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Pedro Sánchez se atribuye no haber dejado caer al PSOE en la irrelevancia

La ejecutiva del partido se reúne por última vez antes del 40º Congreso Federal, y la mayor parte de sus miembros dan por seguro que no estarán en la nueva dirección

José Marcos
El presidente del gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (centro de la imagen), durante la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE en la sede socialista de la calle Ferraz de Madrid, este viernes.
El presidente del gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (centro de la imagen), durante la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE en la sede socialista de la calle Ferraz de Madrid, este viernes.EVA ERCOLANESE (EFE)

No había ningún punto en el orden del día. La última reunión de la ejecutiva del PSOE, que renovará al grueso de sus componentes en el 40º Congreso Federal la semana que viene en Valencia, ha sido, ante todo, emotiva. Un acto en el que Pedro Sánchez ha recordado el recorrido del partido en los últimos cuatro años, desde su victoria en las primarias de 2017 contra el grupo dominante socialista a la moción de censura que devolvió al PSOE a La Moncloa y el último ciclo ganador de las elecciones generales, autonómicas y municipales de 2019. “Recordad de dónde venimos: de la pasokización del PSOE que nos auguraban, al Gobierno de España”, ha dicho, según varios asistentes. Aludía así al riesgo que en un momento dado pareció correr el PSOE, tras la irrupción de Podemos (aunque Sánchez no mencionó a este partido), de caer en la pérdida de influencia y posterior desaparición que sufrió el partido socialista griego Pasok tras la llegada de Syriza.

La mayoría de los miembros de la ejecutiva tiene asumido que no repetirá en la futura dirección. Sánchez estudia desde hace semanas personalmente el diseño de la nueva ejecutiva, mucho más reducida y en la que solo tienen garantizada su continuidad Adriana Lastra como vicesecretaria general y Santos Cerdán como secretario de Organización. El resto, más allá de algunos nombres que parecen claros, como el del portavoz en el Congreso, Héctor Gómez, o ministros como Félix Bolaños, son quinielas.

Treinta y nueve del medio centenar de miembros de la ejecutiva ―con la pandemia también se añadieron varios ministros a las reuniones de la comisión permanente― han acudido este viernes a la reunión en Ferraz. Sánchez ha sido el único que ha intervenido, después de una breve introducción a cargo de la presidenta del PSOE, Cristina Narbona. “Ha sido una reunión de agradecimientos, de emociones, la ocasión para agradecernos unos a otros el trabajo realizado y recordar lo que hemos sido capaces de hacer juntos en cuatro años muy intensos en los que se han afrontado retos inimaginables”, ha destacado Narbona posteriormente en una conferencia de prensa en alusión a la pandemia y a las crisis más recientes como la de la erupción volcánica en La Palma. “En este tiempo la socialdemocracia se ha ido reforzando en nuestro país y los países de nuestro entorno. El liderazgo de Pedro Sánchez es bien reconocido”, ha afirmado. En diciembre de 2018, en la última convención del Partido Socialista Europeo en Lisboa, los socialdemócratas solo gobernaban cinco países de la UE: España, Portugal, Eslovaquia, Rumania y Malta. Tres años después, su poder se ha extendido y tras la victoria en las elecciones alemanas cuentan con liderar la etapa posterior a Angela Merkel.

“El presidente ha recordado la situación tan complicada cuando llegamos a la dirección en junio de 2017 y cómo en cuatro años nos hemos consolidado y somos referentes de la socialdemocracia”, sintetizaba otra dirigente de la dirección federal que apoyó a Sánchez en la travesía del desierto que siguió a su renuncia como secretario general en el comité federal del 1 de octubre de 2016. Según varias fuentes presentes, Sánchez, poco dado a emocionarse, lo hizo en un momento de su alocución. Cuando terminó se sucedieron los aplausos y los abrazos, mientras el líder del PSOE les agradecía su labor uno por uno. Con alguno recordó los tiempos en que, prácticamente en solitario, recorrieron el país en coche sin apenas apoyos ni medios y lograron el respaldo mayoritario de la militancia frente a la candidatura de Susana Díaz. La moción de censura contra Mariano Rajoy en junio de 2018 fue el colofón para ese equipo y derivó en un cambio de ciclo político en España.

El cónclave comenzó a las 9.30 y duró una hora. Antes, Sánchez visitó las instalaciones de Netflix en Tres Cantos (Madrid) y al mediodía se reunía con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. La dirección del PSOE celebrará una última comida el próximo viernes en Valencia, esta vez sí al completo, antes del comienzo del Congreso Federal.

La presidenta de La Rioja, Concha Andreu, obsequió con una botella de vino a cada uno de sus colegas de la dirección. “El camino empieza aquí”, rezaban las bolsas que las contenían. “Un detallito muy bonito para la última ejecutiva”, se despedía uno de sus integrantes, dando a entender que no repetirá. La mayoría no lo hará. La ejecutiva de 2017, con la única integración de Patxi López y de Guillermo Fernández Vara, respondía a los variados apoyos que hicieron posible la reelección de Sánchez como secretario general. El equipo de Sánchez persigue que la ejecutiva que surja del congreso de Valencia sea la de un PSOE unido que haya cerrado las heridas del pasado.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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