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“El centralismo no es inteligente, no es la solución para España”

El presidente valenciano defiende la singularidad entre los territorios pero la igualdad entre los ciudadanos tras adelantar las elecciones autonómicas para hacerlas coincidir con las generales

Ximo Puig, en la sede de EL PAÍS tras la entrevista.Vídeo: C. Rosillo / EPV

El cartel de los socialistas valencianos a la Generalitat apoya su aspiración a revalidar el próximo 28 de abril la presidencia en que la Comunidad Valenciana “ha pasado de ser el paradigma de la corrupción a ser el paradigma de la solidaridad” en cuatro años. Ximo Puig (Morella, Castellón, 60 años) adelantó las elecciones autonómicas para hacerlas coincidir con las generales y aprovechar el impulso de Pedro Sánchez, a quien primero negó y al que ahora es leal.

Pregunta. ¿Qué es imprescindible: ganar o sumar?

Respuesta. Lo imprescindible es que la Comunidad Valenciana no vuelva a mirar al pasado, del que salimos huyendo.

P. Si la izquierda no logra gobernar, ¿será usted el culpable por el adelanto electoral?

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R. Quedará siempre en el aire qué hubiera pasado. Pero sinceramente: si hay más participación, hay más legitimidad en términos democráticos.

P. Su decisión fue percibida por su socio Compromís como una deslealtad y casi como una traición. ¿El adelanto ha puesto en riesgo un acuerdo en el futuro?

R. En absoluto. Normalmente hemos tomado las decisiones con un nivel de corresponsabilidad alto, pero hay un momento determinado en el que uno ha de asumir su responsabilidad. La tomé pensando en el interés general de la Comunidad Valenciana porque el problema valenciano no tiene la suficiente visibilidad.

P. El adelanto ha generado optimismo en Ciudadanos, PP y Vox.

R. Creo que en el PP no ha generado mucha ilusión. Una cosa es lo que se dice, y otra la que se siente. La Comunidad Valenciana ha pasado de ser paradigma de la corrupción a paradigma de la solidaridad; de la especulación en lo económico, a la innovación; de estar hipotecada moralmente, a ser una sociedad con valores de siempre: honradez, diálogo, transparencia. Es lo que ha cambiado, por eso vive un buen momento: el moment valencià.

P. ¿Descarta pactar con Ciudadanos?

R. Es Ciudadanos el que lo ha descartado. El Gobierno de socialistas y Compromís ha acordado con Ciudadanos muchas leyes y acciones, incluso leyes progresistas. Pero ese Ciudadanos no sé si es el de hoy.

“Somos la comunidad que está peor financiada de España”

P. Dice que se vive ‘el moment valencià’, pero se acaba de anunciar que se ha incumplido el déficit, los sueldos son inferiores a la media española…

R. Estamos mejor que hace cuatro años, pero estamos lejos de donde queremos. Las pensiones y los sueldos están por debajo de la media y nuestro PIB per cápita es 11 puntos inferior. Es muy importante que se sepa en España porque se sigue hablando del Levante feliz y, desgraciadamente, no es verdad. Necesitamos que el motor público funcione y no esté gripado. Esto es: una financiación justa, unas inversiones justas y una asunción de la deuda por parte del Estado de la infrafinanciación, eso que llamamos el problema valenciano. Pero tengo que decir que todos los indicadores socioeconómicos han mejorado en estos cuatro años. Se han creado casi 240.000 empleos en este periodo, hemos bajado casi 10 puntos el desempleo. En las exportaciones, un récord con 30.000 millones de euros. Hemos pasado de seis millones a nueve millones de turistas. La inversión extranjera, que mide la confianza, ha aumentado más del 100.8%. Desde 1995, la Comunidad Valenciana ha perdido 12 puntos de renta per cápita.

P. ¿Se siente decepcionado por no haber logrado un nuevo modelo de financiación durante el Gobierno de Pedro Sánchez?

R. El PP llegó a un acuerdo en la conferencia de presidentes a iniciativa mía para abordar el cambio del modelo de financiación durante el 2017. Finalmente no fue así y después de estos últimos nueves meses pues tampoco hemos podido avanzar. Es una cuestión de justicia. Nuestro modelo es singularidad entre los territorios, pero igualdad entre los ciudadanos. La realidad es que hoy en España no todos los ciudadanos son iguales, porque sus comunidades autónomas no pueden dotarlos de los mismos servicios. Sánchez ha anunciado que va a revertir un problema como el déficit estructural del sistema autonómico, teniendo en cuenta que las autonomías gestionan la educación, los servicios sociales, la sanidad, es decir, los pilares básicos del Estado del Bienestar, excepto las pensiones,.. Y la derecha lo que hizo es intentar recortar a las comunidades

“Ahora la Generalitat catalana no tiene relación con la valenciana”

P. ¿Se ha sentido solo en la lucha por la financiación valenciana? ¿Ha logrado la complicidad del resto de autonomías?   

R. En primer lugar, queríamos que la sociedad valenciana tomara conciencia del problema. Y lo hizo, con una manifestación masiva, hubo acuerdo con los empresarios, un consenso general, que los responsables políticos y las élites españoles entendieran el problema valenciano. Y entonces empezamos a hablar con todas las comunidades autónomas. Hemos logrado conseguir muchas complicidades. La Comunidad Valenciana es la que está peor financiada de España, lo que está aceptado prácticamente por todos los expertos de España. Hay que actuar ya.

P. ¿Cree que hay una recentralización del Estado a raíz de la crisis y de la cuestión catalana? 

R. Sí, hay una ambición recentralizadora. Los valencianos estamos vinculados  absolutamente al proyecto de una España fuerte y cohesionada pero no centralista, que no vuelva a esa radialidad, que no se piense que fortaleciendo el centro avanza más el país, porque no es verdad. El centralismo no es inteligente, no es la solución para España. Y nosotros queremos que todas las periferias cuenten y tengan una posición fuerte. Si hubiera estado acabado el corredor español en tiempo y forma, al conjunto de la economía española le hubiera ido mucho mejor. Es por donde pasa el 50% de las exportaciones.

P. ¿Qué explicaría que un proyecto tan decisivo no se haya ejecutado en tiempo y forma?

El presidente Ximo Puig.
El presidente Ximo Puig.CARLOS ROSILLO

R. Este es un proyecto que se lidera desde la sociedad civil valenciana, y que afecta a Andalucía, Murcia y Cataluña. Lo que ha pasado es que ha habido mucha miopía por parte de los Gobiernos centrales. Yo encontré mucha más receptividad la primera vez que fui a Bruselas que la había en Madrid.

P. ¿Puede actuar como un puente entre Susana Díaz, a la que apoyó en su momento, y Miquel Iceta, con el que ha mostrado comprensión?

R. Para dialogar entre ellos no necesitan puentes. Lo que referenciamos es la vía valenciana, que entiende las identidades que coexisten en España y también es capaz de ser un espacio de confluencia. Todo el mundo tiene que ser consciente de cómo es el otro. En la vida no se puede querer lo que no se entiende y hay que intentar entenderse.

“Deberíamos intentar una reforma que federalice el país”

P. Usted trató de tender puentes en el conflicto catalán. Incluso se reunió con Carles Puigdemont antes de la deriva, pero ahora ni Cataluña tiene relaciones con la Comunidad Valenciana.

R. Vi una evolución negativa desde el principio, cuando hablé con Puigdemont. Hacía  casi 20 años que un ‘president’ de la Generalitat valenciana iba al Palau de la Generalitat de Cataluña. Y eso es una anomalía porque somos vecinos. Nosotros, a quien más le vendemos es a Cataluña; a quien más compramos es a Cataluña… Tenemos una relación comercial, cultural... Es absurda esa incomunicación. Antes se producía porque el PP no quería saber nada de Cataluña y ahora porque Cataluña no quiere saber nada de la Comunidad Valenciana.  Hemos pasado de intentar buscar espacios comunes para la financiación y las infraestructuras al desencuentro con el ‘president’ Quim Torra. Lo primero que tiene que hacer el líder de un país es preservar la convivencia  y que no haya dos comunidades en una.

P. ¿Es posible resolver el problema de la financiación autonómica sin resolver el problema de Cataluña?

R. Es necesario resolverlo pase lo que pase en Cataluña. El problema territorial de España no es solo Cataluña. Cataluña tiene en estos momentos un problema interno y externo. Y hay que buscar fórmulas que encuentren una vía de salida dentro de la ley y el diálogo, pero no puede quedarse parado el esquema territorial del país por la cuestión catalana. El problema de una financiación justa, más allá de lo que pase en Cataluña debe resolverse. Si la Comunidad Valenciana tuviera la financiación y la inversión del Estado que le corresponde no estaría once puntos por debajo de la media nacional en la renta per cápita. Nos falta combustible para que la locomotora valenciana pueda generar recursos para toda España, no solo para la Comunidad Valenciana.

P. ¿Usted sería partidario de un referéndum en Cataluña con el paso del tiempo?

R. De lo que soy partidario es de la vía del diálogo y la Constitución. La Constitución es el marco de referencia. Tiene unas vías de reforma. Creo que deberíamos intentar acordar una vía de reforma que, sobre todo, federalice España, que garantice esa igualdad en los ciudadanos y que, de alguna manera, constitucionalice más los hechos diferenciales desde la unidad. Pero todo eso hay que hacerlo en el marco de la ley.

P. Usted dimitió de la ejecutiva del PSOE para forzar la salida de Pedro Sánchez de la dirección general del partido en 2016. Ahora está en su proyecto. ¿Tiene una explicación este movimiento?

R. Fue un mal momento para el PSOE. Vivíamos una situación muy complicada, de mucha desorientación en general en la política española, pero muy específicamente en el PSOE. Desde luego, tomamos decisiones que, con cierta perspectiva histórica, hemos visto que no fueron las más adecuadas. Soy autocrítico. Mi relación con el presidente está basada en la lealtad. Y la lealtad tiene que ser siempre de ida y vuelta

P. ¿En sus cuatro años en la Generalitat hizo todo lo que prometió?

R. Todo, seguro que no. Pero sí que ha cambiado el paradigma de la Comunidad Valenciana y eso es el hecho referencial. En estos momentos la Comunidad Valenciana se ha normalizado y el hecho más importante es el nivel de convivencia, porque a pesar del griterío de la precampaña la realidad es que hay un altísimo nivel de convivencia. Hay problemas, muchos problemas, como el envejecimiento o el cambio climático, pero no hay ruptura, no hay fractura

P. Ford ha anunciado que se lleva parte de la producción de la furgoneta Transit Connect de Almussafes a México. ¿Es otro problema?

R. Desde el inicio, generamos un espacio permanente Generalitat-Ford por la especificidad que tiene esta multinacional entre nosotros. Ford representa mucho para la Comunidad Valenciana y es un factor de arrastre para el cluster que se ha generado. A pesar de la crisis que vive el mundo del automóvil, que es muy grande, la mejor planta de Ford en Europa es la de Almussafes. Y por todo el trabajo hecho por los directivos y los sindicatos, en especial UGT, esta es una planta con garantías de continuidad a medio plazo. Ahora bien, es obvio que las empresas automovilísticas están en un proceso de transformación enorme. Hay un modelo concreto que no se va a fabricar,  pero hay otros como el Kuga y el nuevo Kuga que sí.

P. La globalización ha desplazado la producción industrial a Asia. ¿Tiene futuro la industria en la Comunidad Valenciana? ¿Qué alternativas hay?

R. En este tiempo ha habido reindustrialización. De hecho, nuestro PIB industrial ha subido en esta legislatura y estamos cerca del 20%. Volvemos a reequilibrar nuestra economía. El vector fundamental para conseguir una reindustrialización efectiva es la innovación.  Por eso creamos la Agencia de la Innovación, que es un nexo de unión de las universidades con las pymes, y Distrito Digital, que ya alberga más de 300 puestos de trabajo de empresas de carácter tecnológico y en los próximos años van a aumentar a 3.000. Todos los sectores tienen una oportunidad, también el turismo. No podemos competir en salarios ni queremos, sino en diseño, en calidad, en capacidad de innovación. La comunidad que queremos ser es la Finlandia del sur, un país que ha sido capaz de superar la peores crisis a través de la inteligencia, la creatividad.

P. ¿Cuál es el futuro de la socialdemocracia ante el riesgo y las amenazas del populismo?

R. Intelectualmente, hace falta una renovación profunda de la socialdemocracia, pero como dice Tony Judt al mundo civilizado no le ha pasado nada mejor que la socialdemocracia, con todas las contradicciones que tiene la socialdemocracia. En ese sentido, Europa es la esperanza. La Europa de la cohesión, la Europa social. Vemos ahora cómo se miran con ojos brillantes los experimentos autoritarios, que parece que sean más eficientes. Y hay que rebelarse contra ese atajo antidemocrático que se plantea.

Respecto a Europa, quiero contar que una de las primeras cosas que hice cuando llegué al Palau de la Generalitat fue poner la bandera europea, porque el PP, a partir de investigación de la Comisión Europea sobre los excesos urbanísticos, decidió quitarla. Teníamos 10 casos pendientes en Bruselas por la actuación del PP y la respuesta fue desconectarnos de Europa.

P. ¿Qué objetivos se marca en caso de ser reelegido?

R. Consolidar el cambio. Y garantizar empleo y bienestar a los ciudadanos, seguir con los avances sociales. Es un objetivo socialdemócrata, moderado, de convivencia. Que nos sintamos más orgullosos de nosotros mismos pero no contra los demás.

“Nadie puede decir que el castellano peligra en Valencia”

Pregunta. ¿El castellano está en peligro en la Comunidad Valenciana como aseguran Ciudadanos y el PP?

Respuesta. Nadie honestamente puede decir eso. Nadie. Es absolutamente patético y ridículo plantear esta cuestión. En la Comunidad Valenciana tenemos dos lenguas, el castellano y el valenciano, y queremos a las dos lenguas. Yo soy tan de Vicent Andrés Estellés como de Miguel Hernández. Y esa es la realidad de la inmensa mayoría de los valencianos y valencianas. Querer hacer utilización política partidista, como se está haciendo en esta cuestión, es simplemente no querer ni al valenciano ni al castellano. No hay ningún dato que avale esa situación.

De hecho, las últimas estadísticas que hemos conocido respecto a la lectura son bastante descorazonadoras para el valenciano, que está en una situación muy minorizada. Por tanto, si hay una lengua que tiene que ser apoyada en estos momentos es el valenciano. Nuestro proyecto plurilingüe ha sido que los niños y niñas, cuando acaben su etapa escolar, tengan un conocimiento del castellano, del valenciano y del inglés. Cuando llegamos al Gobierno, el 97% de los niños tenían una capacitación alta en castellano, un 36% en valenciano y un 6% en inglés. Lo que hay que revertir es esa situación. Pero la importación del conflicto que quieren hacer las derechas valencianas es absolutamente irresponsable, es muy negativo para la sociedad y, sobre todo, una enorme estupidez.

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