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Franco en blanco y negro, Sánchez en color

El presidente del Gobierno es el primero de la democracia que visita el salón del trono de Navarra y firma en su libro de oro

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, firma en el libro de oro del Gobierno de Navarra ante la presidenta foral María Chivite. Vídeo: GOBIERNO DE NAVARRA / EPV
Mikel Ormazabal

Entre la fotografía de Francisco Franco y la de Pedro Sánchez, ambos recibiendo honores en el salón del trono del Palacio foral de Navarra, hay un salto en el tiempo de 68 años. Las imágenes van del blanco y negro de 1952 al color de 2020 sin solución de continuidad. Entre uno y otro mandatarios, ningún presidente del Gobierno español había visitado la estancia más noble y fastuosa de la citada institución y firmado en su libro de oro. El actual jefe del Ejecutivo lo reflejaba así este viernes en el escrito que lleva su rúbrica: “Al pueblo de Navarra, desde 1952 no se ha contado con la presencia de un presidente de Gobierno de España en este maravilloso palacio. El azar ha hecho que tenga el honor y fortuna de ser quien retome una sana costumbre de visitar tan orgullosa e histórica institución…”.

Sánchez es el primer presidente de la democracia en asombrarse por la riqueza ornamental del salón del trono de Navarra. Cuando Franco estuvo en Pamplona lo hizo como jefe de Estado y presidente de un Gobierno dictatorial. A esta relevante diferencia se añaden otras muchas entre las visitas de este y aquel. El caudillo estuvo rodeado y arropado por un numeroso grupo de autoridades. Entonces no había que ponerse a salvo de la pandemia del coronavirus que afecta en estos momentos al país, ni era obligatorio llevar mascarilla y mantener las distancias sociales, como ha tenido que hacer esta semana Sánchez, quien solo ha podido estar acompañado por la presidenta navarra, María Chivite, la responsable de que se haya puesto fin a casi siete décadas sin recibir a un presidente.

Francisco Franco junto a otras autoridades civiles y militares, durante su visita al salón del trono de Navarra en diciembre de 1952.
Francisco Franco junto a otras autoridades civiles y militares, durante su visita al salón del trono de Navarra en diciembre de 1952.ARCHIVO

Lo que no ha cambiado en todo este tiempo es la belleza y majestuosidad del marco. Franco en 1952 y Sánchez en 2020 han podido apreciar una sala de estilo isabelino, emblema del palacio foral que contiene todas las grandezas del antiguo Reino de Navarra. Construido y decorado entre 1861 y 1865, el salón del trono tiene el techo decorado con una alegoría de Navarra y los retratos de 32 reyes (no están todos). Y cuenta con una pieza de enorme valor histórico: un tramo con 12 eslabones de las cadenas que simbolizan la victoria en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212.

Franco aprovechó su visita de tres días a Pamplona en diciembre de 1952 para recibir la llave de la ciudad y visitar el recién construido Monumento a los Caídos, el más grande de España después del Valle de los Caídos de El Escorial. Hizo un discurso triunfal, muy largo, en el que expresó “la gratitud eterna de la Patria por vuestra aportación a la Cruzada”, refiriéndose a los navarros “artífices de la Victoria” muertos en combate. Sánchez dedicó su presencia en la capital navarra a presentar a la sociedad su programa España puede, basado en el plan de recuperación, transformación y resiliencia de la economía española, dotado con 140.000 millones de euros procedentes de fondos de la Unión Europea.

Esto cuentan las crónicas de la época en 1952: “El Generalísimo Franco es acogido en Pamplona con clamoroso entusiasmo” (Diario de Navarra). Sánchez, en cambio, fue recibido entre abucheos, silbidos y gritos de “fuera, fuera” y “dimisión”. Claro que en esto Franco jugaba con ventaja: ¿quién se atrevía entonces a abuchear al caudillo?

Entre las visitas de Franco y Sánchez a este lugar tan distinguido para los navarros, hay que anotar otra ilustre. En 1988 fueron agasajados en el salón del trono los Reyes de España, Juan Carlos I y Sofía, que recibieron aquel año la Medalla de Oro de Navarra, el máximo galardón de la región, concedido entonces por el Gobierno foral que presidía el socialista Gabriel Urralburu.

Sánchez se despedía así por escrito tras no perder detalle de los decorados del salón del trono: “Sirva esta ocasión para reforzar la colaboración entre el Gobierno central y el de Navarra. Que esa cooperación reforzada logre prosperidad, progreso y fuerza al noble pueblo de Navarra. Un abrazo”.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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