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La Guardia Civil estrecha el cerco al “patrimonio oculto” de Francisco Granados

Los agentes suman pruebas en un nuevo informe del ‘caso Púnica’ contra el exconsejero de Aguirre: seguimientos, geolocalizaciones y correos electrónicos interceptados

J. J. Gálvez
Francisco Granados, ex secretario general del PP de Madrid y exconsejero de Esperanza Aguirre.
Francisco Granados, ex secretario general del PP de Madrid y exconsejero de Esperanza Aguirre.Juan M. Espinosa

El cerco al presunto “patrimonio oculto” de Francisco Granados, exconsejero de Esperanza Aguirre y ex secretario general del PP de Madrid, continúa estrechándose en las pesquisas sobre la trama de corrupción Púnica. Los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil han elaborado un nuevo informe donde acumulan toda una batería de pruebas (escuchas telefónicas, correos electrónicos, seguimientos, geolocalizaciones, movimientos de dinero y facturas, entre otras) para demostrar que el exdirigente popular utilizó la “estructura societaria” de un constructor, Ramiro Cid, para esconder parte del beneficio económico que obtenía de la recalificación de terrenos durante su etapa como alcalde de Valdemoro.

Cid no es una pieza más de la trama, sino un empresario que presuntamente obtuvo “ingentes beneficios” por los supuestos amaños urbanísticos perpetrados por el popular desde finales de los noventa a 2014. Los investigadores sospechan, además, que ayudó al político a ocultar fuera de España las comisiones ilegales que engordaron su fortuna en el extranjero. Las pesquisas ya revelaron que, entre 1999 y 2003, al menos 1,33 millones de euros fueron enviados a una de las cuentas en Suiza de Granados, a quien también encontraron 922.000 euros en billetes en un altillo de la casa de sus suegros.

El largo y detallado informe del instituto armado, fechado el pasado 18 de febrero y al que ha tenido acceso EL PAÍS, escudriña la intensa relación que tejieron Granados y el promotor urbanístico durante años. Y, entre otras operaciones detectadas, los investigadores describen cómo el exconsejero madrileño adquirió durante su etapa en el Ayuntamiento de Valdemoro y en el Gobierno regional “diversos inmuebles” de una de las empresas del constructor sin que se haya encontrado ningún movimiento de dinero de sus cuentas bancarias para pagarlos.

A estas sospechas se suman más. Los agentes recalcan que Granados también habría participado en una gran inversión inmobiliaria de otra de las compañías de Cid —sobre 97 viviendas y 97 plazas de garaje localizadas en Rivas-Vaciamadrid (Madrid)—; que el constructor le habría cedido el uso de locales; que una casa adquirida sobre el papel por una tercera persona era realmente del exdirigente popular —“Él tendría el poder decisión” y “podría ser su propiedad de manera velada”, escriben los guardias civiles—, o que “disfrutó” de otras viviendas, fincas y vehículos en manos del entramado.

Esquema societario y de relaciones entre Granados y Cid, elaborado por la UCO.
Esquema societario y de relaciones entre Granados y Cid, elaborado por la UCO.

“Se concluye cómo Granados impulsó modificaciones urbanísticas que redundaron en un beneficio económico del entramado empresarial de Ramiro Cid por su actividad cómo constructor/promotor urbanístico. Asimismo, se han identificado elementos probatorios que indican que el expolítico habría disfrutado de un patrimonio que no titula formalmente, sino que se encuentra oculto en la estructura societaria de Ramiro Cid”, concluyen los agentes, que exponen toda la batería de indicios acumuladas.

Intervenciones telefónicas. Los agentes transcriben llamadas telefónicas entre los implicados en la trama que, junto a informes anteriores, evidencian presuntamente que Granados “disfrutaba de varios bienes titulados por las empresas del promotor inmobiliario”. Así, en una conversación con una tercera persona, el exconsejero madrileño le dice: “Me parece la polla. O sea, que ya le tengo yo que pedir el favor a Paqui, [pareja de Cid], de que me deje disponer de lo mío… [...] Pero vamos, que voy a llamar a Ramiro: ‘Oye, Ramiro, a ver qué día quedamos tranquilitos, nos sentamos y eh… hablamos cómo resolvemos esto’, Pero así. Y se va a poner tenso, porque Ramiro se pone tenso siempre, porque es muy tímido”.

Análisis de cuentas bancarias. Los investigadores analizan diversa documentación recabada y concluyen que, según un informe de la Agencia Tributaria y escrituras notariales, Granados adquirió en junio de 2012 varios inmuebles a la empresa Nuevo Parque Valdemoro, administrada por Cid: una casa, un garaje y dos trasteros. Para la vivienda constituyó una hipoteca de 84.000 euros. Pero, según destacan los agentes, para las otras tres propiedades (valoradas en más de 20.000 euros sin incluir el IVA) no se especificaba el modo de pago y, tras analizar sus cuentas, “no se han localizado movimientos compatibles con el pago de dichas adquisiciones”.

Una reunión bajo sospecha. El informe de la UCO otorga también importancia a una reunión que se produjo entre Granados, Cid, Ignacio Palacios (supuesto testaferro del político) y Jesús Millán Pradana, administrador de la sociedad El Calderín de Valdemoro. Los investigadores sospechan que la trama falseó la compra de unos terrenos que adquirió esta compañía, pero que realmente seguían en manos del constructor amigo del exdirigente del PP y que se iban a destinar a una vivienda para el popular.

La cita se produce el 25 de julio de 2014 en casa de Millán y, según la Guardia Civil, tenía como objeto abordar este tema. Los agentes sitúan a Granados allí gracias a varias llamadas interceptadas, donde los interlocutores explican que se va a producir el encuentro. De hecho, Palacios telefonea a las 16.43 al político para decirle que “meta el coche” en el garaje de Millán. A las 17.00, Granados le devuelve la llamada:

—Dime Paco —contesta el supuesto testaferro.

—Abridme la puerta. ¿Hola? —afirma Granados.

—A ver, ¿me oyes?

—Sí, sí, que me abráis la puerta.

—¿Qué puerta? Millán, que le abramos la puerta a Paco. ¿Dónde estás?

—En la puerta.

—¿En qué puerta?

—En la puerta del garaje.

A las 19.20, una vez terminada la reunión, ambos vuelven a hablar para comentar el encuentro. Y, según subraya la UCO, Granados dice: “A lo mejor, joder, podemos buscar una fórmula. Además, es una vía para empezar a regularizar algo”. Apenas unos meses antes, la prensa había revelado que el político tenía una cuenta en Suiza.

Granados sale de la sede de una empresa vinculada al constructor Ramiro Cid, en una imagen captada por la Guardia Civil en mayo de 2014.
Granados sale de la sede de una empresa vinculada al constructor Ramiro Cid, en una imagen captada por la Guardia Civil en mayo de 2014.

Seguimientos. Los agentes también incluyen imágenes de varios seguimientos a Granados. En una de ellas, el exconsejero de Madrid sale de la empresa Obras y Vías S. A., vinculada a Ramiro Cid. En otra, mantiene un encuentro con Gustavo G.-A., supuesto gestor de dos compañías de la trama relacionada con el constructor. Preguntado por si conocía al político, Gustavo G.-A. dijo en un primer momento que nunca había conversado con él; pero, al mostrarle los agentes las fotografías, el sospechoso admitió la cita, aunque eludió dar más explicaciones alegando que “no recordaba” de que habían conversado.

Correos interceptados. El informe de la Guardia Civil incorpora numerosos correos electrónicos —sobre asuntos inmobiliarios— que se cruzaron miembros de las empresas del constructor con Ignacio Palacios, supuesto testaferro de Granados y que acompañó al político a lo largo de su carrera. De hecho, ocupó el puesto de jefe de personal en el Ayuntamiento de Valdemoro, de jefe de gabinete del consejero de Transportes o de director del Centro Regional de Coordinación e Información Municipal.

Los agentes destacan que, al menos, la relación entre Palacios y Cid se remonta a 2005, fecha de uno de los correos localizados. Además, la UCO subraya que el presunto testaferro era el “administrador de hecho” de la empresa Ayjopen Consulting, que estaba a nombre de su pareja y que supuestamente utilizó Granados para hacerse con participaciones en otra compañía y operar así en el “negocio del suelo” de Valdemoro, donde él fue alcalde.

Confesiones. El empresario David Marjaliza, uno de los principales cabecillas de la trama y que colabora con la justicia desde 2015, ya reconoció en varias ocasiones ante el juez que Granados “recibió comisiones por parte de constructores” y que se encuentra detrás de varias empresas bajo sospecha.

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Sobre la firma

J. J. Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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