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Sánchez ultima el Presupuesto y trata de frenar la guerra fiscal de los barones

El Gobierno prevé cerrar el martes unas Cuentas con un giro progresista

Carlos E. Cué
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en el Congreso.
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en el Congreso.Alberto Ortega (Europa Press)

Fueron días de vértigo. El PSOE creía haberle dado la vuelta al debate fiscal gracias a una decisión a la que se resistió cuatro años: el impuesto a las grandes fortunas, que presentó el jueves, y que en la práctica supondrá que los ricos de Madrid o Andalucía, las comunidades del PP que han eliminado el impuesto de patrimonio, vuelvan a pagar como lo hacen los del resto de España y bloquear así una guerra entre comunidades para llevarse a las grandes fortunas. Pero la carrera que estaban iniciando los barones socialistas y arrancó el valenciano Ximo Puig para bajar impuestos a las clases medias y bajas rompió el discurso del Ejecutivo y puso muy nerviosa a La Moncloa.

María Jesús Montero, la ministra de Hacienda, llamó al consejero valenciano, Arcadi España, para frenar la medida. Pero fracasó. Así que el Gobierno precipitó su propia reforma y, según varias fuentes, la hizo más fuerte de lo que tenía previsto, aunque en Hacienda insisten en que todo estaba pensado hace tiempo.

El anuncio del jueves, con una profunda reforma que incluye subidas a los millonarios, a las rentas del capital y a las grandes empresas, y bajadas a las rentas bajas y a los autónomos, con un saldo positivo para el Estado de 3.300 millones de euros en dos años, reorientó todo. Unidas Podemos está muy satisfecha porque cree que el PSOE se ha acercado a sus posiciones. Los barones socialistas, más tranquilos y satisfechos con una reforma de corte claramente progresista, se quejan de que no tenían ninguna información de los planes del Gobierno.

Todos se vieron en Zaragoza dos semanas antes y allí no se habló una palabra de fiscalidad. Nadie intentó coordinar las medidas que los barones tenían que anunciar porque en septiembre casi todos ellos hacen sus debates del estado de la comunidad, como le pasó a Puig, que no podía retrasar el anuncio porque tenía el pleno convocado. La Moncloa no contó sus planes ni siquiera a sus socios de Unidas Podemos, que insisten en que la bajada en el IRPF por debajo de 21.000 euros entró en la negociación en el último minuto, después del anunció de Puig, que La Moncloa conocía de antemano pero no avaló.

Algunos barones muestran preocupación por el funcionamiento de la coordinación en el PSOE en un momento en que vienen unas elecciones decisivas. La sensación de que cada uno empezaba a ir por libre forzó precisamente a La Moncloa a acelerar la reforma.

Debate sobre la fiscalidad

En medio de esa tensión, un detalle muestra la escasa coordinación de los barones cuando viene un debate como el de la fiscalidad, central en cualquier campaña electoral. Durante las últimas dos semanas, incluso después del anuncio de Puig, que desató un debate en todos los medios sobre la fiscalidad, el chat que tienen los barones socialistas para intercambiar opiniones y coordinarse se quedó en silencio.

Ni La Moncloa les adelantó sus planes, ni se comunicaron formalmente entre ellos, ni la reunión de Zaragoza, pensada para buscar unidad, logró una posición común sobre impuestos porque ni siquiera se trató.

Aún así, en La Moncloa están convencidos de que el debate está reorientado. Sánchez demostró este sábado en un contundente discurso ante el Foro La Toja, lleno de ejemplos y datos, sobre todo comparaciones con EE UU, que va a dar la batalla ideológica para defender que los impuestos son imprescindibles para parecerse a los países más avanzados y no a los más desiguales. La coalición negocia este fin de semana los Presupuestos para aprobarlos el martes con un claro contenido progresista, con hitos que confía en lograr Unidas Podemos como una reforma del seguro de desempleo para que tenga cobertura más amplia o una prestación universal de 100 euros por hijo. Con todo este paquete, el PSOE y Unidas Podemos creen que podrán recuperar la iniciativa y lanzarse a la batalla ideológica con el PP.

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