El cese de la delegada del Gobierno encona la guerra por el control del PSOE en Andalucía
El relevo de Sandra García, afín a Susana Díaz, se aprobará en el Consejo de Ministros de este martes
El Consejo de Ministros tiene decidido destituir en su reunión de este martes a la delegada del Gobierno en Andalucía, Sandra García, cuyo nombramiento hace poco más de un año fue interpretado como un gesto inequívoco de paz y concordia entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la secretaria general del PSOE de Andalucía, Susana Díaz, su rival en las primarias, a la que ganó con holgura. Además, Mercedes González será la nueva delegado del Gobierno en Madrid en lugar de José Manuel Franco, nuevo secretario de Estado para el Deporte. En Galicia el alcalde de Ames (A Coruña), José Miñones, sustituirá en la Delegación a Javier Losada. Miñones es el ponente sobre la España Municipal y el mundo rural del 40º Congreso Federal del PSOE, que se celebrará en octubre en Valencia.
El cese de la delegada en Andalucía, comunicado este lunes por la mañana tanto a Díaz como a García, se lee ahora en sentido inverso: ya no hay acuerdo entre Sánchez y Díaz, quien en sus actos internos y públicos no duda en resaltar las buenas relaciones con su secretario general. Ahora toca la batalla por el control del PSOE andaluz, que decidirá antes de que acabe el año quién liderará la formación más numerosa del PSOE, con más de 40.000 militantes.
El cambio de la delegada en Andalucía se venía rumiando desde hace al menos un par de meses, pero razones de oportunidad política retrasaron la decisión. El alcalde de Baza (Granada) y miembro de la ejecutiva regional, Pedro Fernández, será el nuevo delegado, según fuentes del Gobierno y del PSOE. Como su antecesora también es granadino, un asunto no menor en un partido donde el origen de los altos cargos es importante para preservar los equilibrios internos en el partido. El secretario general del PSOE de Granada, José Entrena, está a favor de la renovación en el PSOE de Andalucía.
García se enteró de su relevo por una llamada de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, cuando estaba acompañando en una visita a la provincia de Cádiz de la ministra de Industria, Reyes Maroto. Según fuentes socialistas, el Gobierno ha querido aprovechar la reunión de este martes en la que se aprobarán varios cambios en la estructura del Ejecutivo provocados por la salida del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias y en otros niveles del Gobierno, a raíz del refuerzo de la candidatura de Ángel Gabilondo para las elecciones de Madrid, para incluir también al de la delegada.
Las fuentes consultadas indican que las razones del cambio, adelantado por El Confidencial, no se deben tanto a la labor de García, como a la necesidad de apostar aún más claramente por el relevo de Susana Díaz. Estos interlocutores aseguran que la política de fichajes llevada a cabo por García desde la Delegación del Gobierno “ha sido determinante” para su sustitución. Le acusan de contar con personas más dedicadas al trabajo orgánico que institucional. También le reprochan el estar “más supeditada” a los intereses de la expresidenta de la Junta que del Gobierno. A esto se le une, la preocupación creciente en Ferraz por el bajo pulso del PSOE andaluz que refleja la mayoría de encuestas y que situarían de nuevo al PSOE en la oposición frente al Gobierno de Juan Manuel Moreno (PP), lastrando el crecimiento de los socialistas en el conjunto de España.
Después de meses de duda, Ferraz ya ha decidido apostar por un candidato frente a Susana Díaz: el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, quien pretende atrasar hasta el verano el anuncio de su candidatura a liderar el PSOE. Pocos apuestan por que lo logrará, ya que las presiones para que lo anuncie son crecientes.
El PSOE andaluz no hará un pronunciamiento oficial hasta que el cese y el nuevo nombramiento lo apruebe el Consejo de Ministros, teniendo en cuenta que la destitución de un alto cargo tiene poca explicación: te destituye quien te nombró. La salida de García, no obstante, no ha sido ninguna sorpresa y tampoco va a hacer variar los planes de Susana Díaz de presentarse a las elecciones primarias para ser reelegida secretaria general. “No va a cambiar de idea. Lo tiene claro”, aseguran fuentes de su entorno. Estos medios apuntan que, al contrario, decisiones de este tipo pueden convertir a Díaz en “víctima” del aparato federal del partido, un argumento al que se apuntó Pedro Sánchez tras su dimisión como secretario general en el convulso comité federal del 1 de octubre de 2016, cargo que luego recuperó en mayo de 2017 en unas primarias, contra Díaz, en las que más de la mitad de la militancia que se movilizó le votó.
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