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El penúltimo adiós de Traspinedo a Esther López

El pueblo donde desapareció la mujer el 12 de enero acompaña a la familia en el entierro y pide resolver las dudas sobre su muerte

Esther López Traspinedo
Amigos y familiares asisten al funeral de Esther López, mujer que estuvo desaparecida durante 25 días y que apareció muerta en las cercanías de Traspinedo.IVÁN TOMÉ (EFE)
Juan Navarro

Son las 11.58 cuando las campanas de la iglesia de Traspinedo restallan por primera vez. No pararán de tañer en toda la mañana. El sonido se cuela entre una multitud silenciosa que tan solo emite algún sollozo o palmadas en las espaldas entre personas desconsoladas que se abrazan. A las 12.04 una primera furgoneta trae flores. A las 12.21 llegan el coche fúnebre y los familiares. Los párrocos rezan ante el ataúd de Esther López, que entra a hombros en la iglesia de su pueblo. Pronto desfilan decenas de allegados y vecinos de la mujer, de 35 años, cuyo cuerpo fue hallado este sábado tras 25 días de búsqueda. A las 13.30 la comitiva fúnebre empieza a abandonar el cementerio. Tras de sí queda el último enigma una vez hallado el cuerpo: qué acabó con su vida.

Las derivas del caso han provocado múltiples teorías cuya falta de certezas desconciertan a la localidad. Las primeras pesquisas apuntaron a tres hombres, uno de los cuales estuvo arrestado durante seis días y su casa y coche fueron analizados al milímetro. Los otros dos, amigos de López, han sido investigados sin que se aclare su posible implicación en la desaparición de la mujer el pasado 12 de enero, una noche en la que ambos estuvieron con ella. Los rastreos de la Guardia Civil, peinando el río Duero y los pinares con perros y drones, y las batidas populares no dieron resultado. Fue un paseante quien el pasado sábado se encontró con un cuerpo en una cuneta junto a la carretera que conduce a Traspinedo, a unos 800 metros de donde fue vista por última vez por sus amigos.

El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la sesión de control al Gobierno, en el Senado, el pasado 1 de febrero de 2022.Foto: Ricardo Rubio (Europa Press) | Vídeo: EPV

Este lunes por la mañana un equipo de la Guardia Civil volvió a cortar esa trazada y simularon el recorrido y las huellas que habría podido dejar un vehículo en el supuesto de que López hubiera sido atropellada. La hipótesis de un posible atropello mortal ha cobrado fuerza tras el hallazgo del cuerpo, que fue localizado en un punto que no había sido trillado, pero por el que los vecinos aseguran que transitan a diario. De hecho, la investigación sostenía que el cadáver, que según las primeras conclusiones de la autopsia evidencia una muerte violenta, fue colocado allí el sábado por la noche. Los hematomas internos apreciados en Esther López, matizan fuentes del caso, no implican necesariamente homicidio u asesinato sino que pueden ser compatibles con un fuerte impacto como el de un atropello.

Las cábalas de lo ocurrido, con el secreto de sumario decretado por el juez, llenan de dudas a los habitantes de Traspinedo, hundidos tras la muerte de su vecina. “Ojalá se supiera pronto cómo ha sido y el pueblo y la familia puedan descansar”, asegura una mujer que prefiere el anonimato y que no se cree que el cuerpo pudiera haber estado 25 días en esa cuneta: “Es una carretera usada por mucha gente, autobuses o tractores”. La pena que muestra su rostro se apreciaba en muchas otras de las personas que han acudido a la iglesia de San Martín para intentar dar su calor a una familia helada, según quienes los conocen, desde el suceso. Las escenas de más emotividad han llegado dentro del templo, durante el funeral, cuando una prima con quien López mantenía una intensa amistad ha leído una carta en la que explicaba las vivencias juntas y las que esperaba pasar con ella de no haberse truncado su futuro.

Todas las miradas de Traspinedo, mientras los análisis siguen estudiando claves que resuelvan los hechos, se centran en la cuneta donde se halló el cadáver. La zanja junto al asfalto ha sido desbrozada por los agentes y la hierba y juncos arrancados dejan libre el lugar, junto a una señal de tráfico, donde se encontró el cadáver. Unos ramos de flores en honor a López reflejan el cariño mostrado hacia ella, acompañado por un dibujo con un texto: “Yo no soy tu cuñada, soy la chica que te quiere”. Un participante de las batidas que ha acudido a la cuneta asegura que los tractores que abundan en la zona, elevados y con las ventanas abiertas, deberían haber visto un cuerpo que no estaba plenamente oculto por la vegetación. “Es una zona con muchos zorros, cuervos y picarazas, se hubiera visto a los animales sobre la chica”, afirma esta persona, que conoce a la familia por su relación con el cercano municipio de Peñafiel. En la cuneta solo quedan desbroces, una rosa blanca marchita y muchas dudas.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, en comunicación corporativa, buscándose la vida y pisando calle. Graduado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS.

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