El Gobierno rechaza la exigencia de Casado de cambiar la ley para renovar el Poder Judicial: “Basta ya de excusas”
El Ejecutivo cree que la posición del PP es un chantaje y se planta. No habrá conversación entre Sánchez y el líder de los populares: “No se llama a nadie para decirle que cumpla la Constitución”
El Gobierno ya no quiere entrar en el enésimo juego del PP para complicar la renovación del Consejo General del Poder Judicial y varios organismos constitucionales. La Moncloa entiende que los populares, presionados por su empeño en bloquear la renovación, que ya va para tres años, están buscando una nueva cortina de humo con la enésima exigencia del líder del PP, Pablo Casado, para sentarse a negociar un nuevo consejo: que se garantice el cambio del sistema de elección para la próxima vez antes de pactar la actual, algo que en el Ejecutivo ven como un chantaje.
La Moncloa ha decidido que no entrará más al juego y se limitará a recordar cada día que el PP está bloqueando desde hace casi tres años la renovación, y por tanto se sitúa fuera de la Constitución. Lo hará cada día hasta que los populares cedan, algo que en los cálculos de La Moncloa podría suceder en las próximas semanas, porque la situación es cada vez más insostenible ante la imposibilidad del actual consejo de cubrir las vacantes que se van produciendo.
La portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, subió el tono este martes después de que el domingo, en una entrevista en EL PAÍS, el presidente dijera que el PP está teniendo un comportamiento “antidemocrático” y tiene “secuestrada a la Constitución y como rehén al Poder Judicial”. “Ya no caben más excusas”, planteó Rodríguez. “Estamos hablando del cumplimiento estricto de la Constitución. El PP es un partido de Gobierno y sabe cuáles son las reglas del juego. Este bloqueo es insostenible, y no es anónimo, la responsabilidad recae en el Congreso. Allí solo hay un partido que está bloqueando la renovación, que es el PP”.
Ante varias preguntas similares, Rodríguez se encerró en la misma idea de no entrar a esa oferta de Casado, que en La Moncloa ven más como un chantaje que como una propuesta, y como algo inviable, que es condicionar el cumplimiento de la ley al que está obligado el PP—solo cumplo si me la cambias—. En todo momento, para Rodríguez, la pelota está en el tejado de Casado, precisamente lo que el PP trata de evitar con este nuevo intento de plantear una nueva condición —antes fue que no estuviera Unidas Podemos; luego, que se retirara la ley que modificaba el sistema de elección; después, que pudiera vetar a jueces como José Ricardo De Prada, artífice de una sentencia demoledora del caso Gürtel—. “Quien tiene la responsabilidad es quien tiene que desbloquear, que es el señor Casado”, insistió.
Sánchez y su equipo se han planteado la posibilidad, que se pregunta en cada rueda de prensa, de llamar a Casado para intentar el enésimo proceso de negociación. Pero La Moncloa lo ha descartado, al menos de momento, porque creen que si antes no hay un contacto previo a otros niveles que demuestre que hay voluntad real por parte del PP de desbloquear, no tiene sentido hacer esa operación política porque el resultado de las últimas gestiones de este tipo fue desastroso y además sirve para que los ciudadanos piensen que todos tienen la misma responsabilidad en este bloqueo, cuando el Gobierno considera que después de casi tres años y al menos tres intentos muy sólidos de negociación ya debería estar muy claro que es el PP el que no quiere porque entiende que la situación actual, con mayoría conservadora, le favorece.
Rodríguez dejó muy claro que incluso la vía de la llamada de Sánchez a Casado está cerrada, lo que demuestra el ambiente de ruptura de puentes total que se respira entre los dos partidos. “Nadie tiene que llamar a nadie para cumplir la Constitución, todos estamos obligados, también el señor Casado”. Obviamente no es una pataleta ni un enfado, es una estrategia política que consiste en no facilitar al PP que pueda seguir mareando la negociación sin resultados y lograr que se vuelque sobre ellos toda la presión, incluida la del mundo judicial que considera insostenible la situación, para que finalmente Casado se avenga.
Sin embargo, hay muchos dirigentes en el PSOE y en el Gobierno que no descartan que Casado aguante todo el tiempo que haga falta e incluso llegue así a las próximas elecciones. ¿Qué pasaría si eso sucede? El Ejecutivo no parece tener un plan B más allá de la presión y el paso del tiempo, porque la recuperación de la ley para cambiar la forma de renovación del Poder Judicial para evitar el bloqueo del PP está totalmente descartada, al menos por el sector socialista, después del rapapolvo que esta norma se llevó en Bruselas cuando fue presentada en el Congreso en 2020.
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