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Los cuadernos que “permiten inferir la participación” de Cospedal

Las 13 últimas agendas intervenidas a Villarejo, localizadas en un armario de su dormitorio en un registro en 2020, evidencian la relación que mantuvo con la política y su marido durante un decenio

El comisario jubilado José Manuel Villarejo, a su llegada el Congreso la pasada semana para participar en la comisión de investigación sobre Kitchen.
El comisario jubilado José Manuel Villarejo, a su llegada el Congreso la pasada semana para participar en la comisión de investigación sobre Kitchen.KIKE PARA

Son las 8.40 del pasado 23 de octubre. El comisario jubilado José Manuel Villarejo se encuentra todavía en prisión provisional —saldría el 3 de marzo de 2021— cuando un grupo de seis agentes de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía y un funcionario judicial se plantan ante su casa de Boadilla del Monte (Madrid) y observan cómo su mujer, Gemma Alcalá, llega abordo de un Range Rover granate. No hay tiempo que perder. Inmediatamente la detienen, comienza un registro que se prolongará hasta las 16.00 y acabará con un hallazgo que revolucionará toda la investigación: 13 “cuadernillos manuscritos” de color negro, marrón o naranja, que permanecían guardados dentro de un armario del dormitorio y se unen a otros tres hallados en 2017, según los informes policiales a los que tuvo acceso EL PAÍS.

Esas libretas no solo se encuentran plagadas de anotaciones y cubren los supuestos contactos que Villarejo mantuvo desde el 26 de junio de 2007 hasta el 5 de mayo de 2016, según dejó por escrito el funcionario judicial, sino que incluyen el periodo durante el que se puso en marcha la Operación Kitchen, la trama parapolicial urdida en el Ministerio del Interior en 2013 para espiar al extesorero Luis Bárcenas con el presunto objetivo de arrebatarle material sensible para altos cargos del PP tras estallar el escándalo de los papeles de Bárcenas. Unos apuntes que, como destacó el juez Manuel García-Castellón en un auto dictado el pasado martes, han resultado claves para imputar a María Dolores de Cospedal, ex secretaria general del PP entre 2008 y 2018, y a su marido, el empresario Ignacio López del Hierro.

El magistrado lo deja muy claro en su resolución: un recorrido por esas 13 nuevas agendas permite dibujar un “cronograma temporal” de los incidentes “más relevantes” que acontecieron durante la Operación Kitchen y de los que se tiene conocimiento a través de otras pruebas recabadas en la instrucción. Además, completan la línea temporal recogida en las otras tres libretas que intervinieron al comisario cuando le arrestaron en 2017, donde se plasmaban sus contactos desde el 9 de mayo de 2016 hasta semanas antes de su detención. Y todas juntas evidencian que la relación entre Villarejo y el matrimonio Cospedal-López del Hierro fue habitual a lo largo de casi una década. Como mínimo comienza en 2009, cuando el agente de la policía se reúne con la pareja en la sede del PP en la calle Génova, según reveló una grabación publicada por la prensa. Y duró, según las anotaciones de Villarejo y audios reflejados en el sumario, al menos hasta mediados de 2017, apenas unos meses antes del arresto del comisario en noviembre de ese año.

Las anotaciones

La ex secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, abandona el Congreso tras suspenderse su declaración en la comisión parlamentaria sobre Kitchen, el pasado miércoles.
La ex secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, abandona el Congreso tras suspenderse su declaración en la comisión parlamentaria sobre Kitchen, el pasado miércoles.Juan Carlos Hidalgo (EFE)

Las 13 nuevas libretas incluyen presuntos contactos hasta ahora desconocidos entre Villarejo y el matrimonio, así como con su entorno. El juez incide, además, en que la “cadena de anotaciones” “permite inferir la participación” de la expolítica y su marido en Kitchen, una tesis que mantiene la Fiscalía Anticorrupción desde hace meses. Aunque el magistrado no detalla en su auto todas las anotaciones localizadas, sí esboza algunos de los apuntes más comprometedores para la ex secretaria general.

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El 23 de abril de 2012, cuando el PP se encontraba asediado por la investigación de Gürtel y protegía a Bárcenas —este aún no había tirado de la manta, cosa que haría en julio de 2013—, Villarejo anota una presunta charla con López del Hierro: “Aviso ayuda a Barc.”. Al día siguiente, vuelve a hablar supuestamente con el empresario: “Charla breve. MD (María Dolores de Cospedal) agradeció aviso Barc.”. No sería la primera vez que el agente les facilitaba información. La Fiscalía mantiene que el comisario ya telefoneó en 2009 al marido para “advertirle” sobre dos pesquisas judiciales que entonces se encontraban bajo secreto y que afectaban al partido: la Operación Brugal y la rama valenciana de Gürtel.

Villarejo también refleja el 26 de octubre de 2012 un supuesto encuentro con Cospedal donde “estaba López del Hierro”. Días más tarde, el comisario anotaría el e-mail de la dirigente popular y el teléfono de su secretaria. El número de móvil de la número dos del PP se halló en otra de las agendas intervenidas al policía, donde también se recogía otra supuesta cita acordada en verano de 2017 con MD, las siglas con las que se refería a ella: “MD: vernos 15h. Vips. Velázquez. Lista. Estuvo muy correcta y nos veremos en directo”.

Una operación policial de “carácter ilícito”

Tres días después de que Luis Bárcenas confesara por primera vez en la Audiencia Nacional, José Manuel Villarejo apuntó una supuesta conversación con Ignacio López del Hierro sobre el chófer del extesorero y Andrés Gómez Gordo, un comisario fichado como asesor por María Dolores de Cospedal que resultó clave para captar al conductor. Así consta en el informe policial elaborado sobre las 13 últimas agendas localizadas, que el juez mantiene a resguardo. No se lo facilitará a los abogados digitalmente y solo podrán acceder a él en persona, sin posibilidad de “obtener copia” o fotografiarlo.

 

El juez ve este documento —donde también se lee otro supuesto contacto del comisario con un asesor de la expolítica que se queda “muy contento con los datos que le doy para Cospe”— como una pieza clave de una operación policial de “carácter ilícito”, que “tenía como objetivo la sustracción de pruebas” de la investigación sobre Gürtel. Cospedal y su marido defienden su inocencia: “Nunca he negado que conociera a este señor”, dijo la ex secretaria general hace unos meses.

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