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El fiscal pide más de medio siglo de cárcel para un hombre por abusar de sus sobrinos menores

El presunto depredador sexual trabajaba como voluntario en actividades con niños en Pontevedra

Sede de la Audiencia Provincial de Pontevedra.
Sede de la Audiencia Provincial de Pontevedra.EFE

Un pontevedrés se enfrenta a una condena de 53 años de cárcel por abusar de tres de sus sobrinos menores de edad, dos niñas y un niño, que sufren por ello graves secuelas psíquicas de las que todavía no se han recuperado. El fiscal relata en un desgarrador escrito de acusación cómo actuaba el supuesto depredador sexual con sus víctimas en el seno de su propia familia. El juicio arranca este jueves en la sección segunda de la Audiencia de Pontevedra.

El acusado, además, hacía trabajos de voluntariado y actividades relacionadas con menores hasta que fue descubierto y denunciado por estos hechos. El fiscal le acusa de agresión sexual continuada a las dos menores y de una agresión sexual al niño. Y también le acusa de dos delitos de lesiones psíquicas por las graves secuelas que padecen las víctimas y que incluso llevó a una de ellas a autolesionarse.

Según la Fiscalía, los abusos comenzaron en 1999 y se prolongaron hasta al menos 2011, cuando una de sus sobrinas cumplió 11 años y pudo enfrentarse al presunto pederasta. La víctima tenía seis años cuando su tío comenzó a agredirla sexualmente. Dichas agresiones sexuales se producían en la casa de los abuelos de la menor, situada en el partido judicial de Pontevedra, en donde el acusado vivía con sus padres y otro hermano (tío de la víctima).

Señala el escrito de acusación que el presunto depredador sexual aprovechaba que sus sobrinos iban a visitar prácticamente a diario a los abuelos con los que él vivía. El acusado llevaba a las niñas a su habitación por la fuerza y “valiéndose de su fuerza superior y de su condición familiar”, dice el fiscal, las obligaba a mantener relaciones sexuales, mostrándole películas pornográficas y otras vejaciones.

Mientras abusaba de su sobrina mayor, el acusado también agredió a otra sobrina que igualmente padeció una situación similar durante todas las ocasiones que iba a ver a sus abuelos, hasta que un día dejó de hacerlo. La pequeña, entonces, acudía a verlos solo los fines de semana para evitar los abusos de su tío. Aun así, el presunto pederasta trataba de colocarse a su lado en las comidas familiares para realizarle tocamientos por debajo de la mesa, según incide el fiscal.

La tercera víctima de este depredador sexual fue un sobrino. En 2006, cuando el menor tenía siete años y estaba durmiendo en una de las habitaciones de la misma casa de sus abuelos, el procesado supuestamente entró en la habitación desnudo de cintura para abajo y cuando intentó agredirle el niño gritó. El supuesto pederasta salió corriendo de la estancia, según el relato del ministerio público.

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La Fiscalía reclama para el acusado 15 años por cada una de las agresiones sexuales continuadas a sus dos sobrinas, 13 por la de su sobrino y cinco por los delitos de lesiones psíquicas. En total 53 años de cárcel además de alejamiento de cinco años una vez que haya salido de prisión, así como su inhabilitación para cualquier oficio relacionado con menores de edad.

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