Los temporeros afectados por los incendios en los asentamientos de Huelva siguen sin alojamiento 15 días después
Lepe ofrece al Ejército una parcela a siete kilómetros de la ciudad para levantar un campamento, que los militares cuestionan y los migrantes rechazan por considerar que generará un “gueto aislado”
Casi 15 días después de que un incendio calcinara 70 chabolas de uno de los asentamientos de Lepe (Huelva), el segundo en una semana, los temporeros afectados siguen sin tener un lugar alternativo en el que vivir. La visita el pasado fin de semana de una brigada del Ejército para estudiar localizaciones para la instalación de un campamento de emergencia ofreció un margen para la esperanza, pero el terreno ofrecido por el Ayuntamiento de la localidad onubense no convence ni a los militares ni a las propias víctimas, que consideran que está muy alejada de la ciudad y fomentaría la creación de “un gueto aislado”. La solución, de momento, parece enquistada, y ante la falta de respuesta por parte de las Administraciones, la plataforma Solución Asentamientos ha convocado otra manifestación para el próximo 5 de agosto.
“Después de 15 días, la gente está desesperada. Si se quiere buscar una solución al chabolismo que den una alternativa viable y no una que fomente el gueto”, explica Haya Fofana, que lleva en España desde 2007 y es uno de los portavoces de la plataforma, que integran varios colectivos, entre ellos la Asociación de Trabajadores Africanos (Asnuci), la Asociación Multicultural de Mazagón o Jornaleras de Huelva en Lucha. El Ayuntamiento de Lepe ofreció a los militares de la Agrupación de Apoyo Logístico nº 21 de Sevilla, que se desplazaron este fin de semana a la ciudad, un terreno asfaltado y alcantarillado con acceso a luz y agua en el polígono industrial La Gravera, donde se ubican varias empresas hortofrutícolas, explican fuentes municipales. La distancia con el municipio, de siete kilómetros, y el hecho de que no haya ningún establecimiento cercano donde abastecerse ha hecho a los temporeros rechazar esta alternativa. “Nos hacen sentir que somos un obstáculo para la sociedad, si vamos allí se va a formar un gueto y nosotros trabajamos con la sociedad y vivimos en la sociedad”, señala Fofana.
“La Gravera es el único espacio que hemos ofrecido”, afirman desde el Ayuntamiento lepero y recuerdan que los asentamientos también se encuentran en el extrarradio (aunque a menor distancia, unos tres kilómetros). “Cuando ha habido incendios se ha habilitado el polideportivo municipal, pero en este caso no se ha pensado en ofrecerlo”, señalan. El consistorio está a la espera de que el Ministerio de Defensa y la Delegación del Gobierno se pronuncien sobre la localización propuesta. El Ejército remitió su informe al Departamento que dirige Margarita Robles esta semana y aunque desde la Brigada se asegura que no contiene “ninguna valoración”, fuentes cercanas a la Delegación, que corroboran desde Solución Asentamientos, sostienen que los militares “desaconsejan” la ubicación y solicitan alguna estructura estable como alternativa para levantar el campamento. Desde la Subdelegación del Gobierno se indica que el emplazamiento aún no es definitivo y que hay que escuchar a los migrantes. Por parte del Ministerio de Defensa se asegura que “están en contacto con todas las Administraciones para ver si es posible realizar esa labor de apoyo”.
Las llamas de los dos incendios afectaron a unas 300 personas, según Anuci, que lo perdieron todo, incluidos sus pasaportes, permisos de residencia o documentación para obtenerlos. Desde entonces, medio centenar de temporeros han estado deambulando por la localidad y durmiendo a las puertas del Ayuntamiento, en un intento de llamar la atención para exigir una vivienda digna. En la actualidad, están acampando bajo los arcos del consistorio unas 25 personas. “El 17 teníamos esperanza de que el Ayuntamiento pusiera a salvo a los afectados, pero esa ilusión se ha ido cayendo. Algunos se han ido a otros asentamientos o están viviendo en apartamentos con amigos”, señala Fofana.
El Ayuntamiento, a través de su portavoz y teniente de alcalde, Jesús Toronjo (PP), ha sido muy crítico con la posición de Asnuci, uno de los colectivos más beligerantes en la búsqueda de alternativas a los asentamientos chabolistas, acusándolo de oponerse a cualquier solución propuesta desde el consistorio. Sobre la lejanía de La Gravera, Toronjo aseguró: “Asnuci considera que está muy lejos del centro del pueblo y nos tememos que el Gobierno de la nación utilice esta excusa y otras para no montar dicho campamento”. Ante la perspectiva de que el campamento de emergencia sea una solución que se perpetúe en el tiempo y teniendo en cuenta las altas temperaturas del mes de agosto, se ha sugerido que se habilite algún tipo de instalaciones sin uso, pero Toronjo aseguró que el Gobierno municipal no dispone de ninguna. Desde el consistorio se ha recordado también que sigue existiendo riesgo sanitario en la concentración por la situación actual de pandemia.
Embarcan hacia Marruecos las últimas temporeras
Las llamas no solo se cebaron con las chabolas de Lepe. El primer incendio de los registrados en julio se produjo en Lucena del Puerto (Huelva) el día 13. Su regidor, el independiente Manuel Mora, que ha iniciado este verano un “limpieza y adecentamiento” de los asentamientos que se levantan sobre monte público, afirmó este domingo que los temporeros que vivían allí habían bajado a comienzos de mes de 3.000 a 123 al finalizar la campaña. Solución Asentamientos ha denunciado que la demolición de las infraviviendas se ha llevado a cabo aprovechando que muchos de sus habitantes se habían ido a faenar a otras zonas de España.
Mora también aseguró que la cifra de temporeros había disminuido en las últimas semanas porque “las temporeras se están marchando en los barcos hacia Marruecos”. Precisamente, esta tarde zarpa el último de los seis barcos que Marruecos fletó para facilitar el regreso de las 7.100 trabajadoras de su país que vinieron a trabajar en la campaña de la fresa y que quedaron atrapadas en Huelva por el cierre de las fronteras impuesto por Rabat por el covid el 13 de marzo. Para asumir su vuelta, el Gobierno marroquí exigió que todas dieran negativo en los test PCR. Desde que el primer ferri zarpara del puerto de Huelva el pasado 18 de julio, ninguna de las mujeres ha resultado positivo. Concluye así una dura travesía que para muchas tendría que haber terminado en mayo, con el fin de la temporada, y que se ha prolongado casi dos meses en medio de una angustiosa incertidumbre por no saber cuándo volverían a reunirse con su familia mientras se consumían los pocos ahorros que habían logrado acumular.
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