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La lucha contra el narco en el Estrecho va para largo

La unidad creada para el ámbito andaluz se disgregará en comandancias para hacerla más durarera en el tiempo

Jesús A. Cañas
Narcos Estrecho
Guardias civiles en una de las macrooperaciones dirigidas por el OCON Sur, en Algeciras en el 2020.A.Carrasco Ragel (EFE)

Corren malos tiempos para el narco del sur. El que no está en prisión, espera juicios más o menos inminentes. La desdicha de muchos de los traficantes del Estrecho ha tenido durante estos cuatro años siglas y apellido: OCON Sur. Desde que se creó en 2018 como respuesta al desafuero de alijos que se vivía en el Campo de Gibraltar, el Órgano de Coordinación contra el Narcotráfico de la Guardia Civil se ha convertido en uno de los grandes azotes contra los portes de hachís desde Marruecos. Ahora, el Ministerio del Interior ha decidido reestructurar esta unidad, creada en principio con carácter temporal, para disgregarla en las distintas comandancias de Andalucía y hacerla estable en el tiempo.

El OCON Sur estaba integrado por 150 guardias civiles procedentes de distintos territorios y que estaban comisionados en un órgano que desde el origen tuvo carácter temporal. El Ministerio del Interior decidió crearlo con un fin concreto y para enfrentarse a una situación fuera de toda normalidad, según explican fuentes cercanas al caso, informa Patricia Ortega Dolz. La mayor parte de esos agentes han entrado desde este mes de septiembre en una situación de transitoriedad a su nueva situación. Pasan a estar destinados temporalmente en los equipos antidroga de las distintas comandancias del sur, hasta que su plaza pase a estar completamente estabilizada. “Lo bueno es que, con el tiempo, se ampliarán los catálogos de esas comandancias”, explica una fuente conocedora de la nueva organización.

“Los actuales grupos operativos del OCON Sur quedarán integrados en los EDOA —Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas— de las unidades orgánicas de Policía Judicial, pasando a constituir un Equipo OCON en cada uno de los EDOA”, según ha explicado este jueves el Ministerio del Interior. Con todo, no trabajarán sin coordinación. En 2018, junto al OCON se creó otro organismo, el Centro Regional de Análisis e Inteligencia contra el Narcotráfico (CRAIN), menos conocido pero vital para el éxito en la lucha contra el narco. Mientras que el primer equipo se encargaba de toda la operativa y la logística, el segundo estaba centrado en analizar y estudiar toda la información que le llegaba sobre el narcotráfico en la zona. La idea es que ese segundo organismo cobre ahora más protagonismo en la dirección de cada OCON disgregada en el territorio.

La reorganización del órgano que lucha contra el narco se ha vivido entre algunos miembros del equipo con ciertas suspicacias por lo que consideran el fin del organismo, según explican fuentes conocedoras del caso. Sin embargo, Interior remarca que “se trata de consolidar las estructuras de investigación, transformándolas de temporal y extraordinarias en permanentes”. De hecho, la idea es que la situación de transitoriedad que ahora se ha abierto acabe mutando en un refuerzo indefinido en los distintos equipos antidroga. Durante estos cuatro años, los 150 investigadores que constituían el OCON recibían los mismos sueldos que el resto de sus compañeros en sus respectivas categorías, aunque sí tenían derecho a unas dietas por desplazamiento desde el lugar en el que tenían su plaza estable. Todos ellos accedieron a su nuevo desempeño con la encomienda de que “era temporal”, como explica esa misma fuente. Pasado el tiempo, en la Guardia Civil han optado por consolidar la situación para evitar perjudicar a las otras unidades de las que salieron esos agentes comisionados a al nuevo organismo.

Durante estos cuatro años, el OCON ha estado detrás de la mayoría de los grandes operativos que han dado caza a los grandes narcos del hachís del sur. No hay banda que no se haya topado con redadas centradas en su actividad o el blanqueo derivado de ella: la del Messi del hachís, Los Castaña, El Pantoja… Sus operaciones —enmarcadas dentro del plan Carteia— han engrosado las cifras de detenidos del plan especial en la lucha contra el narco que puso en marcha Interior, en coordinación con Guardia Civil y Policía Nacional. Hasta marzo de 2022, los dos cuerpos ya sumaban 60.573 sospechosos detenidos, de los cuales 6.056 fueron apresados por tráfico de drogas y contrabando en las distintas provincias andaluzas —se ha ido ampliando año tras año— que funciona el despliegue, según explicó el propio ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska.

El ministro aportó los datos a la vez que indicaba que el plan experimentaba un nuevo incremento espacial a seis provincias andaluzas y temporal hasta 2023 que tendría un coste 35.346.400 euros: 16 millones para refuerzo en personal y otros 19.346.400 euros para medios materiales, tecnológicos y de apoyo. La duda ahora es si la nueva reestructuración interna de la Guardia Civil en el sur tendrá los mismos buenos resultados en cifras de detenciones y, sobre todo, en investigaciones que desmontan la trama de blanqueo del narco, principal debilidad de las mafias del hachís. Interior asegura que “no se va a disminuir ningún esfuerzo”. Aunque una fuente cercana al Instituto Armado se muestra más cauta: “Estaban a un ritmo de muchas horas al día, ahora será distinto”.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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