El exministro Jorge Fernández Díaz dirigió la Operación Cataluña contra Pujol
El titular de Interior, al jefe de la policía y a Villarejo: “Negaré, incluso bajo tortura, que esta reunión ha existido”
Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior en el primer Gobierno de Mariano Rajoy (2012-2016), dirigió personalmente a una parte de la policía patriótica en la denominada Operación Cataluña para denunciar por corrupción a dirigentes independentistas catalanes como estrategia dirigida a frenar el desafío rupturista, según se deduce de una grabación a la que han tenido acceso EL PAÍS y el diario digital Fuentes Informadas.
La grabación recoge una reunión celebrada en Interior el viernes 16 de diciembre de 2012 entre el ministro Fernández Díaz, el número uno de la Policía, Eugenio Pino, y el comisario José Manuel Villarejo. La policía patriótica trabajó a las órdenes del Gobierno de Mariano Rajoy para buscar trapos sucios de los adversarios políticos del PP, filtrarlos a determinados medios de comunicación o judicializarlos con denuncias ante los tribunales. Sus principales víctimas fueron los independentistas catalanes y los dirigentes del partido político Podemos, según concluyó una comisión de investigación creada en el Congreso de los Diputados.
Fernández Díaz declaró en esa comisión que apenas cruzó con Villarejo “dos palabras, gracias a Dios”. Y añadió: “Durante los casi cinco años en los que he ejercido la responsabilidad de ministro del Interior, jamás he despachado nada con el señor Villarejo”.
La grabación que hoy reproduce EL PAÍS demuestra todo lo contrario.
La cita del 16 de diciembre de 2012 dura aproximadamente 15 minutos, fue grabada por Villarejo y pertenece al material requisado al comisario y no incorporado a ninguna de las piezas abiertas en el caso Tándem.
El ministro ha desmentido a EL PAÍS “categóricamente haber estado detrás de esa operación”. “Ni he planificado ni he orquestado absolutamente nada respecto a la denuncia que se presentó en la Audiencia Nacional contra los Pujol”, ha declarado Fernández Díaz a través de su abogado.
Los miembros de la policía patriótica, Pino y Villarejo, acordaron aquel día con el ministro presentar varias denuncias en la Audiencia Nacional y en los juzgados de Plaza de Castilla contra dirigentes independentistas, entre ellos el expresidente Jordi Pujol o el entonces presidente Artur Mas.
Las denuncias estaban basadas en testimonios del empresario Javier de la Rosa, antiguo amigo de Pujol; y de Victoria Álvarez, examante del hijo mayor del expresidente catalán. Ambos habían sido captados por el comisario Villarejo, quien les prometió ayuda económica a cambio de sus testimonios ante la policía. Las cúpulas política y policial del Ministerio del Interior estaban informadas de estas actividades del comisario, quien le explicó a Fernández Díaz sus últimas gestiones relacionadas con la Operación Cataluña.
“La chica” es Victoria Álvarez y ha contado a Villarejo que durante un tiempo viajó a Andorra con Jordi Pujol Ferrusola, quien llevaba grandes cantidades de dinero en billetes de 500 euros. El ministro del Interior interrumpe al comisario para recordarle algo que considera muy importante y que repetirá a lo largo de la conversación.
La anterior Operación Cataluña se perpetró un mes antes, coincidiendo con la campaña de las elecciones autonómicas catalanas, y no se judicializó. La policía patriótica filtró, con conocimiento del jefe de Gabinete del ministro del Interior, Francisco Martínez, un informe anónimo con datos falsos contra miembros del Gobierno de Cataluña, contra Jordi Pujol, contra jueces, fiscales y directores de medios.
En esta ocasión, Fernández Díaz se muestra cauteloso en su encuentro con Villarejo y quiere que esa reunión no se conozca.
Villarejo y Pino se ríen mientras el ministro les pide que guarden el secreto de esa reunión. A la vez, Fernández Díaz intenta garantizarse que la operación contra los independentistas llega a buen puerto.
Villarejo se compromete a llevar la denuncia junto al jefe de la UDEF. Y tranquiliza a Fernández Díaz.
El ministro del Interior se interesó en la reunión por si la denuncia afectaba a más personas, e incluso ordenó a Villarejo que se olvidara de algunos de ellos y preguntó por otros.
Nunca las denuncias sobre corruptelas contra Artur Mas llegaron a nada porque no se acreditó que tuviera cuentas en el extranjero, ni siquiera a través de testaferros, pese a que la policía patriótica filtró informes en ese sentido.
El ministro recuerda a los comisarios que están ante una “cuestión de Estado” que afecta “a la unidad de España”, e insiste en que es urgente presentar la denuncia.
Pablo Ruz era entonces el magistrado titular del juzgado número 5 de la Audiencia Nacional. Instruía desde 2010 el caso Gürtel y mantenía imputados a numerosos dirigentes del PP. El 28 de diciembre de 2012, el juez decidió rechazar las denuncias de la policía con los testimonios de Javier de la Rosa y Victoria Álvarez contra la familia Pujol. En las agendas de Villarejo se anota ese día la “decepción” del jefe de Gabinete del ministro ante esa decisión del magistrado.
Solo dos semanas después, prospera el recurso de la Fiscalía contra la decisión de Ruz y este juez reabre el caso y toma declaración a Álvarez el 17 de enero de 2013. Ocho años después y tras una investigación exhaustiva, la familia Pujol deberá sentarse en el banquillo, acusada de urdir una trama corrupta para enriquecerse durante años, aprovechándose de su posición privilegiada y de su influencia en la vida pública para cobrar comisiones ilegales a empresas contratistas de la Generalitat.
Cuatro conjuras contra el independentismo sin aval judicial
Algunos de los principales comisarios de policía se afanaron en una guerra sucia contra los independentistas catalanes tras la llegada al poder del Partido Popular (diciembre de 2011). Desde que el expresidente Artur Mas anunció el nuevo rumbo secesionista de su Gobierno, los comisarios de policía maniobraron, sin orden judicial previa, para buscar corruptelas que atribuir a los dirigentes catalanes. La cúpula del Ministerio del Interior pensó que destapando la corrupción de los independentistas frenarían la secesión. Pero se equivocaron.
Informe anónimo. Noviembre 2012. Durante los días de la campaña electoral de noviembre de 2012, el comisario Villarejo acordó con el jefe de gabinete del ministro, Francisco Martínez, filtrar a El Mundo un informe policial anónimo sembrado de acusaciones de corrupción contra los príncipales líderes independentistas catalanes que resultaron, en su mayoría, falsas. CiU, el partido hegemónico en Cataluña, perdió 12 escaños (de 62 a 50) en esas elecciones.
Familia Pujol y la examante del hijo mayor. Diciembre 2012. El ministro del Interior, Jorge Fernández, dirigió la operación policial contra Jordi Pujol y Artur Mas. Gran parte de la información recabada por la policía nunca se acreditó y el denunciante, Javier de la Rosa, se desdijo. Otra parte, correspondiente a la denuncia de la examante de Jordi Pujol Ferrusola, hijo mayor del expresidente, acabó con el procesamiento de la familia Pujol por el supuesto enriquecimiento ilícito a través de comisiones ilegales pagadas por contratistas de la Generalitat.
Banco de Madrid y BPA. 7 de julio de 2014. La policía patriótica logró que los dueños de la Banca Privada de Andorra (BPA), amenazados de cierre por un supuesto blanqueo de capitales en su entidad, facilitasen el pantallazo de una cuenta donde Jordi Pujol ocultaba su fortuna. El BPA acabó intervenido y tuvieron que cerrar su filial en España, el Banco de Madrid. Ahora, una jueza andorrana ha imputado por estos hechos al expresidente Mariano Rajoy y a sus ministros Cristóbal Montoro (Hacienda) y Jorge Fernández Díaz (Interior).
La cuenta suiza falsa de Xavier Trías. Octubre de 2014. La policía patriótica facilitó al diario El Mundo un extracto de una supuesta cuenta suiza del exalcalde de Barcelona, el convergente Xavier Trías. El banco suizo acreditó que la información era falsa.