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Juicio al “francotirador” que quería “matar” a Pedro Sánchez: “No podemos permitir que humillen a Franco”

La Fiscalía pide 18 años y 6 meses de cárcel para el sexagenario ultraderechista, detenido en 2018 y acusado también de acopiar un arsenal de armas

J. J. Gálvez
El arsenal intervenido a Manuel Murillo, en una imagen difundida por los Mossos.
El arsenal intervenido a Manuel Murillo, en una imagen difundida por los Mossos.Mossos

Manuel Murillo Sánchez, un sexagenario vigilante de seguridad, quería “matar” al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Así lo repetía en los grupos de WhatsApp en los que interactuaba, y así se lo decía a varios de sus contactos. “A Sánchez hay que cazarlo como un ciervo y poner la cabeza en la chimenea”, “Nos hemos de mojar y actuar. Yo estoy dispuesto. Mi mayor ilusión es meter al traidor de Sánchez debajo de la lápida de Franco”, afirmó en varios mensajes enviados a sus interlocutores, según recoge el escrito de acusación de la Fiscalía, que pide condenarlo a 18 años y 6 meses de cárcel por idear planes para asesinar al jefe del Ejecutivo y llegar a pedir colaboración para ejecutarlos. La vista oral contra él se desarrollará el próximo martes y miércoles en la Audiencia Nacional, según el calendario del órgano judicial

El ministerio público despliega un contundente relato contra Murillo, al que se le atribuye el acopio de un arsenal y varios delitos: de homicidio en grado de proposición, depósito de armas y municiones de guerra, tenencia de armas prohibidas, depósito de municiones no autorizadas y tenencia de explosivos. Según la acusación, el sexagenario quiso pasar a la acción después de que el Gobierno socialista anunciase su plan de exhumar los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos —que se llevó finalmente a cabo en 2019—. “Expresó de forma explícita el deseo de acabar con la vida [de Sánchez] como medio para forzar un cambio en la vida política del país”, subraya la Fiscalía.

Arrestado en 2018 en Cataluña, Murillo es hijo del último alcalde franquista de Rubí (Barcelona) y un “nostálgico” de la dictadura, según fuentes policiales. “No podemos permitir que humillen al GENERALÍSIMO [sic] Francisco Franco ni a José Antonio Primo de Rivera. Es una venganza por haber perdido la guerra. Estos no solo saben ganar la guerra cuando el otro está muerto, sino que no tienen cojones ni saben luego cómo llevar un país”, escribió el 18 de julio de 2018 en un grupo de WhatsApp llamado Terrasa por España, donde añadió: “No lo voy a consentir. Si es preciso, me voy a ir armado y me sentaré en la tumba de Franco y, si se acercan, disparo [...] Si tocan a Franco sugiero que empiece la guerra otra vez por nuestro honor, patriotas no podemos consentir. Y esta vez no dejaremos ni uno”.

Según el ministerio público, el acusado “alcanzó la convicción personal de la necesidad de planificar acciones tendentes a causar la muerte del presidente como forma de derrotar al Gobierno socialista, y solicitó de forma pública y privada ayuda para llevarlas a cabo”. De hecho, contactó con una coordinadora local de Vox, a la que comentó sus planes con la “creencia de que disponía de la capacidad para proporcionarle” los “medios y contactos para materializar el plan”. Pero ella, según explicaron los Mossos tras su arresto, no dudó en acudir a la policía catalana con los audios y los mensajes que le había enviado.

En ellos, según la recopilación de la Fiscalía, Murillo decía: “Es un plan para acabar con el Gobierno que hay, pero no quiero que lo sepa nadie, solo los justos. Es algo como en la II Guerra Mundial fue Walkiria [sic] —en referencia a la Operación Valquiria, el atentado suicida ideado contra el líder nazi Adolf Hitler en 1944—. Yo lo hago. Necesito ayuda y tienen que ser patriotas. Soy un francotirador y con un tiro preciso se acaba Sánchez antes de que del todo hunda a España. No harían falta guerras”. “Lo haría particularmente, solo necesito periodistas que siempre están allí donde hay la noticia, para ir como ellos al punto en el lugar y hora que estará Sánchez, para tener preparado el disparo. Es para tirar de legos, por eso necesito alquilar un piso cerca y preparar todo como la peli de Una bala para el Rey [...] Hace tiempo que lo pienso, pero solo es muy difícil”.

Los Mossos dieron absoluta credibilidad a las intenciones de Murillo, un vigilante de seguridad en activo con tres licencias de armas —de tipo F (campos y galerías de tiro), D (armas largas de caza mayor) y E (armas de tiro deportivo y escopetas de caza)—. Sin pareja o amigos muy cercanos, sus escasos vínculos emocionales pusieron en lo peor a los agentes, que lo arrestaron el 19 de septiembre de 2018. En su coche llevaba, entre otras cosas, una pistola neumática; una carabina calibre 22; un puñal; útiles diversos para la practica del tiro, como trípodes y soportes; gafas de tiro; dianas de papel; prismáticos; perdigones; tres visores telescópicos; balines; unas esposas; y un cuchillo.

En su casa de Terrassa (Barcelona) hallaron más material, según el escrito del ministerio público: tres revólveres; una escopeta; un fusil de asalto; una ballesta; numerosa munición; ocho recipientes con pólvora; un artefacto explosivo; un “supresor de sonido” para arma corta” y visores telescópicos. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que estudió el caso durante la investigación, lo resumía así: “No le ha cabido duda al instructor [juzgado de instrucción 3 de Terrassa] de la seriedad del propósito del investigado de llevar a efecto el crimen planeado por el mismo, proponiendo el modo de llevarlo a cabo, el material con el que cuenta para ello, sus habilidades como tirador, lo certero que sería para privar de la vida a su objetivo, recabado solo para asegurar su propósito información sobre el momento y el lugar en que se realizaría”.

Los mensajes del acusado: "Armados para dar un golpe de Estado"

En su escrito de acusación, la Fiscalía recopila varios mensajes enviados presuntamente por el acusado:

"Empezar a volar cabezas": "Estoy por coger el rifle de francotirador y empezar a volcar cabezas de hijos de puta y traidores [...] Si viene por Cataluña y hace algun mitin, lo tenemos que estudiar y tengo todo para hacerlo. Un buen comando y (bien) preparado como ya sabes [...] Vendí dos rifles de caza y compré uno de francotiradores de la bala más rápida del mundo, 1.370 metros por segundo [...] Si alguien me ayudara formando un comando, intentaría acabar con todo como Tejero".

"Hay que pensar en un alzamiento nacional": "Las leyes no hacen nada mientras siga este Gobierno. Aquí hay que pensar en un alzamiento nacional [...] Si levantara la cabeza el abuelo materno de Pedro Sánchez, que estuvo al lado de Franco, le estaría dando ostias [sic] hasta donde no se puede decir, por haber traicionado todo por lo que luchó. Ya me gustaría tenerlo un día en el punto de mira [...] Si no hacen nada mejor, si tocan [a Franco], iré e igual me cargo a alguien, aunque sea el primero que se ponga por delante"

"Debemos volver al far west": "Si no hay elecciones pronto y sigue este desgobierno de ineptos corruptos y traidores que consienten la invasión y destrucción de España... debemos volver al Oeste del far west con un revólver en el cinto y si es con una MG42 mejor, así se limpia de mierda más rápido".

"Me cargo a Sánchez, lo juro": "Si sacan [a Franco], me cargo a Sánchez, lo juro [...] Llamo a un alzamiento nacional. Aunque parezca de locos, sería la verdadera solución [....] Llamo al Ejército y la Legión [...] Si no, tendremos que ir de francotiradores anónimos cargándonos a esos hijos de puta poco a poco, sin ayuda".

"Defender a España con las armas": "Un día nos hemos de reunir y, si todo va a peor, estoy dispuesto a defender a España con las armas. Tenemos que estar organizados, armados para dar un golpe de Estado y cargarse a toda esa mierda que se ponga por delante”.


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Sobre la firma

J. J. Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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