Dolores Delgado renuncia como fiscal general del Estado por motivos de salud
La exministra será sustituida en el cargo por Álvaro García Ortiz
Dolores Delgado ha cerrado este martes una de las etapas más convulsas que ha vivido en los últimos años la Fiscalía General del Estado. Delgado ha presentado su renuncia, por motivos de salud, al frente del Ministerio Público, donde será sustituida por Álvaro García Ortiz, jefe hasta ahora de la secretaría técnica de la Fiscalía General. El Consejo de Ministros ha aprobado el relevo, que se hará efectivo en las próximas semanas, una vez que el Consejo General del Poder Judicial le dé el visto bueno este jueves y García comparezca ante la Comisión de Justicia del Congreso. Delgado ocupaba el cargo, al que llegó apenas un mes y medio después de dejar su responsabilidad como ministra de Justicia en el Gobierno de Pedro Sánchez, desde febrero de 2020.
La fiscal general se había incorporado a finales de junio a su puesto, tras dos meses de baja después de someterse a una operación de urgencia de columna vertebral, de la que arrastraba problemas desde hace tiempo. En la intervención le extirparon un quiste sinovial que comprimía uno de los conductos que unen dos de las vértebras lumbares y le trataron una fractura en la conexión entre esas vértebras. La fiscal había vuelto al trabajo, aunque su entorno admitía que con cierta dificultad, ya que la operación a la que se sometió requiere una recuperación larga y su columna sigue estando en mal estado y necesitará de nuevas cirugías. Su situación actual le dificulta estar sentada y debe pasar la mayor parte del día tumbada, y aunque ha intentado retomar plenamente las riendas de la Fiscalía General, ha llegado al convencimiento de que no está en condiciones para desempeñar esa responsabilidad y ha explicado su dimisión en una carta remitida a la ministra de Justicia, Pilar Llop.
En una nota hecha pública tras conocerse su renuncia, la fiscal ha subrayado lo “difícil” de una decisión en la que, asegura, ha tenido que conjugar su “inequívoca vocación de servicio público con un alto sentido del deber y responsabilidad”, lo que la ha llevado a “la convicción” de que no se encuentra “en las condiciones físicas exigidas para tan alta función”. Para la fiscal general, el balance de estos dos años y medio de mandato es “satisfactorio”. “Se han cumplido los objetivos del proyecto, en el que se han logrado hitos históricos para la carrera fiscal y la justicia española y un cambio de paradigma en la Fiscalía centrado en la transparencia, los valores democráticos, los derechos humanos, la perspectiva de género y la protección de los más vulnerables”, recoge la nota difundida por la Fiscalía.
La renuncia de Delgado pone fin a un mandato que, desde el inicio, ha sido convulso. Llegó a la Fiscalía General directa desde el Ministerio de Justicia, departamento que había dirigido durante el primer Gobierno de Pedro Sánchez, una situación inédita que la convirtió en diana de la derecha. No solo de la derecha política, sino también del sector más conservador de la judicatura y de la propia carrera fiscal, que ha ejercido de oposición interna poniendo en cuestión prácticamente todas sus decisiones.
Los episodios de mayor tensión llegaron por la política de nombramientos, para los que sus detractores acusaban a Delgado de favorecer de forma “arbitraria” a muchos de quienes fueron sus compañeros en la Unión Progresista de Fiscales (UPF), a la que ella pertenecía hasta que en junio de 2019 dio el salto a la política como ministra de Justicia. La Asociación de Fiscales (AF), la mayoritaria de la carrera, y de tendencia conservadora, llevó al Tribunal Supremo uno de ellos —el del fiscal de sala coordinador de Menores— y los jueces le dieron la razón al concluir que los argumentos de Delgado para nombrar a Eduardo Esteban Rincón (de la UPF) no cumplían “las exigencias mínimas” de este tipo de nombramientos. El tribunal instó a la fiscal a hacer una nueva propuesta y esta la hizo, pero insistiendo en su elegido. El asunto está de nuevo en el alto tribunal.
Aunque la renuncia de Delgado se haya precipitado por motivos de salud, fuentes fiscales confían en que su salida contribuya a rebajar la tensión dentro de la carrera. Su sustituto será Álvaro García Ortiz, actual jefe de la Secretaría Técnica de la Fiscalía. Con esta elección, coinciden fiscales consultados, el Gobierno de Pedro Sánchez opta por una línea continuista y respalda de forma directa la labor de la hasta ahora fiscal general, ya que García Ortiz ha sido su mano derecha desde que llegó a la cúpula del Ministerio Público. El futuro fiscal jefe fue portavoz de la UPF y ha ejercido la mayor parte de su carrera en Galicia, donde, entre otros, llevó la investigación por el hundimiento, en noviembre de 2002, del buque Prestige, cargado de hidrocarburos a 30 kilómetros del cabo Finisterre.
La ministra de Justicia, Pilar Llop, ha elogiado este martes el “ejercicio de responsabilidad” realizado por la hasta ahora fiscal general, a la que ha agradecido su “compromiso” al frente de la institución. Más crítico ha sido el PP, que ha reprochado al Gobierno que haya renovado la Fiscalía General unilateralmente y sin comentarla ni consensuarla con el principal partido de la oposición, un hecho que, según los populares, no ayuda en las negociaciones para las renovaciones de cargos constitucionales pendientes y que sigue bloqueada, informa Javier Casqueiro. En el PP recuerdan que el nuevo fiscal general participó en actos electorales de la última campaña autonómica en Galicia convocados por el entonces candidato socialista, Gonzalo Caballero.
El vicesecretario general del PP, Pedro Rollán, ha abundado en rueda de prensa en esas críticas a Pedro Sánchez, por la “oportunidad perdida para dignificar la figura del Fiscal General”. Rollán ha sostenido que el nuevo Fiscal es “más de lo mismo” que Dolores Delgado en el intento de controlar las principales instituciones del Estado y ha ratificado que siguen “tendiendo la mano” y “dispuestos a negociar y sentarse” con el interlocutor del Gobierno para renovar los cargos pendientes pero con sus condiciones ya conocidas.
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