Las facilidades del Ayuntamiento de Madrid al comisionista Luceño: un salvoconducto para evitar las restricciones covid

La actitud del Ayuntamiento de Madrid con Alberto Luceño y Luis Medina, investigados por presunta estafa en el cobro de comisiones millonarias con la venta de material sanitario al Consistorio durante lo peor de la pandemia, fue de agradecimiento y deferencia en los días en que colaboraron. El propio alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, llamó al hermano del duque de Feria y envió una carta para reconocer su “generosa” ayuda por anunciar que iba a donarles 238.000 mascarillas. Pero, además, según se desprende del sumario, la Administración local facilitó que 50.000 de esos tapabocas acabaran en el hospital donde trabajaba la mujer de Luceño, para el que confeccionaron también un salvoconducto que le permitiera saltarse las restricciones de movimientos impuestas por las autoridades y acudir a la recepción del material por parte de los jefes de su esposa.

Esta operación la describió Elena Collado, la alto cargo del Ayuntamiento que mantuvo el contacto más asiduo con los comisionistas. Ella era la responsable de Compras durante la pandemia y había tejido una relación cercana con Luceño. “Un día me llamó Alberto; me dice que había hablado con Medina y que habían decidido donar 238.000 mascarillas al Ayuntamiento, para nuestro personal, de las cuales 50.000 querían que fueran al Hospital Universitario Puerta de Hierro, que es donde trabaja la mujer de Luceño”, detalló durante su declaración en la Fiscalía Anticorrupción, donde añadió: “A mí me pareció buenísima idea, lo comenté... Nos pareció fantástico. No era raro. Habíamos tenido docenas de donaciones y lo hacían... también les caía bien el alcalde... Y las 50.000 se recibieron con gran alegría...”.

Los contactos de WhatsApp entre Collado y Luceño, así como los correos electrónicos que se cruzaron, evidencian el enorme interés del comisionista por hacer llegar el material al hospital de su mujer. “Por favor, confirma cuándo van a llegar las 50.000 máscaras de donación a Puerta de Hierro. Son muy necesarias [...] Por favor, dime algo de cuándo van a llegar las 50.000 máscaras a Puerta de Hierro. Para mí es muy importante”, le pide por correo a su interlocutora a las 10.09 del 14 de abril. A las 12.19 le vuelve a insistir con un mensaje de móvil. “¿Cuándo llegan las 50.000 máscaras a Puerta de Hierro?”.

—Perdona, te cuento. Necesitamos una confirmación de que son válidas para uso médico. De momento, no las va a usar el Samur hasta que estén analizadas. Si no son aptas, llevarlas al hospital puede ser peligroso para el personal sanitario. Puede ser más prudente esperar un poco. [...] ¿Te parece bien lo de las 50.000? —le contesta ella.

—En China son las que usó el Gobierno. En otros países no ha habido ningún problema. Todo el mundo las cataloga como FFP2. Ayer envié todo bastante claro. Pero España... es España. Desde mi punto de vista es absurdo, pero bueno... El Gobierno está aceptando paños normales para hacer máscaras y ni las consideran FFP1. En el hospital de mi mujer no ha llegado apenas nada y trabajan con la máscara de 3 PLY de tres capas, que dura tres horas. Esta está testada para un mes. Pero ahí no pinto nada. Digo yo es que mejor donar ya... ¿no crees? Muchos sanitarios contagiados —vuelve a la carga Luceño.

—Es prudencia... Lo siento.

Pese al revés, avanza la maniobra de Luceño para que se facilite el acto de entrega de la donación, al que quiere asistir. Así que, a las 15.00 de ese mismo martes 14 de abril, Collado da luz verde: “Lo organizamos en cuanto me digas. Hora, contacto, si quieres ir…”. Él le contesta: “Jueves, por la mañana, para ir a las 10.00 al hospital. Me tenéis que hacer un pase. Me reúno con el gerente y con quién más de vuestra parte. Espero tu información”.

Los contactos siguen el miércoles 15 de abril: “Estoy a la espera de que me mandes autorización para ir mañana al hospital Puerta del Hierro a las 10.00 AM a reunirme con Julio y alguien del Ayuntamiento. ¿Cómo vais a llevar la mercancía?”, le escribe el comisionista por email a la responsable de Compras, que envía entonces varios correos a altos cargos del Ayuntamiento.

“Engracia ya ha avisado al Consejero de Sanidad de la donación que llevaríamos mañana a Puerta de Hierro; son 50.000 de las primeras 138.000 mascarillas que nos han donado (primer envío). La idea sería que acompañaseis al donante a hacer la entrega al gerente, con el que va a hablar Engracia esta tarde. Podría ser sobre las 10.00, si no os va mal”, escribe Collado en uno de ellos. Engracia Hidalgo, concejal del PP, responde a las horas, según consta en el sumario: “Buenas tardes, ya he hablado con el gerente del Puerta de Hierro. Cuando vayamos a ir (le he dicho que por la mañana), se lo decimos y él avisa a la persona que recepciona el material para que esté pendiente. Estará encantado en saludarle personalmente y darle las gracias”.

Completada esta fase, aún falta el pase para que Luceño pueda moverse con libertad y saltarse las restricciones covid. Pasadas las 23.00 del 15 de abril, Collado le envía la autorización, que firma Enrique López Ventura, director general de Emergencias del Consistorio —aunque el nombre del hospital que consta es “Ruber Internacional”, lo que extraña al propio comisionista, que pregunta por WhatsApp: “¿Ruber?”—. A los pocos minutos, pasada ya la medianoche, la alto cargo le facilita también un contacto: “Entonces, ¿le llamo mañana por la mañana para quedar con él, no?”, dice él. A lo que ella responde: “Él se va hacia allá con todo, y os encontraréis allí. ¿O prefieres ir al almacén?”. El mismo jueves 16, antes de la entrega de la donación, el empresario vuelve a escribir a su interlocutora: “Ya he coordinado con Roberto a las 10.30 en Puerta del Hierro. ¿Aparte de Roberto viene alguien más? Me imagino que Julio, el gerente, está avisado. Gracias por las gestiones”.

Luceño queda muy satisfecho y lo evidencia en sus conversaciones con Collado varios días después. El 23 de abril le dice: “Me han llamado del hospital de mi mujer para darme las gracias. Están todas las especialidades encantadas. Seguridad, lavado y comodidad”. El 24, añade: “Me comenta C., [su esposa], que se le acercan todos los días los jefes de otras especialidades para decirle que están encantados y que muchas gracias al Ayuntamiento y a mí”.

Almeida también agradeció a Luceño y Medina la “generosa donación” de 238.000 mascarillas al Consistorio de la capital. Según ha admitido el regidor y consta en el sumario, el dirigente del PP telefoneó al hermano del duque de Feria e, incluso, escribió una carta a favor de los dos comisionistas. “Este tipo de colaboraciones resultan, sin duda, de gran ayuda para que la ciudad de Madrid pueda hacer frente a las necesidades derivadas de la tremenda crisis sanitaria, social y económica que vive en la actualidad, garantizando las mejores condiciones de trabajo de sus profesionales”, rezaba la misiva firmada por el popular.

El juez ha imputado a Luceño y Medina por estafa, blanqueo, falsedad y alzamiento de bienes. La Fiscalía ha descartado el tráfico de influencias y no ha señalado a nadie del Consistorio.

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Declaración de Alberto Luceño