Tomás Pérez-Sauquillo, expresidente de Invercaria: “En los ERE se regalaba dinero mediante subvenciones y en Invercaria ni un solo euro”
El antiguo responsable de la empresa pública andaluza de capital riesgo Invercaria intenta evitar su ingreso en prisión
El expresidente de la empresa pública andaluza Invercaria Tomás Pérez-Sauquillo (Madrid, 76 años) está a un paso de la cárcel. Tras siete juicios por la gestión al frente de esta sociedad de capital riesgo entre 2005 y 2010, la semana pasada el Tribunal Supremo le condenó a tres años por malversación y ahora el exdirectivo busca evitar su ingreso en prisión mediante dos recursos ante el alto tribunal y el Constitucional, y una petición de indulto al Gobierno. Tras una década de investigación judicial con tres condenas en la Audiencia de Sevilla y a la espera del resultado de los 20 procesos que acumula la macrocausa, Pérez-Sauquillo defiende su inocencia, se queja de su mala salud tras dos operaciones a corazón abierto, y exige a Invercaria que le dé sus antiguos correos electrónicos. De momento sin éxito.
Pregunta. Invercaria nació con una grabación oculta del exdirectivo Cristóbal Cantos a su sucesora, Laura Gómiz. ¿Qué le parece el recorrido judicial al echar la vista atrás?
Respuesta. Ha habido un cambio de criterio continuo por parte de la Fiscalía, lo que me ha creado indefensión. Si me hubieran dicho desde el principio que mi problema era que no había documentación, hubiera centrado toda mi investigación en los análisis y habría dado con los correos intercambiados con los técnicos, que no han aparecido en ocho años y medio.
P. ¿Por qué sostiene que sufre indefensión?
R. Siempre he creído que todos mis correos estaban en el sumario, hasta que empezaron los juicios y me di cuenta de que Invercaria no los había mandado por un problema técnico del servidor que hacía imposible recuperarlos. Ahora mi indefensión es total porque solo me entregaron los de tres meses, cuando ya no era presidente y serían cuatro tonterías. La acusación de la Fiscalía no es por haber sustraído dinero, sino porque no hay documentación que justifique la inversión en los proyectos, y esa documentación está incluida en mis correos.
P. Es difícil de entender esa carencia de documentación tras una década de pesquisas.
R. Al principio la Fiscalía me acusó de no haber seguido el plan director de Invercaria, pero luego se dio cuenta de que este era un documento interno de mera observancia, se quedó sin acusación, y decidió que había invertido en los proyectos sin documentación. Yo siempre creí que se aportaban mis correos corporativos al sumario. Donde yo creo que la Fiscalía debería protegerme, resulta que me acusa y no entiendo cuál es la razón.
Cuando se firma un préstamo ante notario con obligación de devolverlo, nunca hay malversación de fondos públicos. La malversación solo se puede producir cuando se selecciona, se regala y se da dinero gratuitamente, no hay malversación si no se sustrae.
P. ¿Qué margen tiene para evitar la cárcel?
R. Primero pediré un recurso de amparo porque se han vulnerado gravemente dos artículos fundamentales, incluida la falta de tutela judicial efectiva. Esa indefensión obliga a la Administración de justicia a protegerme, no a atacarme. Y pediré una suspensión temporal de la ejecución de la pena porque hay contradicciones y vamos a exigir que haya una doctrina unitaria sobre la malversación.
P. ¿Pedirá usted el indulto al Gobierno?
R. Sí, será un indulto parcial y lo pediré en paralelo a la suspensión de la pena.
P. ¿Podría el Gobierno incurrir en trato de favor si concede el indulto a investigados de los ERE y no a usted por ejemplo?
R. Me sorprende que muchos medios no entiendan la diferencia enorme entre los ERE, donde se regalaba el dinero mediante subvenciones y en Invercaria, donde no se regaló ni un solo euro, todo fue a través de préstamos participativos con obligación de devolverlos. Esto es una enorme diferencia. Si se concedieran indultos en los ERE y no en Invercaria, el trato de favor sería descarado, sería de broma.
P. Entre 2005 y 2010 Invercaria gestionó 60 millones para 276 proyectos.
R. No fueron 60, mi capital social eran 42 millones. Tengo empresas [apoyadas por Invercaria] que cotizan en bolsa y otras con rondas de financiación de 200 y 300 millones. Firmas de éxito que multiplicaron su capital social por seis y siete en una época de enorme crisis económica. Hoy Invercaria tendría siete veces su capital social, lo que sucede es que nuestro propósito era enriquecer a las empresas que se acercaban.
P. ¿Se arrepiente de algo?
R. Absolutamente de nada, todo lo que he hecho en mi vida con la mayor honestidad y el mayor rigor y transparencia posible, exigiendo que mi nómina y complementos se individualizaran en la contabilidad para que el consejo los viera. Invercaria no era una empresa de pasivos.
P. Se han juzgado siete piezas con tres condenas para usted y están pendientes otras 13. ¿En algún momento del comienzo de la investigación policial y judicial intuyó la que se le venía encima?
R. Jamás. Yo soy un hombre que vengo del sector privado y no tengo ideología. Alguien se ha empeñado en decir que hay otro cargo socialista, pero yo no soy socialista, lo he dicho 14 millones de veces, soy liberal, sin más.
P. En 2008 cobró 152.000 euros, ¿por qué decidió subirse 40.000 euros tras tres años en el cargo?
R. Yo era consejero delegado para la empresa de la ampliación de Puerto Banús y cobraba 6.000 euros al mes. Cuando llegué a Invercaria tenía dos casas abiertas y vi que no me convenía seguir, mientras que en Madrid me habían guardado mi puesto y nombramiento. Todos los directivos de Invercaria cobraban complementos por no vivir en Sevilla, solo pedí lo que me costaba, no los atrasos (…) En el año 92, con Villar Mir, cobraba 14 millones de pesetas (84.000 euros).
P. ¿Tiene patrimonio para afrontar tantos juicios y condenas?
R. Esto me está costando una fortuna, una auténtica fortuna. Intentaré defender mi patrimonio legalmente.
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