Qué dice y en qué falla la estrategia de vacunaciones
Los casos de adelanto en las inyecciones revelan falta de control
La estrategia de vacunación contra el coronavirus ha sido acordada con las comunidades autónomas y establece unos grupos prioritarios. Por este orden, los primeros son las residencias y sus profesionales, los sanitarios de primera línea, otros profesionales sanitarios y grandes dependientes.
Hasta ahora se ha realizado la vacunación en los dos primeros grupos y precisamente esta semana, según el Ministerio de Sanidad, se discutía en los órganos técnicos del consejo interterritorial —la ponencia de vacunas y la comisión de salud pública— qué personas entrarán en el grupo denominado “otros profesionales sanitarios”, donde hay muchos perfiles (pediatras, forenses, técnicos de laboratorio, farmacéuticos...). La decisión se tomará, según Sanidad, “en función del riesgo del colectivo y de su exposición al virus”.
El proceso comenzó el pasado 27 de diciembre y desde entonces 1.025.937 personas en España han recibido ya una dosis y 15.642 están ya inmunizadas con las dos requeridas, según informó el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Pero en estas semanas han surgido múltiples problemas. El primero, el retraso en el suministro de las dosis recibidas por las comunidades autónomas y la desigualdad entre unas y otras, con porcentajes muy dispares de inyecciones. Posteriormente, han surgido casos en distintos territorios de personas o cargos públicos que se vacunan sin que les toque, al no formar parte de esos grupos prioritarios.
El primer problema empieza a solucionarse, y el ritmo de vacunaciones aumenta cada semana. El segundo, apunta a que fallan los sistemas de control. Una residencia de Madrid, Casablanca Valdesur, vacunó irregularmente a familiares de los trabajadores y a sacerdotes sin que formaran parte de los grupos prioritarios. Alcaldes y concejales del PP y del PSOE también han confesado haberse vacunado ya del coronavirus con la excusa de no desperdiciar dosis sobrantes.
El Ministerio de Sanidad insiste, sobre los “excedentes”, en que cada administración debe “planificar bien” para que eso no ocurra. “Todo se tiene que hacer bajo cita médica porque todos los datos tienen que quedar recogidos en el registro de vacunación”, señala una portavoz. El consejero de Sanidad de Murcia que ayer presentó su dimisión tras haberse vacunado junto a 400 trabajadores de la consejería y el servicio murciano de Salud insitió en que el proceso había sido “transparente”, pero su socio de Gobierno, Cs, lo negó. “Nos hemos enterado por la prensa. Han sido desleales”, declaró la portavoz regional.
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