El Tribunal Constitucional en Cádiz y la España policéntrica que defiende la Comunidad Valenciana
Ximo Puig reivindica un país con las instituciones descentralizadas en el seminario ‘España polifónica’
La pandemia del coronavirus deja tres enseñanzas: primero, el fortalecimiento del Estado autonómico que se “ha federalizado” con las conferencias sectoriales, conformando una España más policéntrica y polifónica, más allá del eje polarizado de Madrid-Cataluña, Madrid-País Vasco; segundo, la importancia de los servicios públicos; y tercero, las alianzas estratégicas entre comunidades autónomas con las que la España periférica ha dado un paso adelante y pide respeto. Estas fueron las principales ideas que enmarcaron el debate del seminario España polifónica celebrado este martes y en el que el presidente valenciano Ximo Puig incidió en la reivindicación de un país con las instituciones descentralizadas. Fueron esbozadas por Joan Romero, catedrático de Geografía Humana y exdirigente socialista, en la presentación del encuentro organizado por la Generalitat valenciana y la Universitat de València en el antiguo refectorio del convento del Carmen, hoy centro cultural.
Hubo otra idea que también tuvo recorrido en una jornada de marcado acento federalista y descentralizador de España. El filólogo y ensayista Jordi Amat sacó a colación la propuesta de trasladar el Tribunal Constitucional de Madrid a Cádiz, formulada por los profesores de Derecho Constitucional en la Universidad de Extremadura y de Murcia, Gabriel Moreno y Germán M. Teruel, respectivamente, en un artículo en Agenda Pública. Entre las razones expuestas: el pasado de la ciudad andaluza, en la que se aprobó la primera Constitución española, en 1812 y la necesidad de descentralizar las instituciones en la periferia, lo que incrementaría “la capacidad de integración de nuestro sistema constitucional”, apuntan los académicos. “Es una idea atractiva”, afirmó Amat. El ensayista recordó la decisión del Parlamento de Portugal de trasladar el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas y el Tribunal Supremo Administrativo de Lisboa a Coimbra, mencionado en el artículo, y el reciente anuncio del presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, de su intención descentralizadora. Amat lamentó que el Gobierno catalán actúe como un sonámbulo y ya no tenga “ninguna propuesta para España, cuando tradicionalmente la ha tenido siempre”.
El presidente valenciano, Ximo Puig, recogió la propuesta en la intervención con la que se clausuró el seminario. Criticó el neonacionalismo español que “apuesta por el privilegio sin complejos” y cuando se plantea el traslado de “algunas instituciones residenciadas en Madrid se toma como un ataque directo a Madrid”. Esto revela una gran dificultad para entender la España real más allá de la M-30 madrileña, añadió. El dirigente socialista lleva años abogando por el federalismo —“pragmático”, apostilló el martes— y la descentralización que ahora formula con la reivindicación de una “España polifónica y policéntrica” en la que el Senado cumpla su cometido como cámara territorial o si no, que “cierre las puertas”.
Puig saludó el reciente anuncio del presidente Sánchez de desconcentrar instituciones “por justicia, y por inteligencia” si bien lo tildó de “no muy arriesgado y ambicioso”. Lamentó que no se admita abrir debates desde la periferia. El mismo presidente valenciano fue “fusilado al amanecer”, según comentó, cuando este verano propuso en una conferencia en Madrid buscar una fórmula de compensación por parte de los territorios que acumulan más poder y más renta y que, además, se benefician por el “efecto capitalidad”, en la línea de las tesis defendidas por expertos como el economista de Oxford Paul Collier.
Puig saludó también la propuesta de Cádiz como sede del Constitucional y bromeó con que “a lo mejor” el viento de la ciudad andaluza podría mejorar “algunas sentencias”, en alusión a la reciente sobre el estado de alarma, “que es de premio”, ironizó.
Blanca Rodríguez Ruiz, profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, también apostó por que Madrid abra la mano para el traslado de “ciertas instituciones” y criticó que todo el debate territorial pasa por Madrid y Barcelona. “Y a partir de ahí nos posicionamos todos los demás”, agregó.
Primero, el problema catalán
“Trasladar el Tribunal Constitucional a Cádiz es muy buena idea”, dijo Xosé M. Núñez Seixas, profesor de Historia Universidad de Santiago de Compostela. Lo primero, no obstante, sería resolver “el problema catalán”, por lo que habría que “hacer un gesto en ese sentido, más allá de la mesa de diálogo”. Por ejemplo, que pueda volver a España Carles Puigdemont y tal vez “lo más inteligente políticamente sería una amnistía, si se pudiera hacer”, sugirió.
La economista catalana radicada en Madrid Rocío Martínez Sampere sostuvo que la reciente crisis de la covid-19 ha traído una España más “socialdemócrata y federalizante” que muestra el camino. Se planteó la necesidad de combinar intereses contradictorios antes de tomar decisiones, aludiendo a que Londres o París son otros modelos de concentración. Apuntó como un contrasentido que la vicepresidencia primera del Gobierno, Nadia Calviño, no tenga entre sus competencias la política europea y las administraciones públicas y afirmó que la asimetría no es privilegio.
El periodista Enric Juliana recordó la incredulidad de Madrid cuando en Valencia se empezó a hablar del corredor mediterráneo y “cuando lo entendieron, lo excluyeron”. “Hoy el corredor empieza a ser una realidad material, una aportación valenciana al debate público español, hoy empieza a intuirse”, añadió Juliana, que ejerció como moderador en el seminario dirigido por el profesor de Ciencia Política Joan Rodríguez Teruel, y coorganizado por la Cátedra Prospect 2030. Varios intervinientes incidieron también en que la visión de España es la que se da desde el centro de poder de Madrid y desde los medios de comunicación radicados en la capital.
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