicitado el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE.
La propuesta de Sánchez, que viene demandando desde la primavera, se ha producido dentro de su defensa del “trabajo digno” y de “una economía justa que reemplace al modelo neoliberal”. La socialdemocracia, ha enfatizado, debería ofrecer ese modelo alternativo frente al “nacionalismo reaccionario” y a la receta del austericidio con que la UE respondió a la Gran Recesión de 2008. “La redistribución de la riqueza es una cuestión de principios y de valores”, ha resaltado tras su elección, sin más candidatos, como presidente de una organización en estado comatoso. Fundada en 1951 e integrada por más de 130 partidos socialistas, socialdemócratas y laboristas, Sánchez se ha puesto como tarea relanzar un organismo que languidece desde hace décadas y reconvertirlo en la “gran casa común del socialismo internacional” y en una “gran plataforma ideológica” que explote el tirón de sus miembros.
Sánchez no reservaba tres días seguidos y a tiempo completo a los asuntos de partido desde el último Congreso Federal del PSOE, hace poco más de un año en Valencia. El presidente del Gobierno ha sumado “al mucho trabajo que tiene”, según ha resaltado su antecesor socialista en La Moncloa, José Luis Rodríguez Zapatero, una nueva y “gran responsabilidad”: revivir la IS, una organización con un enorme potencial y capacidad de influencia frente al modelo neoliberal. La elección de Sánchez como presidente de la IS, el primero español, es el paso inicial para reflotar a una entidad que lleva décadas adormecida.
“Debemos fortalecer una organización que debe ser escuchada y ser tenida en cuenta en el mundo y que vuelva a unir a todos los partidos y organizaciones socialistas. La defensa del multilateralismo, en un mundo marcado por el capitalismo depredador, forma parte de nuestro ADN, y por eso es preciso reforzar el vínculo con Naciones Unidas: ese debe ser el foro para combatir las amenazas globales. Nuestro internacionalismo es el mejor antídoto contra las políticas miopes y de trincheras”, ha afirmado Sánchez en el cierre del Congreso de la IS, que cuatro décadas después ha vuelto a celebrarse en Madrid. Al acto han asistido 14 ministros de la parte socialista del Gobierno, los presidentes autonómicos de Asturias, Extremadura, Navarra y La Rioja y 12 secretarios generales de las federaciones territoriales del PSOE.
Una prueba de la complejidad del reto es que el líder del PSOE, que desde sus trabajos en Bruselas y Sarajevo en los años noventa le ha otorgado muchísima relevancia a la política internacional, es la atención que Sánchez le ha dedicado al Congreso de la IS. “Llegaba a primera hora de la mañana y se iba a ultimísima hora de la tarde”, comparten diferentes cuadros socialistas. La apuesta decidida por un “renovado pacifismo basado en la legalidad internacional” y una respuesta sin dilación pero “con justicia climática” al calentamiento del planeta por la contaminación serán otras de las banderas bajo el mandato del nuevo responsable de la IS.
Sánchez, que no ha hecho ninguna alusión a las rebajas de penas de agresores sexuales a raíz de la entrada en vigor de la ley de solo sí es sí —el Gobierno espera que esta semana el Tribunal Supremo dicte la doctrina a seguir— ni a la manifestación que a la misma hora había convocado Vox en la Plaza de Colón, ha hecho un llamamiento “para globalizar la justicia climática, los derechos y libertades”. “Esa globalización fue ignorada por quienes llevaron al mundo al desastre hace una década y quienes privatizaron ganancias obscenas y socializaron las pérdidas. Ante ellos debemos confrontar con una alternativa socialdemócrata más internacional y más socialista que nunca”, ha instado.
El nuevo líder de la IS, puesto que antes desempeñaron el alemán Willy Brandt o el portugués António Guterres, ha contado con el respaldo de Zapatero como en otros momentos relevantes desde que llegó a La Moncloa. “Hoy es un día trascendente, no es que haya una nueva Internacional Socialista, es la Internacional Socialista de nuevo, con toda la fuerza histórica y el liderazgo que ha sido capaz de transmitir en el mundo”, ha subrayado el expresidente del Gobierno. Zapatero ha apuntado implícitamente que la IS que Sánchez se propone potenciar no atraviesa por su mejor momento: “Ha sido la organización internacional política más importante en el siglo XX y debe serlo en el siglo XXI. Es nuestra responsabilidad construir una comunidad política internacional frente a las fuerzas reaccionarias e insensibles a los problemas globales”.
El desafío que encara Sánchez es mayúsculo: reanimar a un organismo sin chispa desde hace décadas. La parálisis de la IS llegó a tal punto los últimos años que incluso le surgió un competidor, la Alianza Progresista, de la que forman parte más de 140 partidos y organizaciones, entre ellas el PSOE. La inacción durante la etapa de Yorgos Papandreu, presidente desde 2006 —antes de que su partido, el PASOK, sucumbiera ante el ímpetu de Syriza y de las durísimas recetas de la UE en la Gran Recesión—, y de Luis Ayala, secretario general desde 1989, terminó provocando la salida de la IS de los socialdemócratas alemanes y suecos. Una de las primeras misiones de Sánchez es que regresen esos partidos, molestos con que no se respetasen los estatutos del organismo, según los cuales el presidente y el secretario general solo pueden ser elegidos para un máximo de ocho años (dos mandatos). Este domingo se vieron ya las primeras señales de acercamiento en las buenas palabras que Lars Klingbeil, copresidente del SPD, dedicó a Sánchez en un vídeo.
Relevo en la cúpula
El XXVI Congreso de la IS se ha desarrollado como el PSOE quería. Pero eso no implica que haya sido sencillo. Varios partidos europeos eran reacios, según distintas fuentes socialistas, a la continuidad de Ayala, que seguirá como Alto Comisionado de la IS y “consejero especial” de Sánchez. Papandreu continuará como presidente honorifico. “Sois imprescindibles también en esta nueva etapa que se abre”, les alabó el líder del PSOE. La sucesora de Ayala como secretaria general será por primera vez una mujer africana, Benedicta Lasi (Ghana). En Ferraz tenían claro que era necesario “un giro de 180º″ en la cúpula de la IS para poner lo cimientos para reflotar el organismo, pero en Ferraz se encontraron resistencias al relevo de Ayala. El presidente del Comité de África de la IS, el maliense Bokary Treta, defendió en una carta presentada en octubre a la organización “la fórmula de Pedro Sánchez como presidente y Luis Ayala como secretario general como la mejor oportunidad de éxito” y su respaldo “inequívoco” al dirigente chileno “porque es casi el único que viene a [vernos a] nosotros en África”. No fue la excepción.
El Comité de los países de la Comunidad de Estados Independientes y del Cáucaso también apoyó de manera “unánime” que Ayala permaneciese como “un garante de estabilidad” en otra misiva. El dominicano Miguel Vargas, presidente del Comité para América Latina y el Caribe, también propuso en septiembre a Ayala para la secretaría general “para un nuevo periodo”. Al final el cambio fue posible sin estridencias gracias a las negociaciones entre bambalinas del propio Sánchez y de Hana Jalloul, secretaria de Política Internacional y Cooperación al Desarrollo de la dirección del PSOE, y su equipo. El juego de equilibrios atendiendo a las diferentes regiones y sensibilidades también resultó clave: por ejemplo, Janet Camilo, de la República Dominicana, fue elegida esta semana nueva presidenta de la Internacional Socialista de Mujeres tras los dos mandatos de la marroquí Ouafa Jajji.
La apertura al África subsahariana con la apuesta de Lasi ha sido otro factor determinante en el encaje del sudoku con el que Sánchez espera reactivar la IS. “Eres ya un símbolo”, le dedicó a la secretaria general. La primera consecuencia de la renovación iniciada es que la mitad de partidos se ha puesto al día para pagar las cuotas. De lo contrario no habrían podido participar en la votación en la que Sánchez ha asumido el timón de una organización “con mucho potencial y capacidad de influencia” según comparten en La Moncloa y la ejecutiva federal del PSOE. “Salimos de este Congreso con la voluntad de aglutinar y juntar a todos aquellos que defienden y aplican las ideas progresistas en el mundo. Es más necesario que nunca tener una Internacional Socialista potente”, resumió el primer ministro portugués, António Costa, uno de los principales aliados internacionales de Sánchez.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.