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Feijóo rechaza un frente común de las tres derechas contra la reforma de la sedición

Los populares descartan la moción de censura que le piden Vox y Ciudadanos, así como participar en las manifestaciones que ha convocado la ultraderecha. El líder del PP pretende atraer al electorado centrista que cree que el PSOE deja huérfano

Elsa García de Blas
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el de Vox, Santiago Abascal (esquina derecha), en el desfile de la Fiesta nacional del 12 de octubre.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el de Vox, Santiago Abascal (esquina derecha), en el desfile de la Fiesta nacional del 12 de octubre.Samuel Sánchez

Alberto Núñez Feijóo no quiere hacer un frente común de las tres derechas contra la reforma del delito de sedición, a pesar de sus argumentos coincidentes con Vox y Ciudadanos, partidos que comparten con el PP el rechazo frontal a la iniciativa legal del Gobierno. Sin embargo, el líder del PP rechaza presentar la moción de censura con la que le presionan Santiago Abascal e Inés Arrimadas, ni participará en las manifestaciones que la extrema derecha ha convocado, según fuentes de Génova. Feijóo sigue su propio camino porque tiene otros planes: los populares creen que la reforma de la sedición erosiona al PSOE por el centro político, y quieren aprovechar para pescar en ese caladero. Eso implica rehuir cualquier iniciativa conjunta con los ultras, a pesar del enfado de Abascal, que este martes elevó el tono contra Feijóo . “El PP se equivoca rechazando de plano acciones conjuntas contra Sánchez”, se quejó el líder de Vox.

Ciudadanos y Vox aumentan día a día la presión sobre Feijóo para que haga uso del instrumento constitucional más grave contra el presidente del Gobierno por la reforma de la sedición, conscientes de que comparten con el PP un argumentario que da la máxima gravedad a la iniciativa legal del Ejecutivo.

Este martes, la secretaria general de los populares, Cuca Gamarra, calificó la situación como “absolutamente excepcional” desde el punto de vista político. Los primeros espadas del PP, desplazados a las comunidades gobernadas por el PSOE para interpelar a los barones socialistas con la sedición, insistieron en la misma línea. “No se puede arrodillar a España ante quienes la quieren romper”, enfatizó el coordinador general, Elías Bendodo, con un discurso compartido con Vox y Cs. Sin embargo, a pesar de coincidir en el diagnóstico, los populares rechazan la moción de censura que les plantean los otros dos partidos e instan a que los ciudadanos se pronuncien en las urnas en las elecciones de mayo. “Será entonces cuando con su voto hablen todos los españoles; todo lo demás es calentar el circo a Sánchez”, zanjó Bendodo.

El PP tampoco asistirá a las manifestaciones que Vox ha convocado contra la reforma el 19 de noviembre en Barcelona y el 27 de noviembre en la plaza de Colón de Madrid. Feijóo ya dejó la silla vacía en la manifestación de Colón en defensa de la enseñanza en castellano en Cataluña hace unos meses, aunque entonces su posición sí era sensiblemente diferente a la de la extrema derecha y Cs, con su defensa del “bilingüismo cordial” que los otros partidos rechazan. Pero esta vez, aunque sí haya coincidencia en el posicionamiento político, el PP se aparta de las protestas que han organizado los ultras. “El PP moderado de Feijóo y Moreno Bonilla no quiere nada con Vox”, asegura un dirigente de la cúpula. En el partido hay, en paralelo, un debate interno sobre si la derecha tiene o no que movilizar la calle. Génova no lo descarta, pero algunos dirigentes no lo ven. “La calle es incontrolable, organizas una manifestación y luego lo que allí se diga se te puede ir de las manos”, opina un miembro de la dirección.

El motivo de todos estos desplantes de los populares al partido de Abascal es la estrategia del PP para atraer al electorado centrista, que Génova cree que el PSOE va a perder con estas reformas legales pactadas con los independentistas catalanes.

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En su discurso el pasado viernes desde la sede del PP, Feijóo apeló “a la mayoría de ciudadanos que en Cataluña y en el resto de España añoran la moderación y la centralidad que su Gobierno ha finiquitado”, y se erigió en el representante del centro. “El centro político que no entiende esta decisión no está huérfano”, sostuvo. “Yo defiendo una política en que la discrepancia es compatible con el respeto”, defendió el líder popular, a quien, sin embargo, torpedea esta estrategia la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que no encaja en el molde moderado con el que Feijóo pretende presentar al PP.

Enfado de Abascal con el PP

El rechazo de Feijóo al frente común de las derechas ha disparado en paralelo el enfado de Santiago Abascal con el PP. El líder de Vox se dio por aludido por las palabras de Feijóo este lunes, cuando este defendió que el PP no va a responder al Gobierno desde “el radicalismo”. “Radicalismo es lo que hizo Feijóo en Galicia durante la pandemia, que lo acabaron tumbando los tribunales”, le contestó Abascal durante una entrevista en Esradio.

El jefe de filas de la extrema derecha cuestionó también la promesa de Feijóo de que derogará la reforma de la sedición si llega al Gobierno, recordándole que si pretende hacer tal cosa tendrá que ser contando con Vox. “¿Con quién va a hacer eso, si no, con el PNV?, interpeló Abascal, que cree que “el PP tiene un lío monumental. Esto no es Galicia, es otra cosa, y el PP tiene que elegir si quiere el modelo de Castilla y León o el de Ceuta, donde me han declarado persona non grata”. De momento, el líder del PP opta por no responder a sus preguntas.

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Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.

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