Prisión permanente para un hombre que degolló a su hijo y mostró el cadáver al hermano del niño asesinado
La Audiencia de Almería impone por tercera vez la máxima pena prevista por el Código Penal
La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a prisión permanente revisable a Ionel M., el hombre que asesinó a su hijo de ocho años en el sótano de su vivienda en Balerma (Almería) con el único objetivo de que fuera un “último acto de venganza” sobre su mujer, a la que acusaba de una infidelidad. A la pena máxima impuesta por el delito de asesinato se le suman otros 12 años y seis meses por un delito de maltrato, dos delitos de lesiones psíquicas y dos delitos contra la integridad moral. Es la tercera ocasión en que la Audiencia Provincial de Almería impone la máxima pena que contempla el Código Penal tras las condenas a Ana Julia Quezada, como autora del asesinato del pequeño Gabriel Cruz, y a Francisco Salvador S.G. por el crimen machista de Huércal (Almería).
El asesinato ocurrió el pasado 20 de abril de 2018. Ese día, entre las 15.00 y las 15.45 horas, Ionel M., que ya tenía antecedentes penales, se encontraba solo con sus dos hijos menores de edad, de 11 y 8 años, en su vivienda de Balerma. Era el momento perfecto para cometer el crimen. Le dijo al mayor de sus dos hijos que lo dejara con el pequeño a solas. Lo llevó entonces al sótano y, una vez abajo, “de manera sorpresiva e intencionada sacó el cuchillo que llevaba y, dando cortes por detrás al cuello del menor, lo degolló” aprovechando que su hijo menor se sentía “confiado al estar con su padre y sin posibilidad de huida en dicho habitáculo”.
Pero la cosa no acabó ahí. El acusado llevó a su otro hijo al sótano para mostrarle el cadáver de su hermano pequeño. Asimismo, Ionel M. llamó a su esposa para contarle lo sucedido. Cuando llegó a la vivienda, su esposo la culpó del crimen, ya que su mujer le había manifestado días antes del suceso que quería separarse de él. Estos hechos le causaron al hijo mayor graves lesiones psíquicas que han precisado tratamiento psicológico. A su vez, la madre sufrió “un menoscabo psíquico, presentando síntomas de trastorno de estrés postraumático”. La Guardia Civil detuvo al padre.
En octubre de 2006, cuando su mujer comenzó a trabajar en un invernadero, el condenado empezó a someterla a un control exhaustivo, ya que se obsesionó con la idea de que ella tenía un amante. "La llamaba reiteradamente por teléfono para saber qué hacía. Controlaba lo que tardaba en volver a casa cuando iba a la calle. Controlaba su teléfono, lo que gastaba. No la dejaba vestirse como ella quería. Se enfadaba cuando salía a la calle sin él. Llegando un día, incluso, a pegarle, fracturándole un hueso del antebrazo”, recoge la sentencia.
El juez apreció la agravante de género respecto del delito de asesinato, así como la agravante de parentesco respecto a los delitos de asesinato y contra la integridad moral. Además, Ionel M. deberá indemnizar a su mujer con 220.000 euros y con 140.000 euros a su hijo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.