El veto del PP al juez De Prada y a cualquiera cercano a Unidas Podemos bloquea las negociaciones para el Poder Judicial
Populares y socialistas desisten del pacto horas después de haber cerrado la renovación de RTVE, el primer gran acuerdo de la legislatura
Parecía muy cercano el acuerdo, pero el PP y el PSOE han roto las negociaciones de madrugada para renovar los principales órganos constitucionales, en especial el Consejo General del Poder Judicial. Horas después de alcanzar el primer gran acuerdo de la legislatura para renovar el consejo de RTVE, que se cerró sin muchos problemas con representantes del PSOE, del PP, de Unidas Podemos y del PNV, el veto de los populares al juez José Ricardo De Prada, clave en la sentencia del caso Gürtel que impulsó la moción de censura contra Mariano Rajoy, ha sido el escollo definitivo que ha impedido el acuerdo, según admiten fuentes de los dos sectores. Unidas Podemos no aceptó en ningún momento ese veto, y el PSOE tampoco.
Era más fácil para el sector progresista asumir el veto a Victoria Rosell, exdiputada de Unidas Podemos, pero no el de De Prada, un juez respetado y no estrictamente vinculado a ningún partido. El PP no cedió y eso ha terminado de romper unas negociaciones que parecían encarriladas. El PSOE, que gobierna en coalición con Unidas Podemos, no podía permitirse una ruptura con su socio en un asunto clave. Los negociadores del PP parecían dispuestos a vetar prácticamente a cualquier juez que tuviera alguna vinculación con Unidas Podemos o que fuera claramente propuesto por ellos, y eso ha terminado de romper las negociaciones.
Los populares argumentan que De Prada “no ha sido elegido por sus compañeros dentro del turno judicial ni ha recogido avales para ello. Por tanto, se trata de un fraude de ley, un juez que pretende entrar al consejo por la puerta de atrás, por el turno de juristas, sin haber recabado los avales suficientes de sus compañeros”. “El PP mantendrá la coherencia en las condiciones planteadas. La pelota está en el tejado del PSOE”, rematan fuentes populares. Pese al intento de Pablo Casado de romper con el pasado y alejarse del trauma del caso Gürtel, la sentencia que derivó en la moción de censura sigue siendo un elemento central de la historia del partido y los populares no aceptan bajo ningún concepto tener que votar como vocal a uno de sus artífices.
Esta ruptura deja en el aire también la renovación del Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas y el Defensor del Pueblo. El Poder Judicial lleva más de dos años con el mandato caducado, una situación absolutamente excepcional que ahora se queda sin solución. Es el tercer fiasco en la negociación del Poder Judicial en dos años. En diciembre de 2018 renunció el juez Manuel Marchena, pactado ya como presidente. En agosto de 2020 Pablo Casado se echó atrás cuando estaba ya todo casi cerrado y ahora de nuevo se rompen las negociaciones en el último momento.
Lo más sorprendente es que la ruptura llega pocas horas después del primer gran acuerdo entre los dos bloques políticos de la legislatura, sellado este jueves por el PSOE, el PP, Unidas Podemos y el PNV para renovar el consejo de RTVE, que aparentemente abría paso a una nueva etapa política. Dos años y medio después de la moción de censura que rompió el tablero y tras 12 años del último gran acuerdo entre los dos grandes partidos para la presidencia de RTVE, era el primer gran pacto de la legislatura. Se esperaba que estuviera encuadrado dentro de otros, pero al final se quedará solo.
Todo indicaba que el giro del PP, que empezó con su ruptura con Vox en la moción de censura, se consolidaba tras las elecciones catalanas. Así lo señalaba el acuerdo de RTVE. Ahora vienen dos años sin comicios, en los que pese a las tensiones internas de la coalición nadie piensa en el Gobierno en un adelanto electoral, y el PP había optado por buscar influencia en los órganos en los que puede tenerla y aislar a Vox, que se ha quedado fuera de RTVE y este jueves se burló en el Congreso de los populares. Pero ese giro se quedó a medias con la ruptura de las negociaciones para renovar el Poder Judicial.
El PP estaba muy satisfecho con el acuerdo de RTVE, como lo estaba el PSOE y Unidas Podemos. Los tres grupos, con el PNV, han colocado a personas muy cercanas en el Consejo de RTVE. Este jueves llegaron las primeras críticas internas por los perfiles excesivamente vinculados a la política elegidos por los partidos. Sin embargo, el que obtuvo un buen recibimiento es el nuevo presidente, José Manuel Pérez Tornero, un hombre propuesto por el PSOE pero aceptado por los populares y respetado en RTVE. Fuentes de la dirección del PP lo describen como “muy sensato”.
Hacía 12 años, desde la elección de Alberto Oliart en 2009, que los dos grandes partidos no pactaban el presidente de RTVE. Fue José Luis Rodríguez Zapatero quien cambió la ley para que este cargo, que históricamente había sido controlado por el partido en el Gobierno, fuera elegido de manera consensuada en el Congreso. Dos veces pactó el presidente con Mariano Rajoy. Pero este, cuando llegó al poder con mayoría absoluta en 2011, decidió cambiar la ley y volver a controlar RTVE sin acuerdo con el PSOE. Después de la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a La Moncloa se eligió a Rosa María Mateo como administradora única también sin consenso con el PP, y ahora se ha vuelto al pacto que marcó la época de Zapatero.
El pacto para renovar RTVE estaba prácticamente hecho en julio del año pasado, pero el PP se echó atrás. Sobre la base de lo negociado entonces, Félix Bolaños, secretario general de Presidencia, y Teodoro García Egea, secretario general del PP, han tratado durante muchas horas un gran paquete que tenía como primer paso el acuerdo de RTVE, que se votaba este jueves en el Congreso. Las conversaciones han llevado semanas pero todo se desbloqueó cuando apareció el nombre de Pérez Tornero esta semana, según fuentes de la negociación. Bolaños y García Egea se han visto cada día, por la mañana y por la tarde, para cerrar todos los flecos. En teoría se buscaba un pacto global para anunciarlo de forma conjunta este jueves, pero primero llegó el acuerdo de RTVE por la mañana y ya de madrugada la renovación del Poder Judicial se ha truncado por el veto que el PP pone a los nombres planteados por Podemos.
Los populares son muy críticos con la situación actual de RTVE, que ven “catastrófica” y “completamente podemizada”, y han priorizado terminar con la etapa de Rosa María Mateo. Los socialistas, por el contrario, defienden la actual RTVE pero están muy satisfechos del acuerdo. Creen que servirá para que sea más reconocida como una televisión plural. En la cúpula del PP valoran el nuevo acuerdo como el camino hacia una televisión pública de consenso y confían en Pérez Tornero para corregir el rumbo de la televisión pública.
El PP espera que Pérez Tornero, un perfil técnico vinculado al mundo académico, “vuelva a la producción propia” y “acabe con la externalización” de algunos programas de RTVE. En la mira de los populares está sobre todo el programa Las cosas claras, dirigido por Jesús Cintora. Pero fuentes tanto del PSOE como de Unidas Podemos señalan que en el acuerdo solo está incluido el nombre del presidente, y será él quien dirija la corporación. El sector progresista se ha garantizado la mayoría del Consejo de RTVE.
El PP ha vetado en todo momento a los candidatos de Unidas Podemos en el Poder Judicial, y de hecho complicó mucho la negociación al asegurar públicamente que no habría nombres cercanos a este grupo entre los vocales, algo inviable políticamente porque amenazaría la estabilidad de la coalición de Gobierno, pero no ha tenido ningún problema en aceptarlos en RTVE. Algunos populares bromeaban con haber tenido que votar como consejero de RTVE al director de Mundo Obrero, publicación oficial del Partido Comunista, José Manuel Martín Medem. Unidas Podemos tiene dos representantes, por tres del PP y uno del PNV. Los progresistas tienen así clara mayoría con los cuatro del PSOE si se incluye al presidente.
Tanto los diputados del PSOE como los de Unidas Podemos tuvieron que votar a Carmen Sastre, que se ha destacado por sus críticas furibundas a la actual dirección de RTVE y acusaciones de manipulación. Las enormes diferencias entre los consejeros, la mayoría de ellos muy vinculados a los partidos, augura sesiones complicadas. El PP estaba casi obligado a aceptar el acuerdo en RTVE. Si no se sumaba, el PSOE podía sacar adelante la renovación sin su concurso si lograba en una segunda votación mayoría absoluta y el apoyo de cinco grupos, lo que no sucede en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ): no se puede renovar sin el PP mientras no se cambie la ley.
Todo el resto de la negociación ha encallado por el Poder Judicial. Desde el primer momento el mayor escollo fue el veto de los populares al juez José Ricardo De Prada y Victoria Rosell, exdiputada de Unidas Podemos y actual delegada del Gobierno contra la Violencia de Género. El PP exigía al PSOE que convenciera al grupo de Pablo Iglesias, que reclamaba a los socialistas no aceptar vetos. El PSOE intentó buscar una solución, pero fue imposible y a las 00.20 ambos grupos dieron por rotas las negociaciones en sendos comunicados idénticos. La normalización de la política española que apuntaba el pacto de RTVE tendrá que esperar un poco más.
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