Villarejo vuelve a la Audiencia Nacional: “Voy a desenmascarar a todos”
El comisario jubilado, que salió este miércoles de prisión, ha regresado este jueves al órgano judicial a declarar ante el magistrado
José Manuel Villarejo ha vuelto. Apenas 15 horas después de dejar la prisión de Estremera (Madrid), el comisario jubilado ha regresado este jueves a la Audiencia Nacional para declarar en dos de las líneas de investigación abiertas por los supuestos encargos que recibió para espiar a particulares. El antiguo agente de la Policía Nacional, que salió de la cárcel desafiante y dispuesto a plantar batalla, ha repetido su estrategia esta mañana: “Voy a desenmascarar a todos”, ha comentado a los periodistas que esperaban su llegada a pie al órgano judicial, por primera vez desde que estallara en noviembre de 2017 la bautizada como Operación Tándem: “Ningún secreto aguanta el tiempo”.
Vestido con chaqueta y abrigo oscuro —y gorra, mascarilla y parche negro en el ojo, fruto de un problema médico que sufrió en prisión—, Villarejo ha llegado a la Audiencia sobre las diez de la mañana. Dos horas después, ha salido del edificio tras declarar ante Manuel García-Castellón, el juez que instruye la causa: “Hoy empieza para mí el punto cero. Hoy voy a poder defenderme. Este era mi ordenador hasta hoy: una libreta y un papel. Y creo que he puesto nervioso a más de uno. Que yo no lo pretendo”.
En declaraciones a los periodistas, sus dardos se han sucedido:
—Voy a desenmascarar a todos. A todos los que quiera su señoría.
—Voy a declarar de todo. Quiero declarar de todo.
—Voy a pedir copia de todo lo que me incautaron, y de lo que sorprendentemente solo sale el 10%.
—Yo nunca fui un policía normal, nunca tuve despacho y casi todos mis trabajos privados eran condicionados por el interés público. Como no había fondos reservados, se cobraba de la empresa a la que se ayudaba, que muchas veces eran de interés estratégico para España.
Villarejo, acusado de media docena de delitos graves como cabecilla de una mafia policial, reorientará ahora su estrategia. Su defensa no se esperaba que quedara libre antes del próximo noviembre, cuando se iban a cumplir los cuatro años que como máximo podía permanecer encerrado en prisión preventiva. Ahora, según fuentes de su entorno, dedicará buena parte de su tiempo a revisar toda la documentación incorporada a la causa y podrá usar herramientas a las que no tenía acceso en la cárcel, como internet. “Ahora voy a tratar de ayudar a mi abogado”, ha asegurado este jueves. “Quiero colaborar con la justicia, como he hecho toda la vida”.
El comisario jubilado insiste en que los diferentes Gobiernos ampararon sus actividades y le dieron permiso para operar. “Yo voy a seguir siendo comisario y me voy a seguir sintiendo muy orgullo de haber sido policía, y de haber defendido a mi país”. Según el comisario, contra el que se acumulan numerosas pruebas en el sumario, siempre toleraron sus actividades. Hasta que, asegura, se empezó a enfrentar a Félix Sanz Roldán, ex director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). “Me han puesto en pelotas. Me han mirado mil veces el esfínter a ver si tenía un teléfono. Me han robado todo, pero si me roban el dejar de creer también en la justicia, mi vida no tendría sentido”, ha subrayado, tras evitar responder a preguntas sobre la implicación del Ejecutivo de Mariano Rajoy en operaciones sin control judicial como la Kitchen, la trama de espionaje urdida en el Ministerio del Interior para seguir al entorno del extesorero popular Luis Bárcenas y arrebatarle presuntamente papeles comprometedores para altos cargos del PP.
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