Los asesores fiscales de la empresa que reformó la sede del PP ignoran el origen de la fortuna que sus dueños ocultaban en el extranjero
Un empresario niega que donara los 88.500 euros que constan a su nombre en los ‘papeles de Bárcenas’
Las declaraciones en el juicio sobre la caja b del PP han continuado este martes con los interrogatorios de más testigos propuestos por las defensas de los acusados. Entre otros, han desfilado ante el tribunal dos asesores fiscales de Unifica, la empresa que reformó la sede del partido en la madrileña calle Génova y que, según los investigadores, se pagó en parte con dinero negro procedente de la caja b. Los dos expertos, Pedro Hammer y José María García-Ogara, han defendido que la compañía de arquitectura tributó de forma correcta, pero no han sabido explicar de dónde salió el dinero que los dos socios de Unifica que se sientan en el banquillo, Gonzalo Urquijo y Belén García, hicieron aflorar en la regularización fiscal de 2012. Entre ambos, al menos 2,18 millones de euros, según un informe de 2014 de la Policía.
La Abogacía del Estado y la Fiscalía han incidido especialmente en este aspecto, después de que las defensas se esforzaran para presentar el testimonio de los asesores como una prueba de que Unifica operaba correctamente y nunca funcionaba con dinero sin declarar al fisco. Una tesis que rechazan las acusaciones públicas, que mantienen que la sociedad manejaba cantidades al margen de la contabilidad oficial. De hecho, durante los interrogatorios a Urquijo y García, el ministerio público ya mostró toda una batería de correos electrónicos interceptados a la empresa donde se habla, entre otras cosas, de pagar a trabajadores en “dinero efectivo tipo b” o de “hacer 60.000 en b y quitarse 11.000 euros de IVA”.
—¿Usted solo tiene conocimiento de la documentación que le facilitaban? —ha preguntado Rosa María Seoane, abogada del Estado, para evidenciar el escaso valor de la declaración de los asesores.
—Correcto— ha respondido José María García-Ogara.
[...]
—Pero, ¿no sabe de dónde salen los millones de euros regularizados? —ha insistido también a Pedro Hammer.
—Ellos no me dijeron nada y yo, por prudencia, tampoco pregunté.
—¿Y en la documentación que usted manejaba aparecía algún indicio de esa renta oculta?
—No.
Declaración de otro empresario
La sesión de este martes —la número 13 desde que arrancó la vista oral el pasado febrero— ha comenzado con la declaración de Adolfo Sánchez García, otro de los empresarios que figura como donante en los papeles de Bárcenas. Según refleja la contabilidad paralela, el extesorero del PP apuntó a nombre de “Adolfo Sánchez” hasta siete entregas de dinero entre junio de 2006 y noviembre de 2007, que oscilaron entre los 9.500 y los 24.000 euros. En total, 88.500 euros.
—¿Reconoce haber entregado estas cantidades a Luis Bárcenas, Álvaro Lapuerta o a alguien del PP? —le ha preguntado el fiscal Antonio Romeral nada más empezar el interrogatorio.
—Absolutamente no —ha respondido el empresario, que fue vicepresidente de Aerco (Asociación Nacional de Empresas Constructoras de Obra Pública).
Sánchez García ha mantenido una línea similar a la que marcaron el lunes otros dos empresarios, que también negaron las aportaciones recogidas en la caja b: el constructor Luis Gálvez, expresidente de Ploder; e Ignacio López del Hierro, marido de la exministra María Dolores de Cospedal. Sin embargo, un tercero, Santiago Lago, sí las reconoció. El exvicepresidente de Aerco admitió, en cambio, que acudió “muchas veces” a la sede del PP de la calle de Génova, pero repite que nunca fue como parte de su labor profesional. Según ha dicho este martes, lo hacía como presidente de la Federacion Española de la Tartamudez, puesto que también ostentaba. “Iba a pedir ayuda económica para la Fundación y a ver al encargado de los temas sociales”, ha resumido.
—Por tanto, ¿al PP siempre fue a pedir y nunca a dar? —le ha inquirido un abogado.
—Y tanto.
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