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El plan de vacunación de Ayuso condiciona la campaña en Madrid

El riesgo de una cuarta ola en la comunidad con los peores datos y las medidas más laxas de la pandemia amenaza con solaparse con las elecciones del 4-M

José Marcos
Margarita Robles, ministra de Defensa, recibe una vacuna contra la Covid-19 en el estadio Wanda Metropolitano, Madrid. 
Foto: Olmo Calvo
Margarita Robles, ministra de Defensa, recibe una vacuna contra la Covid-19 en el estadio Wanda Metropolitano, Madrid. Foto: Olmo CalvoOlmo Calvo

La campaña de vacunación acapara el debate político en Madrid a menos de un mes para las elecciones del 4-M y en vísperas de una posible cuarta ola. La campaña electoral se desarrollará en una comunidad que se desmarca de las demás al aplicar menos restricciones a la población y está entre las que sufren mayor número de contagios, fallecidos y presión hospitalaria. El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso retomará este lunes la inmunización a los mayores de 80 años tras suspenderla por el cierre de los ambulatorios desde el Jueves Santo. Tanto este cierre como las largas colas en los espacios donde se ha seguido inmunizando han sido duramente criticadas por la oposición.

Las elecciones de Madrid van camino de convertirse en un plebiscito sobre el grado de aceptación o rechazo que merece la gestión que ha hecho Ayuso de la pandemia. Su resultado determinará si el PP pierde el poder de la locomotora económica de España, donde gobierna desde 1995, un escenario fatal para Pablo Casado, o sale reforzado.

“La demagogia está en presentar como modélica una gestión de la pandemia que tiene varios récords negativos”, arremetió este domingo Pedro Sánchez en su tercer acto de precampaña con Ángel Gabilondo desde la convocatoria electoral, el pasado 10 de marzo. La libertad “es todo menos el desmadre de hacer circular el virus”, sentenció el presidente del Gobierno. La respuesta de Ayuso no se hizo esperar. “Pedro Sánchez, julio 2020: ‘Hemos vencido al virus y controlado la pandemia”. Fin de la cita. Ahora, ¿quién explica lo del desmadre? ¿Aquel que sigue sin controlar [el aeropuerto de] Barajas?”, le replicó en redes sociales.

Con las terrazas en su apogeo, Madrid convertida en la capital europea del desconfinamiento y la movilidad restringida desde este lunes en 11 zonas básicas y 10 localidades donde viven 324.000 personas (4,9% de los 6,7 millones de residentes en la región), el PSOE cree haber encontrado el talón de Aquiles de la presidenta de Madrid: su plan de vacunación, sobre todo de la población más vulnerable.

El presidente del Gobierno recordó a las 6.195 víctimas en residencias de ancianos —”tres de cada cuatro fallecieron sin tener la confirmación de contagio”— y el “récord de casos en todas las olas de la pandemia”, con 629.000, “prácticamente uno de cada cinco casos en nuestro país”. Pero incidió en el “récord en lentitud” en la vacunación de la comunidad con la mayor densidad de población, con 845 habitantes por kilómetro cuadrado (la siguiente es el País Vasco con 307). “Solo el 68,8% de las personas mayores de 80 años ha recibido al menos una dosis de las vacunas”, recalcó Sánchez.

Los mayores de 80 años concentran el 60% de las muertes por coronavirus y Madrid es el sexto territorio, incluidas las ciudades de Ceuta y Melilla, con el peor porcentaje de vacunados. Y, como ha denunciado Gabilondo cada día desde el jueves, con los centros de salud cerrados. No es nuevo: las urgencias de los ambulatorios llevan así desde marzo del año pasado. El resultado es que no abren noches, festivos ni fines de semana.

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Según los cálculos del PSOE, el cierre de los centros de salud durante las fiestas ha supuesto que 45.000 octogenarios no hayan sido ya vacunados. En total, más de 110.000 personas de las 364.122 que forman este grupo etario en la región aún no han recibido al menos una dosis contra la covid. El 68,8% que sí ha sido parcialmente vacunado queda casi diez puntos por debajo de la media estatal (77,2%) con Andalucía, una comunidad presidida por el PP, como alumna aventajada, con 395.442 vacunados de una población especialmente vulnerable de 413.516 personas (95,6%). Por debajo de Madrid se sitúan Melilla (62,7%), País Vasco (62,5%), Canarias (63,6%), Cataluña (63,7%) —con la mayor población a vacunar de esta edad (447.196)— y Ceuta (66,2%). Madrid si está por encima de la media en personas de esta franja de edad con la pauta completa (46,5%, dos puntos y medio más que en toda España).

“La Comunidad de Madrid ha demostrado que está poniendo todos los medios a su alcance para que el calendario de vacunación se desarrolle lo antes posible”, salió al quite José Luis Martínez-Almeida, el alcalde de la capital y portavoz nacional del PP. El regidor culpó al Gobierno “de la falta de stock” de vacunas pese a que, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, del pasado sábado, Madrid había administrado el 87,9% de las casi 1,3 millones de vacunas que se le han suministrado, ligeramente por debajo de la media estatal (88,2%).

“Les gusta contradecir por contradecir. Y eso nos cuesta en la cuarta ola más contagios, más ingresos en las UCI y más fallecimientos”, reiteró Gabilondo. Los datos son tozudos. La incidencia acumulada en Madrid es de riesgo extremo, con 271 contagios por 100.000 habitantes a 14 días según los datos más recientes de Sanidad, por encima de la media estatal (152). En lo que va de año la cifra no ha bajado de los 200 casos en Madrid —registró su cota más baja (222,5) el 16 de marzo—, que se había asentado como la comunidad con la incidencia más elevada hasta que Navarra la desbancó el lunes pasado. La incidencia en la Comunidad Foral se ha disparado 100 puntos en diez días (de 226 el 26 de marzo a 326). Pero no se aprecia en la presión hospitalaria que soporta.

En cambio, las camas ocupadas por pacientes hospitalizados con coronavirus en Madrid —2.190 de los 8.416 en España— representan el 13% de las que dispone el Ejecutivo de Ayuso (6,8% de media nacional). Y se eleva al 35,25% en las UCI (19,15%). En términos absolutos, las 436 personas en cuidados intensivos solo se superan en Cataluña (480). La directora de Salud Pública de Madrid, Elena Andradas, reconoció el sábado “un ligero crecimiento de los casos” pero negó que la comunidad afronte una cuarta ola. La Moncloa no es tan optimista. El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, número dos de la lista de Ayuso, pronosticó un aumento de los contagios “como consecuencia” del cierre perimetral durante los puentes de San José y de Semana Santa. Sanidad y todas las autonomías salvo Madrid aprobaron la decisión.

La Comunidad se mantiene fiel a su estrategia de vacunación, ajena a las críticas por las largas colas de los últimos días en el hospital Isabel Zendal y el estadio Wanda Metropolitano, donde se ha vacunado a personas de 60 a 65 años y mutualistas de 78 y 79. Desde esta semana se vacunará en el Wizink Center a población general de entre 60 y 65 años. El Gobierno de Ayuso espera incorporar “más emplazamientos” como nuevos puntos de vacunación masiva.

7.000 negocios de hostelería cerrados en la pandemia

La flexibilidad de horarios que disfruta la hostelería en Madrid, una de las señas de identidad de la gestión de Isabel Díaz Ayuso, ha calado tanto que diluye las críticas por que sea la única comunidad que no concede ayudas directas a la restauración. En La Moncloa y Ferraz son conscientes de que parten en desventaja en un sector que antes de la pandemia empleaba a 195.000 personas en la región, según la asociación Hostelería Madrid. Por eso en la última semana el candidato del PSOE, Ángel Gabilondo, persiste en que se destine al sector 80 millones de los 100 del fondo de contingencia de los presupuestos de Madrid, prorrogados desde 2019. “Ayuso no ha dado ni un euro en ayudas directas a la hostelería pese a que 7.000 negocios han cerrado [20% de los locales] y 35.000 trabajadores han perdido su empleo”, insistió Gabilondo. La presidenta regional guarda silencio.

El Ministerio de Sanidad recomendó a finales de marzo cerrar el interior de los bares a partir de 150 casos por 100.000 habitantes. Gabilondo se limita a señalar que es partidario de “no cerrar la hostelería” y “evitar las aglomeraciones” en los locales. El endurecimiento de restricciones iría acompañado de ayudas directas. Los hosteleros de Madrid pueden admitir clientes hasta las 22.00, una hora antes del toque de queda. Con un aforo limitado al 75% en exteriores, el máximo de comensales en terraza son seis por mesa. Dentro (50%) se reduce a cuatro personas.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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