El Gobierno obvia las críticas y apuesta por dar importancia a la Conferencia de Presidentes

“La Conferencia de Presidentes es un foro muy importante”. “En la conferencia se van a abordar asuntos importantes”. “En la agenda se van a tratar éxitos colectivos importantes del proceso de vacunación”. “Mantengo la mano tendida del Gobierno al presidente de la Generalitat de Cataluña para que acuda a esta conferencia tan importante”. La portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, acudió repetidamente este martes, tras un Consejo de Ministros eminentemente económico, al concepto de importancia para conceder la máxima trascendencia a ese foro del Gobierno central con los presidentes autonómicos, que se celebrará este viernes en Salamanca, y pese a las críticas generalizadas desde el PP y las ausencias anunciadas del presidente catalán, Pere Aragonès, y del lehendakari, Íñigo Urkullu.

La Moncloa cree que detrás de esas carencias solo existe la intención política “de polemizar por polemizar” y resalta que en el encuentro se enfrentarán asuntos tan relevantes como el reparto de los fondos europeos, la situación de la pandemia o el problema de la despoblación de parte del país. Y se destaca que los esfuerzos para dialogar con el nuevo Gobierno catalán empiezan a dar sus frutos al conseguir que el nuevo consejero de Economía, Jaume Guiró, participe este miércoles en el Consejo de Política Fiscal y Financiera después de mucho tiempo.

El Consejo de Ministros se centró en cuestiones económicas tan determinantes para el futuro próximo como la aprobación del informe de situación actualizada de la economía española y el del techo de gasto de las Administraciones públicas que perfila el escenario para elaborar los Presupuestos del Estado para 2022. Los datos y las perspectivas presentadas, con los respectivos cuadros macroeconómicos, aparentan ser tan positivos que hasta la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, aceptó que en septiembre podría retomarse la promesa electoral, firmada en el acuerdo de gobierno con Unidas Podemos, de mejorar el salario mínimo i nterprofesional para acercarlo al 60% del salario medio, algo que debería lograrse antes de que acabe la legislatura.

En ese ambiente de cierto optimismo, la portavoz del Ejecutivo no se detuvo en aspectos más prosaicos, como los anuncios avanzados desde el PP de que mantendrán una oposición dura el viernes durante la cita de la Conferencia de Presidentes. Algún presidente autonómico del PP, como el murciano Fernando López Miras, ha anticipado que estas citas serían “mucho más útiles” si en lugar de reducirlas el Gobierno del PSOE a “una foto bonita” se las dotase de “fondo y no solo con formas”. La madrileña Isabel Díaz Ayuso también se ha molestado por el formato y ha amenazado incluso con no volver a acudir si no se les presenta antes en tiempo y forma una agenda clara con los asuntos que tratar.

Desde La Moncloa se resta trascendencia a esas críticas. Y también a que el presidente catalán y el lehendakari ya hayan adelantado en público que no piensan acudir porque pretenden mantener su estatus bilateral con el Ejecutivo central. El PP ha lamentado esas ausencias y ha exigido al jefe de gobierno, Pedro Sánchez, que requiera a Aragonès que vaya en su calidad como responsable de uno de los partidos socios del PSOE en el Parlamento. El líder popular, Pablo Casado, aprovechó para cuestionar que la llamada en la ponencia socialista “España multinivel” lo que haya provocado sea “dividir entre ciudadanos de primera y de segunda, dependiendo de si viven donde gobiernan sus socios independentistas”.

La ministra portavoz no entró a ninguno de esos debates y repitió tras el Consejo la consigna de que la reunión del viernes en Salamanca es muy importante y así “se la toma el Gobierno”. Isabel Rodríguez destacó en ese sentido que los presidentes autonómicos tendrán la oportunidad de debatir presencialmente con Pedro Sánchez sobre la evolución de la pandemia, ahora en su quinta ola, y con divergencias notables entre los tribunales sobre cómo asumir las diferentes peticiones de restricciones que demandan las autonomías, y también de “celebrar” el éxito colectivo de la vacunación. La ministra recalcó la disposición del presidente durante la pandemia a organizar hasta 17 conferencias de presidentes y se negó a entrar en lo que catalogó como “una polémica orquestada por el PP”.

El Ejecutivo se negó a reconocer este martes que la ausencia de Pere Aragonès de la cumbre de Salamanca se pueda considerar un fracaso y, de hecho, la ministra portavoz le volvió a tender la mano para que acuda esta vez desde la mesa de comparecencias tras el Consejo de Ministros. Y remarcó que los catalanes no entenderían que no acudiera a un foro en el que se pondrán sobre la mesa temas de relevancia “para el progreso de todo el país”. Isabel Rodríguez incidió mucho este martes en que “la ciudadanía catalana también desea salir fortalecida” de esta crisis provocada por el coronavirus con una serie de “proyectos en los que todos deberían participar para formar parte de la recuperación o quedarse al margen”. Rodríguez, eso sí, comentó que si Aragonès no se presenta en Salamanca el Gobierno insistirá en su determinación de continuar en otros foros y encuentros bilaterales y multilaterales porque se empiezan a observar “signos positivos” en el diálogo, según apuntaron más tarde fuentes del Ejecutivo.

Entre esos gestos, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ensalzó en la misma rueda de prensa el hecho de que el nuevo consejero catalán de esa área, Jaume Giró, haya confirmado este martes que tiene pensado participar este miércoles en un Consejo de Política Fiscal y Financiera en el que está previsto tratar varias demandas de las autonomías. Giró tomará parte pero de forma virtual y ya ha aclarado que en el mismo quiere “aclarar incertidumbres acerca de los presupuestos” y pedirá contar en 2022 con un déficit equivalente al 1,1% del PIB catalán. Montero, que no ocultó que su socio preferente para negociar los próximos presupuestos seguirá siendo ERC, tampoco eludió que le gustaría sumar a esas alianzas a Junts (el partido de Guiró) y destacó que no recordaba “cuestiones no deseables”, en alusión a cuánto tiempo hacía que un consejero catalán de Economía no colaboraba en una de esas reuniones. Montero mencionó luego que hace unos años, en concreto en 2016, cuando ella era consejera de Economía de la Junta de Andalucía, el que sí se presentó en uno de esos Consejos fue el entonces vicepresidente catalán, Oriol Junqueras.