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Narcotráfico

El narco Pantoja vuelve a ser detenido mientras esperaba un juicio dos veces aplazado

La Guardia Civil considera al traficante campogibraltareño colaborador de una mafia que movía droga y logística de alijos entre Vejer y Chiclana

Jesús A. Cañas
Clan de los Pantoja
Agentes de la Guardia Civil acompañan a un detenido durante uno de los registros realizados en la calle escudo en la barriada de San García en Algeciras (Cádiz), en el marco de una macroperación en la que han sido detenidas una treintena de personas contra una red de narcotraficantes dirigida por Jesús Heredia, el Pantoja, que también ha sido apresadoA.Carrasco Ragel (EFE)

El narco Jesús Heredia, alias Pantoja, siempre fue más de introducir grandes cantidades de hachís por la costa más inmediata al Estrecho de Gibraltar, hasta ahora, que parece haberle cogido el gusto a Chiclana de la Frontera, más cercana a Cádiz. En junio de 2020 fue detenido mientras almorzaba en un restaurante italiano de esta localidad, pese a la orden de búsqueda que pesaba sobre él desde hacía un mes. Ahora, tras pasar por prisión provisional y pagar una fianza que le dejó en libertad, ha sido apresado de nuevo por sus supuestos enredos con una mafia que se movía entre Chiclana y Barbate, especializada tanto en mover droga como en su logística aparejada. Este nuevo problema policial se suma a las, al menos, dos causas judiciales que tiene pendientes, una de ellas, con una fecha de juicio que se ha aplazado hasta en dos ocasiones.

El Pantoja es, desde primera hora de este miércoles, uno de la treintena de detenidos que suma el operativo de la Guardia Civil que ha desplegado 300 agentes en la comarca gaditana de La Janda. Los investigadores de Ocon Sur —el mando creado por el Instituto Armado para luchar contra el narco en Andalucía— les consideran partícipes de una banda especializada en suministrar combustible a las potentes narcolanchas que cruzan el Estrecho hasta Marruecos a recoger los fardos de droga. Además, tanto en intervenciones de días pasados como en los 39 registros realizados en las últimas horas —en las localidades de Algeciras, Barbate, Vejer de la Frontera, Medina Sidonia y Chiclana— han localizado unas 3,7 toneladas de hachís. Eso lleva a los guardias civiles a afirmar que la banda también estaba curtida en trasladar droga, apoyada en una logística compuesta por media docena de embarcaciones, diverso material electrónico y hasta diez vehículos, bienes ahora decomisados en el operativo.

Todos los movimientos de mafia estaban supuestamente coordinados por su principal cabecilla, J.M., al que la Guardia Civil también ha detenido. Era con él con quien El Pantoja tenía un acuerdo de colaboración que estaba funcionando desde hace, al menos, dos años, según explican fuentes de la investigación. Ese es el periodo que Ocon Sur lleva con sus pesquisas abiertas contra la banda y contra el conocido narco campogibraltareño. El inicio de este lapso coincide con el duro golpe que la Policía Nacional y la Guardia Civil asestó a la banda de El Pantoja en la denominada operación Caniche/Rubio, culminada antes de que se decretase el estado de alarma por la crisis del coronavirus en marzo de 2020. Pese a aquel despliegue que le llevó a ser detenido en junio de ese año, uno de los investigadores del dispositivo de este miércoles asegura que el narco “no ha dejado de estar vinculado” al negocio del narcotráfico.

Una fuente de la defensa de El Pantoja han confirmado la detención de su cliente —producida en la calle Escudo de Algeciras—, aunque han asegurado desconocer los motivos y los delitos por los que se le investigan. Ese mismo experto es el que le asesora en el juicio en el que desembocó la operación Caniche/Rubio y en la que le la Fiscalía Antidroga del Campo de Gibraltar pide para el narco hasta 13 años de prisión y una multa de 12 millones de euros por cargos que van desde pertenencia a organización criminal al delito contra la salud pública, pasando por los de tenencia de armas. Pese a estar considerado uno de los narcotraficantes más potentes de la zona y haber estado en busca, El Pantoja estaba en la calle a la espera de juicio, tras pagar hace meses los 30.000 euros de fianza que le solicitaban.

Tanto Jesús Heredia como otros 13 investigados más, acusados de pertenecer a su clan, tendrán que sentarse en el banquillo de la Sección en Algeciras de la Audiencia Provincial de Cádiz en septiembre de este año, si el juicio no se vuelve a aplazar. Es lo que ya ha ocurrido hasta en dos ocasiones, en septiembre del pasado año, por la renuncia de un letrado y a primeros de febrero de este año por un positivo en covid de otra abogada defensora. Contra El Pantoja hay, al menos, otra causa judicial más, ya que aparece como investigado en un caso que instruye la Audiencia Nacional en torno a una trama de portes de hachís a bordo de barcos de pesca. En ella, supuestamente estaba implicado el barco pesquero Rúa Mar, hundido en enero de 2020 mientras navegaba en aguas cercanas a Marruecos con seis tripulantes a bordo que fallecieron mientras participaba en un posible alijo de hachís de dos toneladas.

Potentes narcolanchas y barcos de pesca, ahora avituallamiento de gasolina y nuevas zonas de alijo: el narco El Pantoja siempre ha mostrado una aparente interés por diversificar su negocio por las vías más diferentes posibles. Heredia hizo sus primeros encargos en el hachís de la mano de los poderosos hermanos Antonio e Isco Tejón, conocidos como Los Castaña y considerados reyes del hachís. También se le ha vinculado como lugarteniente de Abdellah El Haj Sadek el Membri, más conocido como El Messi del hachís. El Pantoja se lanzó a ser su propio jefe después de que unos y otros comenzaran a tener cada vez más problemas con la Justicia —los Castaña se sentarán en el banquillo en abril por una causa de 2016 y El Haj lleva ya años fugado—. Ahora es él el acorralado, hasta acabar detenido una y otra vez.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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