Casado sugiere que el Gobierno quiere tapar el ‘caso Dina’ con el escándalo de Juan Carlos I
El líder del PP se zafa de las acusaciones de crispación y acusa a la prensa: “Solo agradecen que digamos a todo que sí”
Fernando Martínez-Maillo, que fue coordinador general del PP, y apagafuegos interno hasta que Pablo Casado decidió apartarlo y enviarlo al Senado, ha reunido este viernes al líder del partido con el expresidente Mariano Rajoy y el exministro de Economía Luis de Guindos. Lo hizo en la presentación de su libro, El Banco Central Europeo, propuestas de reforma, cuyos beneficios irán al Banco de Alimentos. En el turno de preguntas, las intervenciones han conducido a la complicada situación del rey Juan Carlos y el debate interno abierto en el PP sobre la estrategia de Casado.
El líder de los populares fue preguntado hasta en tres ocasiones sobre la situación de don Juan Carlos. A propósito de si ve necesario un distanciamiento por parte de Felipe VI para que la imagen de la institución no se vea perjudicada, evitó pronunciarse: “El PP respalda a don Felipe, a la Casa Real y a la institución monárquica como garante de la unidad de la nación. Y el PP censura que desde el Gobierno del PSOE con su vicepresidente a la cabeza se esté pidiendo un referéndum y la abdicación del Rey [no fue Pablo Iglesias, sino Gloria Elizo, de Podemos, quien lo planteó]. Respecto a todo lo demás, nosotros confiamos en la presunción de inocencia y en la justicia. Lo que está haciendo el Gobierno con la jefatura del Estado es lo que han hecho con la Fiscalía, con el CIS, los medios de comunicación públicos... Las democracias se sostienen en las constituciones, en la ley y en las normas no escritas”.
Preguntado entonces por si cree que existen motivos para investigar a don Juan Carlos y si comparte las declaraciones de Pedro Sánchez, que describió como “perturbadoras” las últimas informaciones sobre el rey emérito, como la transferencia de 65 millones de dólares a Corina Larsen que reveló EL PAÍS, Casado replicó: “A mí, lo que me parece inquietante y perturbador es un Gobierno que está diciendo lo que está diciendo y que supone un coste institucional tan grave para todos los españoles”. Finalmente, ante la insistencia de los periodistas sobre las medidas que puede tomar la Casa del Rey sobre don Juan Carlos, el líder del PP sugirió que la preocupación del Ejecutivo por la situación en La Zarzuela es una cortina de humo para tapar otros asuntos. “Me resulta muy curiosa la atención que suscita este caso para el Gobierno justo cuando tenían encima un escándalo mayúsculo en la figura de su vicepresidente y el caso Dina, que ya es el caso Iglesias y puede convertirse en el caso Sánchez si la Fiscalía sigue ayudando al vicepresidente”, señaló, refiriéndose a la investigación sobre el robo de la tarjeta de móvil a Dina Bousselham, asesora del líder de Podemos.
Casado descarta un acuerdo económico con el Gobierno
El líder del PP trató de zafarse de las acusaciones de crispación, un día después del comité ejecutivo nacional del PP para analizar los resultados de las elecciones gallegas y vascas, es decir, la arrolladora victoria de Alberto Núñez Feijóo con un discurso más moderado que el de Génova, y el fracaso de la apuesta personal de Casado, Carlos Iturgaiz, en coalición con Ciudadanos. Acusó a Sánchez, que no le llama desde el pasado 4 de mayo, de haber confesado en el periódico italiano Corriere della sera que no quería “pactar nada con el PP”, obviando que el presidente del Gobierno se refería a la gran coalición que también Casado rechazó, y no a pactos en general. Acusó al “mainstream mediático” de alimentar la teoría del PP crispador –“Solo agradecen que digamos a todo que sí, pero el PP no puede patrocinar la irresponsabilidad”– y se mostró dispuesto a negociar “hasta el último momento” un pacto de Estado sobre Sanidad. Casado sí descarta un acuerdo en materia económica: “Me temo que la salida a la crisis que plantea el Gobierno es totalmente contraria a lo que pensamos que hay que hacer”. Entre otras medidas, el PP plantea una bajada de impuestos en un momento en el que se ha disparado el gasto público por la epidemia de coronavirus.
Casado también defendió la coalición con Ciudadanos, que acaba de fracasar en Euskadi —obtuvieron, juntos, casi la mitad de votos de los que logró el PP en solitario en 2016— y que genera dudas en el partido, hasta el punto de que varios dirigentes creen que no debería repetirse ante las elecciones catalanas, aún sin convocar. “En 2015, el debate era cuándo nos iba a sorpassar Ciudadanos. Tendimos la mano en un pacto de investidura y acertamos. Después lo hicimos en las elecciones autonómicas y municipales. Nuestra responsabilidad es dar gobiernos estables que bajen impuestos y sean un contrapunto a las políticas irresponsables del Gobierno”, zanjó.
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