El personal de la Embajada espera ya en el aeropuerto de Kabul
Despega desde la base aérea de Zaragoza el primero de los dos aviones militares que ha contemplado enviar España con destino a Dubái para cubrir la primera fase de la repatriación. Está previsto que el segundo salga a las nueve de la mañana
En torno a las 23.30 horas de este lunes ha despegado desde la base aérea de Zaragoza el primero de los dos aviones militares A400M que España tiene previsto enviar a Dubái para cubrir la primera fase de repatriación de los residentes españoles, el personal de la Embajada y los afganos que han colaborado con el Ejército y en la cooperación española en Kabul. En él ha embarcado un equipo del batallón de Cooperación Cívico Militar (CIMIC) del Ejército de Tierra y del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) del Ejército del Aire, que se hará cargo de la operación de evacuación. Está previsto que el segundo avión, desde el mismo aeródromo, salga este martes a las nueve de la mañana, según han informado los ministerios de Defensa y Asuntos Exteriores en un comunicado conjunto. Cada una de estas aeronaves tiene una capacidad para 116 soldados y se calcula que habrán que repatriar a entre 500 y 600 personas, por lo que serán necesarios varios vuelos.
El titular del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguró a primera hora del lunes que el personal de la Embajada española en Kabul ha sido trasladado ya al aeropuerto de la capital afgana, de donde confía que puedan ser evacuados “lo antes posible”. Entre ese personal se encuentran los agentes de las unidades de intervención policial (UIP) y del Grupo de Operaciones Especiales (GEO) encargados de la seguridad de la legación española en la capital afgana, una ciudad ya completamente tomada por los talibanes tras una ofensiva relámpago. En una entrevista en la Cadena SER, Marlaska añadió que en ese momento la situación era “segura para nuestros compatriotas”.
Fuentes próximas al grupo de personas que espera ser repatriada a España han precisado después que desde el domingo por la tarde están emplazados en una zona “cercana” al aeródromo, donde en las últimas horas se están produciendo episodios de caos. El personal fue trasladado “de urgencia” desde la Embajada en helicóptero el domingo por la mañana al aeropuerto y horas después, ante el avance talibán, se les reubicó en una “zona de seguridad” próxima al aeropuerto, donde aguardan la llegada de los aviones españoles para salir del país, informa Patricia Ortega Dolz. Las imágenes difundidas este lunes muestran a personas colgadas de los aviones que despegan para tratar de huir. Ha habido al menos cinco fallecidos tratando de alcanzar la pista.
Este mismo lunes, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha ofrecido ayuda a la OTAN y a la Unión Europea para repatriar desde Afganistán al personal de estas organizaciones. El jefe de la diplomacia española ha hablado por teléfono con el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, y con el alto representante de la Unión Europea, Josep Borrell, según ha informado su departamento en un comunicado. Albares les ha explicado los planes de evacuación de España —de los cuales, por motivos de seguridad, se desconocen más detalles— y ha manifestado la “disposición del Gobierno” para apoyar los esfuerzos de la Unión Europea y la OTAN y “trasladar personal de ambas organizaciones” a España como punto de entrada en la UE. El Gobierno lleva días coordinando con sus socios y aliados una “respuesta conjunta” a la crisis, recuerda Exteriores.
No todos los intérpretes han sido contactados
Amal, intérprete afgano que colaboró con las fuerzas armadas españolas entre 2007 y 2013, ha llegado este lunes a Kabul desde Herat. Relata desde la capital de Afganistán que ninguna autoridad española se ha puesto en contacto con él. Ahora está en casa de familiares, escondido con su familia a la espera de poder acercarse al aeropuerto.
Amal y sus allegados salieron este domingo en autobús a las 12.30 con dirección a la capital para tratar de aproximarse al aeródromo donde ya está el cuerpo de diplomáticos españoles. Su viaje fue una odisea terrorífica para él y su familia. “En cada provincia, distrito, en cada sitio, había un montón de chequeos de los talibanes. Nos paraban, entraban en el bus y nos miraban, registraban y cacheaban a cada uno. Nos preguntaban: ‘¿Hay alguien que sea soldado?’. Y tres o cuatro veces a mí también me preguntaron. ‘¿Y tú quién eres?’ Y yo les decía: ‘Nadie, yo también soy ayudante de conductor’. El traductor, que había huido ya de Badghis, donde estaba su casa, contó mediante un mensaje de voz que pudo ocultar su identidad gracias a la amabilidad del conductor.
Llegó alrededor de las tres de la tarde a la capital y se encontró con una escena de caos. Pudo esconderse en la casa de algunos familiares. Por la tarde intentó acercarse a la entrada del aeropuerto, pero las balas volaban: “Esta tarde, sobre las seis o siete es cuando he visto dos tíos en el suelo. Los soldados les han pegado tiros en la cabeza y en el pecho. También dijeron que hay dos muertos y tres heridos, pero nosotros hemos visto más esta mañana”, relata. “Mientras estoy hablando con usted se escuchan muchos tiros y disparos. No puedo salir y ver quiénes son, no sé si son talibanes o americanos”.
Amal sigue pendiente de una respuesta del Gobierno de España. De momento, permanecerá escondido a la espera de poder salir de un país lleno de incertidumbres. “Cada quien está preocupado por su futuro, que qué van a hacer en Afganistán, tenemos que sacar a la familia de aquí. Estoy preocupado por mi familia, por mis hijos (...). Yo tengo miedo. Menos mal que aquí nadie me conoce y me he dejado la barba”, remata.
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