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Interior suprime la estatura mínima para entrar en la Policía Nacional, salvo para ser ‘geo’ o antidisturbios

El ministerio asegura que la eliminación del requisito busca incrementar el número de mujeres en la institución, donde ahora representan poco más del 16%

Grande-Marlaska pasa revista a la promoción de policías de la Academia de Ávila de 2019.
Grande-Marlaska pasa revista a la promoción de policías de la Academia de Ávila de 2019.Jaime Villanueva
Óscar López-Fonseca

Poder aspirar a ser policía ya no dependerá del sistema métrico. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha anunciado este lunes que la Policía Nacional va a dejar de exigir una altura mínima para ingresar en sus filas, salvo para aquellas unidades donde la talla afecta a la operatividad. A partir de la próxima convocatoria de acceso, prevista para 2023, los hombres ya no tendrán que medir 1,65 metros de altura como mínimo ni las mujeres superar el 1,60, una estatura, que ya únicamente se exigirá para formar parte del GEO (Grupo Especial de Operaciones, la unidad de élite cuyas pruebas de acceso son las más duras) y de los antidisturbios (ya sean de las Unidades de Intervención Policial o de las Unidades de Prevención y Reacción).

La retirada de esta estipulación física ―que llega días después de que se anunciase que el examen de ortografía ya no será prueba de selección excluyente.― facilitará la incorporación de más mujeres a la Policía Nacional, ya que era a ellas a las que más perjudicaba el requisito. Grande-Marlaska ha incidido en esta idea al señalar que “la actual regulación es más restrictiva para la mujer. Su límite está solo dos centímetros por debajo de la estatura media de las mujeres, mientras que en el caso de los hombres el margen llega hasta los nueve centímetros”. El ministro se refiere a que a partir de los 18 años la estatura media en España de los hombres es de 176,60 centímetros y la de las mujeres de 161,26, por lo que había un desequilibrio entre lo que se pedía a unos y a otras. En la actualidad, hay 11.154 mujeres en el cuerpo, un 16,3% de los algo más de 68.000 agentes actuales. Con esta medida, los responsables policiales aspiran a que este porcentaje se incremente.

La supresión de este requisito era una antigua reclamación de los sindicatos policiales. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) envió el pasado septiembre un escrito a Grande-Marlaska en el que le incidían en la necesidad de tomar esta medida en aplicación de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la UE de 2017 y de una directiva comunitaria de 2006. En 2018, el Ministerio de Defensa ya había rebajado de 1,60 a 1,55 metros la altura mínima requerida a las mujeres para poder entrar en el Ejército en aplicación, precisamente de aquella sentencia.

Interior ha destacado, en la nota en la que ha dado cuenta de la decisión, que este cambio supone equiparar a la policía española con otros cuerpos policiales de países europeos, como Francia, Italia, Países Bajos, Finlandia, Eslovaquia, Suecia, Noruega, Austria, Irlanda, Reino Unido, Rumanía, Dinamarca y Alemania, que también carecen de requisito de altura para acceder a sus pruebas selectivas. El cambio se incluirá en el nuevo reglamento que en las próximas semanas comenzará a debatir la Dirección de la Policía con las organizaciones sindicales.

Los requisitos para entrar en los procesos de selección de la Policía Nacional se han reducido en los últimos años, a veces con polémica. En 2011, una sentencia del Tribunal Supremo anuló el límite máximo de edad, fijado entonces en 30 años, para ingresar en la Policía al considerar este requisito contrario a la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE. Desde entonces, para optar a entrar solo era necesario tener cumplidos 18 años de edad y no haber alcanzado la edad máxima de jubilación.

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Más polémica provocó, el pasado mayo, los cambios en el cuadro de exclusiones médicas que regía desde 1998. En el nuevo desaparecieron patologías como la diabetes, la úlcera gástrica, la psoriasis, la enfermedad celiaca o algunos tipos de asma, pero se incluyó por primera vez la endometriosis, una dolencia ginecológica crónica y benigna que sufren una de cada diez mujeres. Esta última decisión provocó extrañeza, ya que otros cuerpos policiales o no la incluían (como los Mossos d’Esquadra) o lo hacían solo cuando era “incapacitante” (Guardia Civil y Ejército), matiz que no contemplaba la norma aprobada inicialmente por la Policía. Poco después, la policía enmendaba la norma para que esta enfermedad solo fuera excluyente cuando impidiese a quien la sufre a realizar las labores propia de un policía.

Finalmente, la semana pasada Interior publicó una orden por la que se eliminaba “la ortografía como prueba de selección excluyente” para el acceso a la policía. La medida supondrá el fin de la prueba en la que los opositores debían contestar en ocho minutos cuantas palabras de un listado de 100 estaban escritas de forma correcta o no. La decisión fue adoptada tras años de quejas de los sindicatos policiales, denuncias de opositores e, incluso, la anulación de los exámenes de acceso, como ocurrió en 2017, cuando se incluyeron numerosos americanismos o palabras en desuso como “bes”, “carriño”, “yuyo”, “champurrear” o “diunvirato”. No obstante, las normas que regulan la escritura de la lengua seguirán siendo tenidas en cuenta en la corrección del resto de pruebas.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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