Empieza un nuevo juicio contra el exjefe etarra Txeroki por un atentado en Bilbao: “No participé en esa acción”
La Fiscalía pide 32 años de cárcel para el terrorista, que cumple actualmente condena en Francia
Mikel Garikoitz Aspiazu, Txeroki, uno de los exjefes de ETA más sanguinarios, ha regresado este martes a la Audiencia Nacional para afrontar una de la decena de causas que tiene pendientes. Francia, donde el terrorista cumple condena, autorizó su entrega a España el pasado enero para ser juzgado por un atentado cometido en el centro de Bilbao en enero de 2002, que solo dejó dos heridos leves, pero que la cúpula política vasca consideró un auténtico intento de “masacre”. La vista ha arrancado con retraso y el etarra se ha desmarcado del crimen: “No participé en esta acción y no sé nada al respecto”, ha afirmado en euskera.
Txeroki se ha negado a responder las preguntas del fiscal y de las acusaciones, y ha contestado a una sola pregunta de su abogado. El ministerio público pide que se le imponga una pena de 32 años de cárcel por este crimen, perpetrado por el comando K-Olaia, al que pertenecía el procesado en aquella época, según la Policía.
Un coche bomba estalló a las 13.45 del 12 de enero de 2002 en la confluencia de las calles Gran Vía y Alameda de Mazarredo de Bilbao. ETA colocó en un Renault 18 hasta 30 kilos de dinamita y un sistema de activación por temporizador Casio PQ6, con un seguro de armado y dos detonadores eléctricos en paralelo. Los terroristas habían robado dos horas antes el automóvil en el Alto de Kobarón de Muskiz, donde encañonaron al conductor, que había estacionado en la zona para lavar el vehículo.
La Fiscalía detalla que el automovilista “fue abordado por detrás por dos varones” pistola en mano. Estos “se presentaron” como miembros de ETA y le obligaron a entrar en el coche, donde le colocaron una capucha y maniataron. Después lo abandonaron en una zona apartada. “Se encontraba maniatado con las manos a la espalda y atado a un árbol”, ha detallado este martes uno de los agentes que participó en el dispositivo de búsqueda de la víctima.
A continuación, los etarras telefonearon a Emergencias a las 13.10 para avisar de la colocación de la bomba. A las 13.22, el diario Gara comunicó a la Ertzaintza que también habían recibido una llamada alertando del atentado. Los terroristas aseguraron que el artefacto explotaría a las 13.30, por los que los agentes comenzaron a acordonar y a desalojar la zona. Pero la bomba estalló a las 13.45 y provocó dos heridos leves y más de 1,6 millones de euros en daños materiales.
Con este atentado, ETA buscaba cometer una “masacre” en el centro de Bilbao, según declaró entonces el alcalde de la ciudad, Iñaki Azkuna (PNV). El coche fue colocado en las inmediaciones del Banco de España, y cerca del BBVA y de El Corte Inglés, en plenas rebajas. Javier Balza, entonces consejero de Interior del Gobierno de Juan José Ibarretxe, afirmó: “[El crimen] va dirigido al corazón de la ciudad y al corazón de la sociedad vasca”.
Desde que Francia detuvo a Txeroki en noviembre de 2008, cuando era el dirigente de ETA más buscado, lo ha entregado temporalmente a España en varias ocasiones para ser juzgado. La Audiencia Nacional lo condenó por primera vez en 2011 a 377 años de cárcel por 20 intentos de asesinato. Su último paso por este órgano judicial fue en 2019, acusado de participar en el asesinato del magistrado José María Lidón, tiroteado el 7 de noviembre de 2001 en Getxo (Bizkaia). En ese caso, el tribunal decidió absolver al etarra por falta de pruebas.
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