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La coalición de izquierdas ensaya la unidad a trompicones

Yolanda Díaz, principal baza electoral de Por Andalucía, entra de lleno en la segunda mitad de la campaña

La vicepresidenta Yolanda Díaz y la ministra Ione Belarra, junto a Juan Antonio Delgado, Enrique Santiago, Inmaculada Nieto, Esperanza Nieto y José Antonio Jiménez, el sábado en Córdoba.
La vicepresidenta Yolanda Díaz y la ministra Ione Belarra, junto a Juan Antonio Delgado, Enrique Santiago, Inmaculada Nieto, Esperanza Nieto y José Antonio Jiménez, el sábado en Córdoba.Rafael Madero (Europa Press)

La coalición que reúne por primera vez a Podemos, IU y Más País no logra por ahora ser el revulsivo que pretendía. La división interna está lastrando el funcionamiento de Por Andalucía, una alianza construida a última hora y con muchas dudas acerca de su viabilidad. Tras una primera semana muy plana, con una candidata desconocida para el 90% de los andaluces, Yolanda Díaz entró este sábado en campaña con un acto en Córdoba para arropar a Inmaculada Nieto. En él también participó la secretaria general de Podemos, Ione Belarra. La imagen de las dos ministras juntas no se producía desde hacía casi ocho meses.

La vicepresidenta segunda multiplicará su presencia los próximos días en Andalucía. Este domingo está en Málaga con el líder de Más País, Íñigo Errejón. El martes, en Dos Hermanas (Sevilla) junto a Alberto Garzón (IU) y Belarra, aunque los nombres de los dos ministros no aparecen en las cuñas de radio que publicitan el acto. El miércoles, ya fuera de la campaña, intervendrá también en un foro sobre economía con la titular de Hacienda, María Jesús Montero, del PSOE. El objetivo de la formación, que ha planteado una campaña en positivo con una candidata de talante moderado, es sacar de la apatía a los electores, un elemento fundamental para no ceder terreno tampoco a Teresa Rodríguez, que sin apenas fondos ni estructura ha logrado mantener su hueco en campaña. Ninguna encuesta proyecta entre las dos fuerzas los 17 escaños que consiguió Adelante Andalucía en 2018, cuando ese partido englobaba a Podemos e IU. La de 40dB. para EL PAÍS da siete diputados a Por Andalucía y otros tres a la opción de Rodríguez.

Nada pasa en campaña y esa es la peor noticia para la izquierda. Los termómetros rozaban los 41 grados a las cinco de la tarde del sábado en Córdoba. La ola de calor, que junto al incendio en Pujerra (Málaga) abre los informativos regionales a mediodía, influye también en la indiferencia de un votante más pendiente de los carnavales y las romerías que de las elecciones.

La coalición nació tarde, tanto que ni el partido fundado por Pablo Iglesias ni el ecologista Alianza Verde forman parte de ella de manera oficial, aunque sí son socios políticos. Las fricciones por el liderazgo de la candidatura, finalmente en manos de una parlamentaria de Izquierda Unida tras un acuerdo de todos menos Podemos, abrieron una grieta importante entre los dos partidos principales de UP también a escala nacional, que negociaron siempre teniendo muy presente el futuro proyecto de Díaz. “Lo que iba a ser un ensayo de unidad se ha convertido en una alianza a regañadientes en la que todo el mundo desconfía de todo el mundo”, interpreta Joaquín Urías, profesor de Derecho Constitucional y exletrado del Tribunal Constitucional.

La crisis abierta durante el proceso andaluz se saldó esta misma semana con la destitución de la jefa de gabinete de la ministra Irene Montero en Igualdad, Amanda Meyer, miembro de la dirección de IU. El cese no causó sorpresa en su partido. Los motivos oficiales esgrimidos ―”cambio de etapa para el último año y medio de legislatura”― se aceptaron con deportividad, pero no es esa la lectura interna que han hecho en la coalición de izquierdas. Todas las fuentes consultadas lo consideran una “consecuencia” de la caótica negociación para formalizar Por Andalucía, en la que Meyer también se implicó. La política es una destacada dirigente de la formación en la comunidad, pareja del coordinador andaluz de IU, Toni Valero, y miembro de la mesa confederal, cuyo líder y ministro de Consumo, Alberto Garzón, apoya de manera clara el proyecto que impulsa la vicepresidenta. “Han querido dar una imagen de fortaleza con el cese”, interpretan fuentes de IU, cuando en realidad Podemos perdió el pulso que planteó sobre la candidatura a la presidencia de la Junta.

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Para Izquierda Unida, el movimiento es un “anticipo de lo que vendrá después”, cuando Díaz lance su proyecto, una plataforma con la que pretende superar el esquema clásico de la coalición de partidos y que empezará a conformar el 8 de julio. “Podemos planteará una negociación de confrontación y antes quiere limpiar la retaguardia”, aseguran.

“En la conversación de la gente en Andalucía no está Montero, ni tampoco [Íñigo] Errejón”, apunta la politóloga Ana Salazar, en referencia a la influencia que puedan tener en el voto los líos internos, tanto el cese de Meyer como el hecho de que el líder de Más País finalmente no vaya a estar en ningún acto con las ministras de Podemos, una fotografía de unidad para la que ninguna de las dos formaciones está aún preparada. En el mitin de este domingo en Málaga, con la presencia de Díaz y Errejón, Podemos prácticamente desaparece (está únicamente representado por el número dos por la provincia, José Piña). “Pero todo influye”, puntualiza Salazar. “Cuando hay conflictos, la gente no rema en la misma dirección”.

La candidata de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, es la gran desconocida de estos comicios. Según el barómetro del Centro de Estudios Andaluces (el CIS andaluz), solo el 9,7% de los encuestados sabe quién es, frente al 70% que identifica a Teresa Rodríguez. La líder de Adelante Andalucía ya fue candidata a la Junta en 2015 y 2018. En su equipo están satisfechos con el desarrollo de la campaña y su participación en el debate, en el que confrontó a la aspirante de Vox, Macarena Olona, al definir a su partido como “el brazo armado del terrorismo machista”. Urías, vinculado a los inicios de Podemos, cree que Rodríguez puede dar la sorpresa. “Va a quedar muy igualada con Por Andalucía”, vaticina.

A pesar de que nadie se queja en voz alta, en Podemos no están contentos con la campaña planteada por IU, de la que se sienten apartados. Ambas formaciones practican una suerte de tregua hasta el 19-J y evitan opinar públicamente, pero las tensiones y la falta de unidad son evidentes. Lo que pase después de los comicios dependerá del resultado. Hasta entonces, toca guardar las formas.

Pablo Iglesias, quien en la campaña de Castilla y León tuvo un papel activo, en Andalucía se ha quedado al margen. Sus declaraciones contra IU y Díaz por el resultado de las negociaciones evidenciaron el mes pasado el profundo malestar en Podemos. Precisamente, este domingo, a la misma hora que Díaz y Errejón se suben al escenario, Iglesias presenta su libro Verdades a la cara en San Fernando (Cádiz). Junto a él, el número uno por la provincia, Juan Antonio Delgado. Será su mayor aproximación a los comicios. Para entonces, la foto de Díaz con Belarra, a última hora del sábado y casi al límite de entrar en los telediarios de la noche, habrá pasado a la historia.

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